Y hay razones esenciales: la primera es que el proceso de selección, a pesar de las situaciones reñidas con la ética que ocurrieron en algunas partes, fue la actividad más democrática que se haya dado hasta ahora para seleccionar a nuestros potenciales candidatos y candidatas; la segunda, porque la militancia así lo demanda, lo contrario a ello va a generar conflictos innecesarios y una alta abstención, desencanto y desesperanza y la tercera, por el respeto a los factores políticos que integran el Polo Patriótico. Decimos esto a manera de alerta para que la dirección de nuestro partido lo sopese con particular atención.
También es verdad que según las normas establecidas, la dirección del PSUV puede designar a un o una militante que no se haya postulado como candidato o candidata, pero la fuerza de la realidad nos dice que no es esa la percepción de la militancia; hemos sentido que están pesando más que la voluntad de la militancia intereses grupales y de algunos gobernadores en las designaciones; está privando incluso el pase de factura, la desobediencia, el personalismo; ¡¡esto no debe ser así!!, eso le está dando un duro golpe a la democracia interna, a los tan pregonados principios de la participación y el protagonismo, al lema todos somos Chávez.
El momento exige lealtad con el pregón, con el legado y absoluto respeto al pueblo, incluso si está equivocado, al fin de cuentas las equivocaciones y los errores forman parte del proceso de formación política. Tengamos más fe en el pueblo.