A raíz de la presentación del audio atribuido a Mario Silva, que él lo niega y lo califica como un bodrio, por el inefable salta talanqueras Ismael García a nombre de la MUD, se ha venido suscitando una desconfianza y tragos amargos entre los líderes de la revolución, cosa que nunca hubiera ocurrido de estar vivo nuestro presidente Hugo Chávez quien con su indiscutible liderazgo entre toda las izquierdas hubiera acallado las críticas malsanas lanzadas como dardos venenosos hacia personeros del gobierno y del PSUV. Es evidente que existe un malestar entre las izquierdas que conforman el Gran Polo Patriótico hecho que es aprovechada por la ultraderecha para provocar más discordias y divisiones en las filas de la revolución para debilitarla y poder avanzar a un posible asalto al poder. Creo que en algunos casos se han dejado llevar por el más ciego dogmatismo que por una sincera crítica a lo que es considerado como errores garrafales del gobierno y del partido, pero por el lado de los líderes del gobierno se ha manejado mal la tolerancia y el respeto por la libertad de expresión al sacar del aire a Vladimir Acosta y al mismo Mario Silva. Si hay un crítico serio y comprometido con la revolución es Vladimir Acosta, más que críticas, son alertas, llamadas de atención para que los errores no se repitan que en caso contrario los aprovecha la derecha para descalificar y debilitar a la revolución.
En el caso de Mario Silva, si el delito fue el famoso audio de marras, le están dando más crédito a la veracidad del mismo y el chavismo se va creer lo que se afirma allí. Creo que a Mario Silva se le debe dar la oportunidad de defenderse, si ha sido capaz de desmontar patrañas y mentiras de la oposición contra el comandante y contra Diosdado, mal puede no hacerlo contra su persona.
Pero la crítica constructiva y la autocrítica es una práctica revolucionaria y fue propiciada por nuestro comandante. Algunos dicen que no se deben divulgar en público porque le hacen daño al proceso revolucionario, esto es una falacia porque cuando existen errores que se están cometiendo y que son evidentes en el acontecer público, los primeros que lo divulgan son los opositores de la derecha pero a veces los personeros del gobierno creen que son difamaciones de la derecha pero el malestar continúa ahí, hasta que un buen revolucionario no aguanta más y hace pública la crítica.
Debemos mirar el pasado para comprender cómo se esfumaron revoluciones por la falta de unión de líderes revolucionarios. Comenzando con nuestra revolución de independencia, a nuestro padre Bolívar lo sometieron a una cruel difamación y el sueño de la unión se acabó con la muerte del Libertador y la Gran Colombia se hizo pedazos. El resquebrajamiento de la Unión Soviética comenzó después de la muerte de Vladimir Lenin, el feroz dogmatismo de Stalin provocó la desaparición física de un verdadero revolucionario como León Trotsky y a miles de patriotas revolucionarios que siguieron fieles a los ideales del Gran Lenin. La muerte de Mao llevó al final a todos sus fieles seguidores y de la revolución permanente y el posterior resurgir del capitalismo. La revolución pacífica y democrática de Allende aceleró su caída por el resquebrajamiento de la Unidad Popular.
Y ahora? Ahora estamos huérfanos del gran cohesionador, así como nuestro padre Bolívar en su angustia al ver como se esfumaba su gran sueño: Colombia la grande, la patria grande, su última proclama fue para llamar a la unidad, también nuestro comandante en su angustia del final que ya preveía lanzó su última proclama el 8 de diciembre llamando y más que llamando, suplicando a todos los compatriotas revolucionarios de mantener la unidad sobre todas las cosas.
Es hora de sentarnos a escuchar las críticas sin descalificaciones y ánimo destructivo y que el último manifiesto lanzado por el líder y jefe de esta revolución invocando y llamando a la unidad no se quede en el vacío.
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