Presencia de la medusa o aguamala en la sociopolítica venezolana

Existen animales marinos que remontan su data al cámbrico de hace 500 millones de años y cuya gelatina misteriosa pareciera acompañar en envenenamiento en una sinuosa cronología evolutiva a los procesos sociopolíticos morfológicamente constituyéndose. Es el caso de lo que sucede en Venezuela, pues, luego de la guerra de independencia1, cundió por toda esta región el resurgir de las pasiones de grupos sociales que pretendían apropiarse de las nacientes naciones.

Grupos sociales que de alguna manera, habían obtenido ciertos privilegios durante la etapa colonial, se sintieron con derechos a reclamar lo que suponían le correspondía en aquel reparto de desechos de pueblos. Por otra parte jalaban los generales y coroneles de la guerra, que, sintiéndose haber otorgado lo mejor de su vida en los campos de batallas, reclamaban para ellos parte de aquel apestoso botín, pillaje al cual le habían puesto los ojos antes de que terminara la guerra. Tomando en cuenta sus sacrificios, uno de ellos, Páez, diría en una carta que estaba bien que los campesinos se les prometiera tierra para lograr su incorporación al ejército republicano, pero que la tierra en realidad sería para ellos, para los generales que se habían ``reventado el pecho`` en las contiendas independentistas. Un evidente ejercicio de lo que pasará a llamarse descomposición y luego corrupción.

Estos sectores en pugna no tenían ni la menor idea de lo que era un proyecto de país, ni del sistema político que debían establecer en cada pueblo liberado del yugo español. Todos los decretos y proclamas del libertador Simón Bolívar habían de ser arrojados al basurero, al igual que sus herederos harían con su cuadro en el palacio de Miraflores el 11 de abril del 2002. Tanto fue el desprecio de los criollos americanos y de los venezolanos, en particular, que basta considerar que el decreto de la liberación de esclavos vienen a cumplirse –si es que a esa acción puede llamarse liberación de los esclavos y no compra de estos por parte del estado venezolanos- con José Gregorio Monagas el 24 de marzo de 1854.

Mientras tanto, lo que pudiéramos llamar la intelectualidad de aquella época poco se ocupaba de proyectos políticos concretos (Necesidad impostergable hoy). En su gran mayoría, los pensadores se debatían entre si debían seguir el modelo europeo o si debían pensar en América del norte, ya que muestra lo que sería el curso inmediato de la historia. Muy pocos, muy combatidos con el ataque descalificador o con el silencio referencial, pensaron en la necesidad de construir repúblicas basándose en sus experiencias, en sus propias fuerzas, en sus costumbres heredadas, en el idioma común, en fin, en base a su historia común (estos tendrán vida bien avanzado el siglo XX con todas las discontinuidades propia de la historia).

De tal manera que poco se podría esperar y que, en menos tiempo que el de un relámpago, ya se iban ordenando los elementos que habrían de contribuir a la aparición de una nueva forma de coloniaje, a una estructura social hermética y una política organizada para la entrega en brazos a europeos y norteamericanos y, detrás la soldadesca sin guerra, hambreados y desprotegidos, los campesinos cada vez más miserables y los obreros que apenas se asomaban a la escena político-social, que serian cada vez mas sometidos a caprichos del capitalismo internacional. (Categoría que muchos quieren ver en el pipote de la basura no por estar en contra sino porque no los deja ser)

De suerte pues, que desde los propios inicios, el destino que corre el país hoy en día -2013- fue lanzada desde aquellos lejanos tiempos y con algunas variantes - ¡por favor! – propias de las mismas contingencias históricas, permanece prácticamente incólume en el marco de la ``revolución bolivariana``, ``socialismo del siglo XXI``, o como quiera llamarse a una de las expresiones más peligrosas por parte del reformismo con relación a las reales y urgentes posibilidades y necesidad de construir una sociedad distinta. (Hago la advertencia)

