“NO EXISTE EVIDENCIA ESTADÍSTICA DE FRAUDE EN EL REFERENDO VENEZOLANO”. ”La comisión independiente designada por el Centro Carter determinó que el estudio de Hausmann y Rigobon tenía defectos metodológicos y que los resultados estadísticos usados en la primera parte no indicaban que tipo de fraude ocurrió.”
Esta noticia es un refrito, si duda. Fue dada a conocer muchos meses después de realizado el referéndum de agosto/04 sólo a través de los medios oficiales y por algunos alternativos afectos a la revolución, a excepción del tabloide Ultimas Noticias que la recogió en la columna dominical de Eleazar Díaz Rangel el 05/04/05, pero cada hora que nos acerca más a las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre le otorgan a la misma relevante actualidad ante una oposición que lejos de estar plenamente convencida de que la única alternativa política que tenemos los venezolanos para vivir en paz y concordia es participando en el juego de la democracia con sentido de responsabilidad y demostrando en las acciones y el discurso de todas las horas irrestricto apego al mandato de la Constitución y a las leyes de la República. Pero más allá de ello, dejando a un lado las conductas miopes y torpes de querer ver la realidad de un país que ha realizado diez actos electorales en menos de siete años con resultados muy parejos, con un par de lentes rotos que lejos de abrirles una opción de cambio en favor del modelo de país neoliberal que propugnan, los aleja más y más...
Efectivamente, su vanguardia mediática integrada por la mayoría de los llamados grandes medios tanto radioléctricos como escritos (Globovisión, Radio Caracas TV, Venevisión, El Nacional y El Universal, entre otros), así como la llamada ONG Súmate que opera con dólares provenientes del imperio yanqui, persisten en su diabólica campaña de desprestigiar a la autoridad electoral (CNE), aseverando que sus directivos no son otra cosa que monigotes de Chávez y que, por tanto, el acto electoral de diciembre próximo estará viciado y sus resultados de forma descarada favorecerán a las fuerzas políticas que respaldan su gobierno bolivariano.
Súmate, por ejemplo, lejos de reconocer la importancia que significa para garantizar la transparencia del evento la presencia en nuestro país de representantes de la Unión Europea y un nuevo equipo de la OEA, ya sostienen de forma machacona que ambas representaciones han llegado muy tarde y que por ello muy poco podrán hacer en la dirección de lograr que el acto se realice sin trampas, de donde es dable inferir por un lado que la oposición de nuevo sufrirá una contundente derrota y, por el otro, que tales pronósticos son sólo ardides para justificarla ante la comunidad internacional.
Esa es una primera fase del plan ya preconcebido para desconocer el triunfo arrollador de las fuerzas del cambio el 4 de diciembre. La otra se inscribe, a no dudarlo, en otra escaramuza quizás muy diferente a aquella montada sobre el Cisne Negro de Hausmann-Rigobon, pero que a lo mejor servirá para engañar por algún tiempo a algunos de sus copartidarios disociados y quizás a pequeños grupos que de nuevo logren sorprender y que jamás tuvieron acceso a esta información que hoy rescatamos y que el poder mediático nefasto que actúa a la libre y con la mayor desfachatez en nuestro país, la ocultó.
El Centro Carter convocó a un panel de especialistas para examinar la tesis del fraude denunciada por Hausmann y Rigobon, el cual estuvo integrado por:
Henry Brady: Graduado en 1941, es Profesor Monroe Deutsch de Ciencia Política y Políticas Públicas en la Universidad de California, Berkeley, con nombramientos en el Departamento de Ciencia Política y la Escuela Goldman de Políticas Públicas. Director del cuerpo docente del centro de investigación "Survey Research Center" de Berkeley y del programa "Data Archive and Technical Assistance" (UC DATA) de la Universidad de California. El Dr. Brady ha escrito extensamente acerca de métodos de investigación y técnicas estadísticas para el análisis de datos en ciencias sociales, así como sobre políticas de bienestar social, participación política y sistemas electorales;
Richard Fowles: Profesor Asociado de Economía, Universidad de Utah. El Dr. Fowles es econometrista, especializado en fragilidad de especificaciones de modelos y análisis de las mismas; también trabaja en el área de toma de decisiones de baja probabilidad/altas consecuencias, y en economía de políticas públicas;
Aviel Rubin: Profesor de Computación y Director Técnico del Information Security Institute en la Universidad Johns Hopkins. El Dr. Rubin es autor de varios libros sobre seguridad informática, y co-autor de un informe que demostró la existencia de fallas de seguridad en un sistema de votación electrónica extensamente utilizado, que puso el tema en la mira pública estadounidense;
Jonathan Taylor: Profesor Adjunto, Departamento de Estadística, Universidad de Stanford. El trabajo del Dr. Taylor se centra en problemas de comparaciones múltiples, específicamente neuroimágenes y procesos estocásticos continuos, así como por
Nicholas Beauchamp (Coordinador del Panel): Consultor del Centro Carter para el Proyecto Venezuela.
Con la excepción del Sr. Beauchamp, del Centro Carter, ninguno de los miembros del panel tuvo algún nexo con Venezuela o el referendo revocatorio antes del 15 de agosto. Algunos fueron contactados o consultados por venezolanos o el Centro Carter después del evento.
Del análisis riguroso que hizo este prestigioso grupo de expertos a la argumentación que sustenta el denunciado fraude del misterioso Cisne Negro, llegó a las siguientes conclusiones:
”1. El número de centros de votación con máquinas que arrojaron resultados electorales iguales, difiere sólo ligeramente de las cifras previstas en la mayoría de los modelos electorales. Al examinar más a fondo la distribución de los votos con instrumentos más potentes, no se hallaron anomalías significativas en los resultados de la votación."
"2. El Panel rechazó la hipótesis según la cual una correlación directa entre 1) las diferencias existentes entre los resultados del referendo revocatorio y la solicitud de revocatoria de noviembre 2003 y 2) las diferencias existentes entre las cifras del referendo revocatorio y las encuestas en boca de urna, implicaría que los resultados del referendo fueron manipulados fraudulentamente. Más bien, como lo han sugerido otras personas, existen numerosas razones para establecer una posible correlación directa entre la solicitud de referendo y los errores en las encuestas en boca de urna, la mayoría de las cuales no han sido examinadas."
"3. El Panel trató de replicar los resultados del informe de Hausmann y Rigobon, que aduce que los centros electorales auditados no se comportan, en un modelo de regresión lineal, exactamente de la misma manera que el universo total de votos, lo que demostraría que la muestra auditada no es aleatoria. El Panel concluyó que ese resultado estaba muy sujeto a los datos de la solicitud de revocatorio de 2003, y que una solicitud con conjuntos de datos ligeramente diferentes, reducía o eliminaba la anomalía en la auditoría."
"Siendo la anomalía pequeña y no robusta, el Panel concluye que esas regresiones no presentan prueba de que la muestra de la auditoría haya sido sesgada fraudulentamente."
"4. El Panel concluye que no existe suficiente evidencia de que la Ley de Benford se aplique a resultados electorales en general. Más aún, un modelo simple pero plausible de la elección, no produce resultados ajustados a la Ley de Benford.”
Para todo aquel interesado en leer el informe íntegro del Panel de los especialistas consultados por el Centro Carter pueden acceder a su página:
www.cartercenter.org/d ocuments/2021.pdf