Las referencias a Fabricio Ojeda muestran que su conducta patriótica y decisión de incorporarse al movimiento guerrillero anti capitalista expresa individualmente la gran ofensiva popular anticapitalista que se desplegaba en el planeta desde los años 50 hasta finales de los 60, que se prorrogó hasta los 80.
En estas experiencias políticas y sociales, América Latina se distanciaba de la ortodoxia stalinista y creaba sus más hermosos proyectos teóricos de pensamiento y con creatividad se ensayaba en la construcción de modelos económico-sociales siguiendo la dirección del socialismo. Como ejemplo la revolución cubana, el proceso de Allende y la Unidad Popular en Chile, la Revolución Sandinista en Nicaragua, la guerra de liberación en El Salvador encabezada por el Frente Farabundo Martí, la guerra de guerrillas en Colombia liderados por las FARC-ELN.
Con Chávez se da inicio a una nueva ofensiva popular en América Latina que culmina con los triunfos electorales Venzolanos, los de Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, el PT con Lula en Brasil y los Kirshner en Argentina. De aquí surgen los intentos de integración regional y los proyectos económico-sociales con el ALBA y la CELAC. En el terreno político esto significaba que las fuerzas progresistas estaban logrando una correlación de fuerzas políticas mayoritaria en los gobiernos municipales, en el parlamento y en el ejecutivo. Esta modificación en la correlación de fuerzas a favor del movimiento de izquierda frenó los intentos “legales” de la derecha a los golpes de Estado como el que le aplicaron a Lugo y Zelaya.
El siglo XXI se inaugura con la gran crisis de los países desarrollados, quienes vuelven sus políticas de dominación de nuevo y con más fuerza, hacia los países poseedores de recursos naturales estratégicos: se invade Irak, se despedaza viva a Libia y Siria, se va por las amapolas a Afganistán y por el coltán al Congo y por el chocolate a Sierra Leona y Burkina Faso…La variante de esta época es la tecnología militar de alta efectividad, misiles, submarinos atómicos, drones, bombas “inteligentes”, y otros, con una capacidad destructiva de ciudades, vidas humanas y de la naturaleza, nunca vista en la historia de las guerras.
Sin embargo, la voracidad de los imperialistas no tiene límites cuando de mantener su modelo de vida se trata. Hoy han utilizado al FMI y al BM y la Troika europea para comprometer por vía legal los recursos naturales y los activos fijos y circulantes de los Estados y pasarlos a manos de las empresas monopolistas privadas.
Contra este modelo económico imperialista han chocado los proyectos latinoamericanos de desarrollo actual. Como se ha visto en los acontecimientos de Honduras (2009) y Paraguay (2012), los intentos de golpe en Bolivia (2008 y 2012), Ecuador (2010-2011) Argentina (crisis artificial 2012) y ahora en Venezuela.
En estas agresiones políticas, las demandas son comunes, han ido desde críticas a los controles para la compra de dólares hasta cuestiones más generales como corrupción, inseguridad e inflación, o directamente insultos hacia los presidentes, sin mayor argumentación política. Y, cuando se cuenta con el financiamiento imperialista y apoyo de las burguesías, oligarquías, pequeños burgueses locales y una correlación de fuerzas parlamentarias favorables a la derecha, EL GOLPE DE ESTADO, VÁ. Aristide, Zelaya y Lugo son casos ejemplares.
Los imperialistas y las derechas locales no tuvieron la misma suerte en Bolivia, Ecuador y Argentina y hacen los intentos desesperados en Venezuela desde dos direcciones concretas:
Capriles, a mediano plazo espera lograr mayoría en el parlamento y aprovechar el descontento actual generado por las críticas sociales, no de derecha, al gobierno y por el fascismo de Leopoldo López, para impulsar allá por el 2016 el referéndum revocatorio contra Maduro. Esta es la tendencia que se apoya en la “solidez institucional”.
La otra tendencia, la más desesperada es la de Leopoldo López. Quienes al calor de los acontecimientos en Ucrania, expresan la ilusión de crear una plaza como la de Maidán y derribar las estatuas (Chávez, Bolívar, José Martí, Alí Primera, no sé…) como los fascistas ucranianos que en los días del caos, derribaron 16 estatuas de Lenin y monumentos al sacrificio de los soldados rusos en la derrota al fascismo y en estos momentos continúan con su campaña de destrucción, después de darle golpe de Estado desde la calle y el parlamento, al presidente Yanúkovich.
En Venezuela no puede suceder lo mismo que Honduras, Paraguay o Haití, ni lo que está sucediendo en Ucrania. ¿Por qué?
1- Porque la correlación de fuerzas en el parlamento, el ejecutivo, la judicatura y las calles le favorecen al pueblo y a su gobierno. (ver las últimas decisiones parlamentarias, judiciales y las movilizaciones en las calles*)
2- Porque las medidas económicas-sociales que más afectan a la población se están resolviendo con efectividad (el domingo se pensionó a 8,300 adultos mayores, jueves 27 de febrero, día no laborable, inversiones para el desarrollo mixto empresa privada-Estado en el puerto de Guanta, informes de fiscalizaciones actualizado a enero 2014 por SIEX, etc.)
3- El respaldo internacional a la revolución y gobierno venezolano es gigantesco.
4- Porque aquí se está desarrollando un proyecto sólido de socialismo y de reconocimiento de la diversidad en la unidad del pueblo, gobierno y fuerzas armadas.
5- Porque el pueblo prefiere la paz-activa y no contemplativa
6- Porque la inmensa mayoría del pueblo venezolano lleva en el corazón la esperanza, la dignidad humana y patriótica resucitada por Chávez y no el fascismo.
*Motorizados, pueblo y fuerza armada en Mérida, abuelos y abuelas, la Vega, golpe de Timón, complejo habitacional Juan Vives, trabajadores de Ciudad Tiuna, movilización del Frente Nacional Campesino
POR TODO LO ANTERIOR Y POR MUCHAS OTRAS RAZONES, VENEZUELA NO SERÁ OTRA UCRANIA.