Sobre el silencio a Vladimir Acosta, Mario Silva y un grano de maíz

Una revolución silenciada y desmovilizada, es una caricatura de revolución

Toda revolución que realmente se plantee la transformación radical de la sociedad (relaciones sociales de producción), tiene como fundamento urgente y permanente el debate abierto y descarnado; el debate es tan necesario como la abolición de la explotación del trabajo y el desmontaje de la concepción burguesa del poder, sin estas lucha y praxis política difícilmente podríamos estar hablando de la construcción del socialismo. En otra palabra no es más que una caricatura de revolución.

Nos vienen preocupando las diversas declaraciones del compañero Maduro sobre como atacar la corrupción, la ineficiencia y burocracia, para lo cual plantea un equipo de inteligencia integrado por un grupo de militares y “expertos” policías, hecho este que nos lleva a pensar en la historia reciente de los países del “socialismo” real, que terminaron siendo estados policiales contra cualquier disidencia (ya el compañero Roberto López tiene un artículo en aporrea haciendo varios señalamiento bien interesantes sobre el tema), pero a la vez Maduro viene haciendo señalamientos contra la propuesta de control obrero fundamentalmente la de Guayana.

Esto unido al silencio que se le impone al compañero Vladimir Acosta y su programa en Radio Nacional, el compañero como parte del equipo de Patria Socialista hizo varios señalamientos y críticas al proceso político que estamos construyendo, hecho que levantó las alarmas de la dirección del proceso y de inmediato se hicieron señalamientos públicos contra los sectores “intelectuales”, será contra los más de 7 millones que votamos por Maduro y que apoyan al gobierno, ya que lo hicimos por nuestro intelecto o convicción sobre el socialismo.

Pero también se saca del aire el programa de un grano de maíz, que al igual que el anterior y el programa de Mario Silva (que su formato policial, no lo comparto) eran muchas veces comentados por el compañero Chávez y que en diferentes oportunidades nos llamaba a escucharlo.

Pero como vivimos momentos de convulsiones, propios de todo proceso revolucionario, la derecha saca un audio de Mario Silva, donde exponen una serie de críticas al proceso, muchas de ellas son del conocimiento popular, y son permanentes en todas la reuniones y procesos electorales, sobre este tema muchos han dado su opinión, creo que las de Roland Denis y Nicmer Evans, tienen elementos importantes que asumir.

Pero mientras se trata de silenciar voces críticas, se da un diálogo tanto con la burguesía alimentaria que siempre ha montado el cerco de hambre contra los sectores populares (el grupo Polar de Lorenzo Mendoza), como con los señores dueños de televisoras, radios y periódicos. También, he visto y escuchado en VTV, en el programa de Tania a un diputado de apellido Avila y a la misma conductora con gran alegría celebraban como un gerente empleado del señor Cisneros se le cuadró al compañero Maduro, hasta lo llamaron miliciano (estoy seguro que más bien están y estarán apoyando a paramilitares y mercenarios), creando un descontento en los sectores de avanzadas que son los que han defendido al proceso, al ver que el diálogo se está dando con los enemigos del proceso, mientras los llamados gobiernos de calle, están amarrados al entramado de la burocracia del estado.

Ahora bien analicemos un poco este viraje que se viene notando desde antes de la muerte física del compañero Chávez, que se evidencio con la devaluación y la subida de los precios y que costó miles de votos para el proceso revolucionario lo que acarreó el triunfo con una victoria pírrica.

Sobre el montaje del audio de Mario, compartiendo lo escrito por el compañero Evans:

· Si es un montaje, como es que no hemos roto cualquier lazo con el gobierno de Israel, su relaciones con la empresa explotadora de oro y compradores de oro (no importa su supuesta nacionalidad, son dominio del estado judío), y con toda empresa que con sus recursos mantienen a dicho estado terrorista, que combate las luchas de los pueblo del mundo.
· Como es que no se ha detenido a los integrantes del grupo terrorista del mossaad (si bien es la policía política del estado judío, es un grupo terrorista, con gran capacidad militar), sabiendo de su presencia en el estado bolívar.
· Como es que no se ha sancionado a Globovisión, por trasmitir mentiras contra el presidente, su compañera y miembros del alto gobierno.

Sobre el silencio, esta práctica se implemento en la era estalinista y consiste en “permitir” oír denuncias, críticas, propuestas etc. pero no discutirlas, se debate lo que el secretariado, el politburó o el secretario general defina, esta práctica se convirtió en una forma de vida de los gobiernos y partidos estalinistas; hasta en los colectivos que levantan las banderas anti estalinista forma parte en muchos de ellos como cultura política, muchas veces sin saber que el gran formulador de esta política fue nada menos que el jefe de la policía secreta rusa, el asesino de Beria. Los silenciados terminaban en el exilio interno, prisión o la muerte, la revolución se convirtió en una sociedad policial y el partido en una aparato sin democracia, jerárquico, con una disciplina impuesta a base del dominio y su élites en una nomenclatura con grandes privilegios, esa revolución hermosa hecha por el proletariado y campesino se convirtió en un estado negador de ello y al caer ni proletarios ni campesinos salieron en su defensa, pero la vieja dirección y su policía, en su mayoría, es la nueva burguesía de la Europa del este, mas, algunos son los que dirigen las diversas mafias, de allí el cuidado por estas práctica políticas.

