La contrarevolución: ¿Imparable e invencible?

Todos los reaccionarios son tigres de papel. Parecen terribles, pero en realidad no son tan poderosos. Vistos en perspectiva, no son los reaccionarios sino el pueblo quien es realmente poderoso (Mao Zedong. Conversación con la corresponsal norteamericana Anna Louise Strong. Agosto 1946. Obras Escogidas, t, IV)

Ha muy pocas horas, una estudiante de medicina que leyó el título con que comienza este artículo, me interrogó: ¿cómo usted definiría la palabra revolución?

Una vez un campesino del llano venezolano, nos dijo que era como hacer una cachapa (tortilla de maíz tierno), en el sentido de que “al estar bien cocida por la parte de abajo, se voltea para permitir que lo que está arriba, ahora ocupe su lugar y por supuesto lo que está abajo pase a estar arriba”

Una definición ideal, más cercana a lo político-social la resumimos así: es un conjunto de acciones dirigidas y coordinadas, causadas por problemáticas materiales y espirituales que entorpecen el crecimiento y desarrollo de la sociedad; esfuerzo humano que debe llevar a romper con estructuras y super estructuras caducas e injustas, generadora de formaciones profundas sociales, políticas, espirituales, económicas, científicas y tecnológicas que deberían estar en función del bienestar personal y colectivo, sustentadas en principios y valores de igualdad, equidad, solidaridad, cooperación, autenticidad, justicia y paz nacional e internacional.

También se puede agregar que una revolución implica un cambio radical en el ejercicio del poder, aplicando un tiempo relativamente corto, por lo que no debe ser confundida con procesos de reformas cuya característica esencial es la modificación evolutiva y parcial sobre determinada situación. Tampoco sería acertado calificar un golpe de estado o una revuelta como signo característico de que se haya producido una revolución.

Por supuesto, que cada época de la humanidad ha tenido diversos cambios profundos con relación a situaciones que han quedado rezagadas por la evolución histórica de la sociedad, hechos que los historiadores han calificado de revolucionarios. Es así como la revolución francesa de corte liberal, sustituyó en gran parte a las monarquías europeas, las revoluciones de independencia en América barrieron en gran medida con el colonialismo inglés, francés, portugués y español en estas tierras y las revoluciones rusa y china, orientadas por el socialismo científico, lograron derrotar al zarismo y a la democracia burguesa en el lejano oriente. También los cambios radicales producidos en Cuba y Nicaragua en el siglo pasado, han sido calificados de revolucionarios.

Una de las características esenciales de una revolución es que tiende a ser sólida, organizada y radical en el ataque y solución de problemas estructurales esencialmente económicos y sociales. Otros tipos de movimientos carecen de la cohesión necesaria y de estrategias claramente definidas lo que generalmente marcan su inestabilidad y fragilidad en el tiempo. Hasta ahora, todavía no se conoce en el mundo, ningún movimiento triunfante por la vía electoral que haya sustituido al capitalismo, toda vez que las raíces de este son tan fuertes sobre todo en lo económico, que generalmente los cambios en muchos aspectos se quedan en la superficie.

¿y… qué me dice de la palabra contrarrevolución, profesor?

En general, son acciones ejecutadas por seres humanos que intentan conservar las estructuras y super estructuras que han prevalecido por mucho tiempo en una sociedad, o que habiendo desaparecido recientemente, intentan restaurar o empoderarse de nuevo para lo cual generalmente apelan a la violencia.

La contrarrevolución es un movimiento acompañado de acciones encaminadas a obstaculizar el avance de los cambios que demanda la sociedad, soportadas por la suma de un conjunto de ideologías convergentes de tinte conservador del status quo.

Generalmente los que sustentan y promueven los planteamientos contrarrevolucionarios reaccionan contra todo lo nuevo, adversan sus valores y principios, son retrógrados y actúan cargados de odio contra las nuevas propuestas y el progreso social. Se pudiese decir que el contrarrevolucionario está armado de un estado de conciencia cargado de una convicción de que las minorías son las que tienen derecho a pensar, opinar, poseer muchas riquezas y ejercer el poder en sus diversas modalidades.

Paradójicamente, a los reaccionarios, lo injusto les parece justo, de victimarios se transforman en víctimas y en general, Justifican lo injustificable, así defienden la explotación del hombre por el hombre, la especulación financiera o comercial, las guerras, la mentira y la desigualdad, en razón que estas posturas vienen de sus propias filas empresariales e institucionales.

Aunque la lucha entre revolucionarios y reaccionarios es milenaria, esta se hizo más evidente y orgánica cuando desde importantes círculos de poder, especialmente en España, Alemania, Italia y Francia, se combatió por diversos medios los planteamientos progresistas del período de la ilustración, lo que se manifestó en represiones brutales amparadas en procedimientos inquisitoriales (siglos XVIII y XIX).

A raíz de los cambios políticos y culturales suscitados con la revolución francesa, hubo en Europa decenas de escritores amigos de la restauración del poder monárquico, entre los que podemos citar a Joseph de Maistre, Klemens von Metternich, René Chateaubrian y Louis de Bonald, todos ellos coincidentes en sus ideas con el clero católico y la nobleza. Similar situación contrarrevolucionaria surgió en América cuando Simón Bolívar y otros líderes independentistas se enfrentaron a una férrea defensa del imperio español y sus valores perversos por parte de políticos, terratenientes e ideólogos al servicio del colonialismo, la esclavitud y otras miserables posiciones contrarias a la justicia y la paz.