Pareciera que, lo que terminó siendo una guerra por la independencia, no era otra cosa que una guerra por sucesión. No olvidemos que, al comienzo, entre uno que otro postulado del 14 de abril de 1810, la idea era ``la defensa de Venezuela de los derechos de Fernando VII`` esto ya nos estaría diciendo que, los grupos privilegiados y algunas individualidades ya habían mostrado sus garras y habían operado, taimadamente, el resultado de la guerra para volver a la contienda por aquellos derechos que, suponían, le tocaban; algo así como por legado, y que podían reclamar en cualquier momento. En este sentido valdría la pena recordar que Martin Tovar Ponte, ( como no había pichirrismo lingüístico en aquel tiempo con los nombres, su nombre era, Martín Antonio José Francisco Ignacio Bruno Nicolás Damián de la Madre Santísima de la Luz Tovar Blanco y Ponte Mijares, “na guará” dijeran los guaros, por eso quizás no entendí nunca cuando el presidente Maduro se refería al candidato biperdedor al llamarlo el señor de los apellidos, pues Simón Bolívar tenía estos apellidos, Bolívar y Palacios Ponte-Andrade y Blanco ), el patriota, el designado para cumplir todas las tareas diplomáticas en Europa a favor de la independencia, le escribe a su mujer diciéndole, palabras más, palabras menos, `` anda mujer, mete en los baúles todas tus cosas y toma un buque en la guaira, que en aquel país hasta los negros quieren mandar``. De allí que esa jalea o almíbar nos viene acompañando.

A ojos vista, el interés por la patria, si fue que existió en alguna mente, ocupaba en todo caso un segundo y, tal vez, un quinto lugar, así como existe en la mente de nuestro pueblo, ``la quinta paila del infierno`` la sucesión de tiranías durante casi un siglo en Venezuela demuestra el nivel de preocupación tanto por la ordenación de la vida social como por la soberanía frente a las fuerzas injerencistas. Para muestra un ejemplo: en el plano de la vida social, la integración del territorio era saboteada- si fue que realmente llegó a pensarse en ello- por intereses del caudillo que preferían un territorio así desvinculado para poder aplicar sus políticas “tierra-cogientes”, (malo y feo en cierta estética es el exprópiese). Pero, digamos, que todo aquello pudiera entenderse traumático del proceso de independencia, por lo de intereses de sectores nacidos en el proceso de coloniaje, etc., y que terminaron cuando Gómez mantuvo al país sometido.

Con una cierta ordenación territorial, con la creación-siguiendo a Guzmán Blanco- de un ejército regular, con un despótico centro de poder, con el pago de la deuda externa, etc. ¿Qué podemos decir sobre lo ocurrido luego, con la aparición de los partidos políticos, con algún simulacro de proyecto de país, con las ideas de democracia y libertad, con las propuestas sobre las riquezas nacionales, sobre las relaciones internacionales, etc.? ¿Qué decir de la etapa post-gomecista y, sobre todo como se fue estructurando la realidad sociopolítica venezolana desde el 58 hasta estos primeros años del siglo XXI?. Un proceso gelatinoso casi de aguamala o medusa que he tratado con más fuerza en otros escritos.

Seria preciso indicar un aspecto del plano político para poder ir estableciendo como se van generando ciertos ``proyectos`` y no caer en la tentación teórica de que algunos piensan tales ``proyectos`` luego de desmontarse en el cerebro y no como forzados por las condiciones históricas. Tomando dos hechos a manera de ejemplo.

En primer lugar: Venezuela contaba, hasta el momento de la consolidación de Gómez en el poder y luego de su desarrollo, con una escasa población que tendía a decrecer como producto de la explotación indiscriminada de la mano de obra y de las continuas epidemias que azotaban al país. Además, Venezuela era un país donde la organización de la sociedad carecía en gran medida de una fundamentación de carácter jurídica (las distintas, caprichosas y apresuradas enmiendas o retoques a la constitución daban cuenta de lo que aquí se afirma) y por eso se pudiera hablar perfectamente que la sociedad estaba ordenada mas no organizada.

