UN PEQUEÑO CAPÍTULO EN LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE VENEZUELA
A mediados del mes de Diciembre del año 1.991 el Teniente-Coronel de Aviación Luís Reyes Reyes, quien para ese entonces trabajaba bajo las órdenes del General Francisco Visconti Osorio, le comentó a éste sobre la existencia de rumores relacionados con una posible organización de oficiales del Ejército, quienes se manifestaban clandestinamente, en desacuerdo con la forma como el Gobierno conducía el país; el General le contestó, sugiriéndole procurar una reunión con esas personas.
En la última semana del mes de Enero del año 1992 nuevamente, el Teniente-Coronel Reyes repitió el mismo comentario ante el General Visconti y este le insistió en la conveniencia de intentar una entrevista con los aludidos; a los pocos días, el Teniente-Coronel Reyes invitó al General a una reunión clandestina, la cual tuvo lugar el día 02 de Febrero de 1992, en horas de la noche. A dicha reunión asistieron el General de la Aviación Francisco Visconti Osorio, los Tenientes-Coroneles Luís Reyes Reyes de la Aviación y Hugo Chávez Frías del Ejército, exponiendo éste último oficial ante los asistentes, todo el Plan Militar de Operaciones Terrestres (Plan de Operaciones Militares “Ezequiel Zamora”) para la Insurgencia Militar que comenzaría a ejecutarse el día siguiente, 03 de Febrero de 1992; al finalizar la exposición, observando que no se contemplaba la participación de los otros tres componentes de las Fuerzas Armadas Venezolanas, el General inquirió al Comandante Chávez al respecto y éste respondió que solo consideraban de importancia la participación de la Fuerza Aérea y que por tal razón, estaba hablando con él.
El Teniente-Coronel Hugo Chávez nunca solicitó al General Visconti Osorio que éste asumiera el comando de la insurgencia, no le ofreció el comando de la operación, actitud o posición esta que es consecuente con la negativa que tenían los comandantes del movimiento militar (Movimiento Bolivariano Revolucionario 200), a incorporar oficiales de mayor grado que el de ellos, puesto que tal posibilidad, a su juicio, significaría ceder poder.
Después de escuchar el interés manifestado por el Comandante Chávez por la participación del Componente Aéreo, el General Visconti le hizo saber, que él no contaba con organización dentro de la Fuerza Aérea para participar en aquel momento en la insurgencia y le solicitó posponer la operación, a fin de poder consolidar en corto tiempo y conjuntamente, una insurrección donde participaran por lo menos, tanto el Ejército como la Aviación; el Comandante Chávez respondió que no podía posponer la ejecución de la operación. Al final de la reunión el General Visconti manifestó a los presentes, que de ser posible y si se daban las condiciones, el trataría de evitar un enfrentamiento entre la Fuerza Aérea y el Ejército.
El día 03 de Febrero de 1.992, aproximadamente a las once de la noche, las fuerzas rebeldes del Ejército aprehendieron e hicieron preso al Comandante de la Base Aérea “El Libertador”, en Palo Negro Estado Aragua, justo al inicio de las operaciones de Insurgencia Militar; ante este hecho, el General de Aviación Francisco Visconti Osorio asumió el comando de esta Base Aérea, la más importante y mejor equipada de Venezuela, desde donde operaban para ese entonces los aviones integrantes de los Sistemas de Armas Aéreas: F-16 Falcón, M-50 Mirage, C-130 Hércules, Súper Puma y UH-1H, entre otros.
En la madrugada del día 04 de Febrero de 1992, ante la negativa del General Visconti para emplear los helicópteros Súper Puma artillados contra las fuerzas rebeldes del Ejército, dos de los Coroneles comandantes de Grupos Aéreos quienes manifestaban su incondicionalidad al régimen de turno, sin conocimiento ni autorización de quien se encontraba al frente del Comando de la Base Aérea en esa coyuntura, ordenaron el despegue de dos aviones F-16 Falcón para bombardear unos tanques blindados, que se aproximaban para reforzar las unidades rebeldes del Ejército que se encontraban rodeando la Base Aérea “El Libertador”, al mando del valiente Mayor del Ejército Carlos Torres Numberg; ante este acto, el General reprendió a los aludidos coroneles y ordenó el aterrizaje de los aviones en cuestión. Ya muy avanzadas las horas de la madrugada de ese día 04 de Febrero, el General Visconti Osorio recibió órdenes desde el Ministerio de la Defensa de Venezuela, por interlocución del General Jefe del Estado Mayor Conjunto de entonces, asignándosele la misión de organizar, comandar y ejecutar las operaciones de bombardeo, con los medios aéreos bajo su comando, sobre las instalaciones donde se encontraban alojados los líderes de la Insurgencia Militar, vale decir: Museo Histórico Militar en la ciudad de Caracas, donde se encontraba el Teniente Coronel rebelde Hugo Chávez Frías, Cuarteles José Antonio Páez y La Placera en la ciudad de Maracay, donde se encontraba el Teniente Coronel rebelde Jesús Urdaneta Hernández y el Cuartel “Libertador” en la ciudad de Maracaibo, donde se encontraba el Teniente Coronel rebelde Francisco Arias Cárdenas; ante tales instrucciones, el General Visconti persuadió e instruyó al personal de pilotos bajo su mando, en relación a las razones por las cuales esas órdenes no podían ser cumplidas y sobre la conveniencia de realizar solamente, operaciones aéreas de reconocimiento sobre los objetivos asignados; esta decisión de los aviadores coadyuvó definitoriamente, a la preservación de la vida de los comandantes de la Insurrección Militar del 4 de Febrero (4F) y evito un derramamiento de sangre de personas inocentes, evito una tragedia humana de magnitud inimaginable, en las muy pobladas inmediaciones de los objetivos asignados. Por no cumplir esas órdenes, el General Visconti Osorio fue posteriormente sometido a Consejo de Investigación, separado de la Organización Aérea y enviado a un cargo irrelevante en el Estado Mayor Conjunto del Ministerio de la Defensa, desde donde asumió a partir de ese momento, la responsabilidad de organizar lo que más tarde resultó en la Insurrección Cívico-Militar del 27 de Noviembre de1.992(27N).
Alrededor de las diez de la mañana del 04 de Febrero de 1992, las fuerzas del Ejército leales al gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, liberaron y regresaron a su puesto de comando en la Base Aérea El Libertador, al General de Aviación Paredes Niño, quien inmediatamente ordenó unas misiones de reconocimiento con aviones Tucanos sobre los espacios geográficos alrededor del lago de los Tacariguas, y un ataque aéreo con aviones F-16 sobre las rebeldes unidades de blindados que se encontraban en el Fuerte Militar de la ciudad de Valencia; y adicionalmente, solicitó el apoyo y actuación de unidades de tanques blindados, desde San Juan de Los Morros, para someter a las unidades rebeldes del Ejército que se encontraban sitiando la Base Aérea “El Libertador”.