Me percato de los pesados maletines de expedientes que transitan de un piso a otro de los tribunales, y pienso en la impunidad como argumento de los factores de la oposición política en Venezuela, de la clase que detenta el poder económico y político, la burguesía, para atacar a un gobierno que no le resulta cómodo, pero con el cual convive plácidamente por un lado, y por otro los desheredados, los desposeídos que jamás tuvieron el derecho a ser escuchados por décadas de oprobiosa impunidad, con desaparecidos, torturados, mutilados, exterminados, asesinados sin lugar donde buscarlos, sin culpables, pero si miles de cómplices y verdugos, jueces y funcionarios de cualquier organismo de seguridad del Estado. Esto resulta fácil cuando la única motivación de quienes toman las decisiones y las ejecutan es el capital. Ciertamente, es la oposición venezolana quien detenta el poder político, aunque no gobierna a sus anchas a tráves de las instituciones, carcomidas en décadas de corrupción, hoy hay una leve resistencia por pequeña que sea en algunas de las instancias donde se toman las decisiones, sin embargo la balanza se inclina a favor de los poderosos, sino porque el sicariato de dirigentes sindicales y dirigentes campesinos, donde están los culpables, donde los complices, los verdugos.
Pero los desposeidos poseen una conciencia de clase, un instinto, saben que solo la movilización política, aquella que no los hace tomar las calles para reivindicar un derecho de manera declarativa, sino para exigir la decisión de las mayorías, la justicia popular con sello de soberanía, la misma que ha hecho temblar gobiernos lacayos en latinoamerica, sacado presidentes lambe botas yanquies, y hecho correr a gobiernuchos de facto, como el 13 de abril.
Es por esto que solo cuando el poder político este en manos del pueblo y sus organismos de masas, de trabajadores, sociales ejerza la toma de decisiones directa y soberana, sin intermediarios del capital, entonces habra justicia, y se terminará la impunidad. Algunos tardan en aprender esto, otros fácilmente olvidan ante el filtreo de las meretrices, el hombre puede golpearse con la misma piedra cuantas veces. Cuantos intentos fallidos, solicitudes de amparo, demandas, apelaciones, papeles y leguleyerias de quienes aprendieron mal el oficio del derecho. El derecho se ejerce cada vez que en medio de la lucha de clase logramos una conquista a sangre y fuego, esa es la historia. La única historia posible, y si no veamos hacia atras que sucedió en Nicaragua, en Chile. La burguesía es la niña peinadita que le saca los ojos a quienes ve atados de pies y de manos. Pero es solo eso, el poder económico expresado en los grandes medios de comunicación, en los mismos que han preparado a jueces, fiscales y abogados, los mismos que formaron la escuela de las americas, no lo olvidemos jamas. Solo el pueblo salva al pueblo.
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