En el interés de los grupos dominantes no estaba la idea de promover un eficiente sistema de salud ni tampoco de orden jurídico. Y sólo cuando la situación, en ambas direcciones se torna apremiante uno observa que los estudios de medicina y derechos cobran realmente importancia. (Hoy en Venezuela todos o casi todos somos estudioso de lo jurídico, pocos desconocen el librito de lo que llaman la “bolivariana”, cosa que no basta).

En segundo lugar: un hecho político que marca hasta los años 60 el proceso de ideas comunistas como es el caso de que López Contreras estableciera la negativa de reconocer como partido legal al Partido Comunista tiene que ver, por una parte en su primer momento, con el ataque que desde Europa y los Estados Unidos se desarrolla en contra del comunismo ruso. Pero llegado el momento de la segunda guerra mundial, encontrándose Rusia combatiendo al fascismo se produce un momento de distención y con Medina esto se expresa en el reconocimiento a la legalidad del partido comunista de Venezuela.

El papel de la fuerza de las políticas injerencistas hacia los países que brotan de las fatigas del “agua mala” en el mundo colonial ha sido clave para componer el cuadro de nuestra naturaleza sociohistórica.

Una política coherente en el sentido de establecer un orden mundial estructurado en base a países desarrollados y países que no han logrado alcanzar ese nivel (falso y tramposo dilema hoy) fue parte de la imposición del norte anglosajón seguido por la “crítica” de cierta sociología entregada y arrodillada en la contemporaneidad.

Cómo medirnos hoy desde el ALBA, MERCOSUR,UNASUR, MST y qué implicaciones tiene para aquel esquema en que se mueven ciertos intelectuales, que en moda ligh y ligera niegan el derecho a que soberanamente construyamos con otra gramática quizás, con otra estética una nueva musa política latinoamericana, aborigen, indiana, autóctona, testarudamente ignorada en conceptos y categorías de análisis que oftálmicamente en el lente de esta fase del despliegue más cínico del poder transnacionalizado se expresa en invasiones a países desde lógica vampiresa, asesinatos de ciudadanos con presidentes incluidos en su combo o kit de trofeos, golpes de estados y hostilidad permanente a los que asumen con dignidad su noción de soberanía y de respeto.

Por ello en nombre de máximas liberales todo el mundo debe estar rendido a sus pies, sus aliados son los bloques de TLC y el fundamentalismo de mercados y religiones así como los pitiyanquis2 de siempre que se inspiran y se orientan desde las órdenes que dan los resultados de las elecciones de tercer grado que hacen con la “chucuta” participación del pueblo norteamericano, he allí su alimento y su fábula.

Necesario es conocer que la medusa sigue presente, que quizás con gelatina o cartílagos sus tantos años en el planeta sigue envenenando en condiciones desenfrenadas, con estrategia poco disimulada la estructura sociopolítica que se viene desencadenando en Venezuela. El magnicidio es apenas una de sus opciones, pues el envenenamiento colectivo y la toxicidad generalizada es su gran apuesta, nosotros en ejercicio lúdico de interpretación colectiva de nuestra realidad, apostamos por las olas sociales (altos niveles de organizaciones) que alejen las medusas que orilladas desde mucho tiempo en nuestro país no dejan de contaminar.

1 Que comienza desde el mismo momento de la invasión europea, asumiéndose con fuerza a finales del siglo XVIII y principios del XIX, para potenciarse en éste mismísimo siglo que vivimos

2 Luis Lloréns Torres (1876/1944). Poeta puertoriqueño que lo usó despectivamente contra los nativos que se rinden y se arrodillan ante los norteamericanos, luego el término lo hace famoso en Venezuela Mario Briceño Iragorry.


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Jesús Alejandro Marcano Fernández

Profesor titular de la Universidad Bolivariana de Venezuela UBV. Doctor en Educación en Uiversidad Pedagógica Experimental Libertador.

 marcanofernandez@gmail.com

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