En nuestro proceso se ha venido dando un praxis del oportunismo, se permiten las criticas, se permite oírlas, pero no se asume posición contra estas prácticas contrarrevolucionarias, los “dirigentes comunitarios, obreros y de muchos colectivos han aprendido mucho de esa posición política, oyen, pero no asumen lucha contra la corrupción y la burocracia, cuando mas participan en una que otra marcha si no pueden tumbarla. Esa práctica ha estado minando nuestro proceso, de allí los llamados provocadores, facilitadores, etc. hombres y mujeres que con temores a ser fichados, terminan acomodándose al aparato burocrático.

Podemos decir que la concepción del aparato se manifiesta en:

· Poner los intereses grupales, individuales, por encima del interés de los sectores explotados y la revolución.
· Descalificar cualquier discusión y a los compañeros que la den, con epítetos de radicales, ultra, que lo polos se unen, etc.
· Que siempre el secretario general, el coordinador, la dirección, como se le quiera llamar tiene la razón, son los cuadros pensantes.
· No acompañar luchas contra la corrupción, no firman ningún documento que ponga en riesgo su vínculo con la burocracia.
· Que cuando ocupan cargos, se convierten en buenos ejecutores de las tareas de la burocracia, como señal de buenos gerentes. En el nombre del socialismo, del control obrero levantan las banderas de los resultados individuales, reconociendo y acertando la jerarquía despótica, muchas veces maquillándola con poses democráticas.
· Justificar las diversas manifestaciones de derecha, y la negación del debate por las coyunturas.
· Que si los cambios en las relaciones sociales y las propuestas sobre el control obrero, ponen en riegos sus privilegios, no los apoyan o no lo ejecutan.
· Plantear la “revolución” por etapas, para nunca asumir la praxis revolucionaria.
· Que se quedan en abstracciones “teóricas” para no acompañar las luchas reivindicativas y populares, con el epíteto de luchas reformistas. O asumen las luchas reformistas como única vía de “transformación” social.

Desde hace mucho tiempo los medios de comunicación social pública, deberían de ser los órganos de debate de calle, donde, desde allí se ejerciera la contraloría de los sectores populares contra la política económica y politica del proceso; estos medios deberían ser las voces de los sectores obreros y populares en debate permanente contra la burocracia y la corrupción, permitiendo desmontar los medios burgueses, pero, al contrario, tenemos programas que no permiten el debate popular, y en algunos casos cuando el entrevistado se atreve a criticar es cortado de inmediato como ha sucedido en los programa de Tania y Vanesa. ¿Seguiremos haciendo lo mismo una comunicación como quiere la derecha sin debate y un mundo de comiquita?, ya que según nuestros medios nunca pasa nada malo o para corregir, no hay corrupción, no hay burocracia.

El programa de Mario, La Hojilla, podrá salir de nuevo, sin duda creo que le permitirán salir, y su conductor podrá seguir siendo tal vez, bien critico contra la derecha fascista que en definitiva en alianza con la derecha endógena son los que lo sacan del aire y esto no quiere decir que todo fue un montaje, ni que el canal 8 está abierto al debate. Debemos acabar con la trampa de la derecha o de Cisneros, Zuloaga, Granier, donde para ellos nada es bueno y para nosotros todo está bien, este formato burgués de no expresar el debate descarnado y revolucionario esta aniquilando el proceso revolucionario.

Nos preguntamos entonces, hay burocracia, hay corrupción, hay ineficiencia, dentro de la fila del proceso, los ministerios, gobernaciones, alcaldía son escuela de burócratas y corruptos, estamos impregnados de la cultura puntofijista, si es así, entonces, ¿qué esperamos para radicalizar el proceso?, ¿qué esperamos para construir una nueva ética y moral revolucionaria que permitan desmontar el viejo estado burgués?.

Pero como revolucionarios mantener el silencio, es una traición, una capitulación, por eso Mario, ¡vamos!, hay un pueblo ansioso de revolución que te acompañara, al igual que al profesor Acosta y al grano de maíz. Allí está este pueblo , el mismo del caracazo, el mismo del 13A, mejor dicho ese pueblo, con mas madurez, capaz de hacer revolución, ¡vengan compañeros!, ¡vamos con el ejemplo del compañero Chávez!, siempre irreverente, siempre rebelde, de no salir estamos contribuyendo a la sepultura del proceso bolivariano, que como saben ustedes está llegando al llegadero; solo con el combate de calle, con una amplia discusión y debate podremos rescatar la revolución, ya que una revolución sin ética y moral revolucionaria no puede sostenerse.









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Osvaldo León


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