En verdad, hay seres humanos admirables y admirados por muchas razones o motivos que pueden destacarse sin mayores dificultades. Entre esos seres humanos está el camarada William Izarra. Sépase que en El Pueblo Avanza (EPA) no sólo se le admira y se le quiere sino, especialmente, siempre se está pendiente de sus enseñanzas que expone a la audiencia por diversos medios de comunicación.
William Izarra pudo haber hecho toda su carrera militar y llegar hasta general para disfrutar de privilegios especiales en una sociedad donde las Fuerzas Armadas concentran en sus manos demasiado poder en relación con la sociedad civil. Adversidades y contradicciones con la visión de mundo y de desenvolvimiento de las Fuerzas Armadas de su época, creemos, le obligaron a retirarse. Ya como militar incursionaba en las ideas revolucionarias y nada resultaba extraño que sus superiores lo supieran y eso le creaba barreras a veces inexpugnables. Salió de las Fuerzas Armadas como Teniente-coronel. Fue especialista en manejo de aviones de combate. Hizo su carrera en licenciatura de educación en la UCV; realizó maestría en Planificación en la famosísima universidad de Harvard y avanzó en su doctorado PhD en ciencias del desarrollo en Cendes (UCV). Fue militante y dirigente activo del MBR-200, del MVR a secas, del PSUV, director Nacional de Ideología del Comando Maisanta, del Colectivo Democracia Directa y fundador del Centro de Formación Ideológica. Un hermoso historial revolucionario. Creemos, que el único cargo ministerial que ocupó durante los gobiernos presididos por el camarada Chávez, fue el de Viceministro de Relaciones Exteriores para Asia, Oceanía y Medio Oriente, regiones bastantes complejas y tensas que requieren, precisamente, de políticos con la brillante claridad ideológica que posee el camarada William Izarra. Es autor de muchos textos de formación política e ideológica y de innumerables artículos de opinión relacionados con diversas materias que tienen raíces en la lucha de clases, en la lucha contra el capitalismo y en la lucha por el socialismo.
William Izarra es de esos camaradas que no juzga a nadie a primera vista. No critica si no tiene pruebas en sus manos. Siempre le gustan los análisis que van desde el fondo del pozo hasta la superficie no sólo para captar la generalidad de los hechos sino esas particularidades que le inyectan mucho valor a los mismos y que son dignas de tomar en consideración.
El camarada William Izarra, en dos oportunidades, ha estado presente en las escuelas de formación política e ideológica que hemos realizados en lugares de la selva venezolana. Nunca se quejó de las caminatas, de las tremendas sudadas y de los obstáculos que siempre se hallarán en las difíciles trochas que unen distancias. La primera vez caminó demasiado pero llegó e inmediatamente se dedicó a ilustrarnos con sus conocimientos. Fueron algunas horas en que el camarada William les habló a los jóvenes y como estábamos en la selva sus ejemplos de análisis políticos tuvieron que ver con los árboles, estudiados por dentro, por fuera y sus alrededores. Recordamos siempre que en esa oportunidad nos obsequió un poco de su dinero para que compráramos alimentos ya que la comida escaseaba y no teníamos recursos económicos para obtenerla. En la segunda oportunidad, en la misma selva, nos dictó cátedra sobre metodología, sobre conciencia revolucionaria y sobre organización revolucionaria. Nunca nos criticó cuando algunos otros decían que el EPA estaba totalmente equivocado o desfasado de la Historia. Más bien nos agradó que llamara a los jóvenes a continuar preparándose porque mientras exista capitalismo y, especialmente imperialismo, el mundo corre –ya comprobado- riesgo de guerras de grandes exterminios sociales para favorecer los intereses económicos de esos poderosos monopolios que dominan a su antojo la economía de mercado o el mercado mundial.
A veces, cuando leemos y estudiamos los escritos del camarada William Izarra, lo vemos como si anduviese arando en el mar, como si los molinos de viento se le viniesen encima para negarle luz o agua, como si cabalgara en un inmenso desierto sin oasis y nos decimos para nosotros los del EPA: ¡He allí al camarada batallando, venciendo obstáculos, perseverando en el ideal, sabiendo nadar contra la corriente y llegando a puerto sembrando conocimientos en su andar haciendo camino andándolo!
No creemos ni creeremos que el camarada William Izarra sea la perfección del revolucionario como tampoco estamos diciendo que es el símbolo del revolucionario ideal. No, lo que decimos es que el camarada William Izarra es como un Quijote de la pluma, de la escritura, que se ha hecho incansable para legarnos ideas, conocimientos y –fundamentalmente- los jóvenes de hoy sean mejores revolucionarios. Es todo. Y también creemos que como Sancho el camarada William Izarra lleva la justicia con él. ¿Por qué, entonces, no ser un Gobernador de un estado venezolano o un Alcalde de una importante ciudad venezolana que seguro le traspasará la justicia al pueblo?
Sencillamente: el camarada William Izarra es de los incansables, de esos que necesitan la Revolución Proletaria o Socialista para asegurarse su destino en beneficio de los pueblos.