Algunos escribidores de oficio que envían sus trabajos a Aporrea deberían dedicarse a otra cosa; creo que estarían mejor como ministros, directores de instituciones, presidentes de empresas del Estado, y otros cargos de importancia. Ellos conocen de todo, desde economía hasta astronomía. Además son jueces, fiscales y expertos en cualquier materia de la política.
Determinan qué funcionarios sirven o no, conocen en profundidad quiénes son revolucionarios y quiénes no; saben de estrategia y de táctica, presumen y asumen que son la última coca cola del desierto. Con "especialistas" como estos nuestra Revolución tiene su futuro asegurado, sus cerebros brillantes es lo que necesitamos para lograr éxitos sin precedentes. Unos de los más excelsos trabajos que he leído se refiere que si se han escogido al "potro Álvarez" o a Wiston Vallenilla como candidatos a alcalde, pues ¿por qué no a Osmel Sousa"; a éste caballero le explotaron las neuronas con tan profunda opinión, digna de un análisis de altos quilates.
Pero lo más gracioso con estos intelectuales de computadora es que son la estrellas de Aporrea, foto incluída; los imagino leyendo y releyendo sus artículos publicados, con el ego elevado a la enésima potencia y diciéndose así mismos frente al espejo: "coño, soy un vergatario". Luego, al caer la madrugada se van a dormir felices pensando en lo que escribirán mañana. Viva la mediocridad carajo¡¡¡¡.