Más adelante, en algunos gobiernos instalados en Europa, a consecuencia de la reacción contra el avance de las ideas y acciones del socialismo científico liderados por Marx y Engels, surgieron vigorosos movimientos reaccionarios en la Rusia Zarista, el fascismo italiano guiado por Benito Mussolini (a partir de 1922), del nazismo alemán conducido por Adolfo Hitler (a partir de 1933) y de la noche larga ultraderechista instaurada en España por Francisco Franco y sus colaboradores (a partir de julio de 1936)

Según diversos historiadores, los supra gobiernos citados, son los íconos que han servido de guía filosófica y política para el ejercicio del poder en la mayoría de los países capitalistas del mundo, donde su mensaje fundamental es el anticomunismo como gran justificador del imperialismo dirigido desde el norte. Todo esto sin negar la importancia ideológica de las diversas corrientes conservadoras que tanto en USA, Europa y otros países, han contribuido notablemente con la restauración del pensamiento imperial, colonialista, racista y clasista, todo ello promovido por los grandes medios de comunicación al servicio de las transnacionales.

A parte de la supra concepción lineal sobre la categoría contrarrevolución, también dentro de los procesos llamados revolucionarios se presentan calificativos tales como reaccionario, contrarrevolucionario o ultrarevolucionario, con lo cual se intenta descalificar a posiciones críticas o disidentes, dentro del mismo proceso político que se intenta llevar a cabo. Situación que constituye un signo inequívoco de que la lucha por el poder no escapa ni desde la propia tolda o casa donde se lucha o se vive. Los señalamientos de buena o mala fe hechos desde adentro, parece que incomodan más a los gobernantes que los que vienen de la declarada oposición externa.

Ante semejante cuadro histórico, dígame entonces profesor ¿ existen medios efectivos para detener la acción de los contrarrevolucionarios en la Venezuela del siglo XXI y evitar que estos salgan victoriosos en sus perversas luchas?

En realidad, la historia de la humanidad ha demostrado que el combate que libran los pueblos por superar el atraso y la injusticia es posible ganarlo, pero también se ha evidenciado que las fuerzas amigas de la explotación del hombre por el hombre, de las guerras y en consecuencia de la acumulación desmedida de riquezas en pocas manos, nunca han estado dispuestas a arriar sus banderas neoliberales y pro imperialistas. En lenguaje tradicional y maniqueo, pudiésemos decir que es la lucha eterna entre el bien y el mal y donde este último flagelo se vale de miles de subterfugios sicológicos, truculentos, falaces, propagandístico y hasta violentos para reforzar la ideologización de sus seguidores y extender sus creencias, valores y principios arcaicos al resto de la población.

Desde las trincheras de lucha de la derecha neofacista nacional e internacional, a partir del triunfo electoral de la propuesta bolivariana liderada por el Comandante Chávez (Dic. 1998) esta viene planificando y ejecutando a cada minuto centenares de consignas y acciones para consolidar, ampliar su poder o restaurar el que ellos pudiesen pensar y sentir que han perdido ya sea por elecciones o por otras vías.

En todo caso debemos tomar en cuenta que en los trece años del gobierno bolivariano, todavía no se ha logrado poner los medios de producción en manos del Estado y del pueblo en general. Mas del ochenta por ciento de la economía y finanzas venezolana está en manos privadas. Similar situación se presenta con los medios de comunicación y con las instituciones de educación formal del país. La normativa en materia educativa y formativa sigue siendo eminentemente conservadora.

¿Por qué si lo anterior es cierto, los imperialistas y sus aliados consideran muy apetecible retomar el poder en Venezuela?

Sencillamente porque este país es uno de los mayores productores de petróleo y además tiene las mayores reservas petroleras del mundo. Mientras la empresa PDVSA siga siendo poseída por el Estado, las transnacionales financiarán a la oposición venezolana para que esta genere desestabilización en función de producir el derrocamiento del gobierno.

Es desde esta visión avasallante y prepotente, que los contrarrevolucionarios venezolanos y sus aliados extranjeros (políticos y empresarios) diseñan tácticas y estrategias que los han llevado al acaparamiento de productos, la reducción intencional de la producción industrial y oferta comercial, la desinversión en el país, el contrabando de extracción, la especulación, la apropiación ilegal e ilegítima de las divisas de precio preferencial, el soborno permanente a inescrupulosos funcionarios públicos y por si fuese poco, a la organización y activación inteligente de poderosas guarimbas (interrupción del tránsito con quema de desechos sólidos, colocación de barricadas y agresiones armadas en contra de los peatones, conductores y bienes de servicio público) en combinación con mercenarios y paramilitares traídos desde el exterior; acciones estas últimas que intentan vender la imagen a nivel mundial de que en Venezuela se persigue y maltrata a la oposición, que su economía está totalmente destruida y que por lo tanto requiere de una intervención de las potencias occidentales lideradas por USA.

Es de reconocer que la supra estrategia citada, ha venido siendo reforzada por un modelo de gobernar donde las fallas, errores, negligencias y corrupción no han sido sancionadas con la debida firmeza. En importantes cuadros medios y altos del gobierno, se han presentado múltiples irregularidades cuya causa principal es el modelo para reclutar, seleccionar, evaluar, asignar responsabilidades al personal, inspeccionar y controlar la gestión.

No se niega la buena intención y orientación conque Chávez, Maduro y la mayoría de sus colaboradores han actuado, lo que ha permitido avanzar fundamentalmente en educación, salud, nutrición, vialidad, empleo y en las relaciones internacionales, sin embargo un pequeño pero maligno grupo de funcionarios en combinación con el sector privado han logrado hacer corrupción, contrabando, evasión fiscal, descuido en la seguridad y apropiación indebida de las divisas del país, en medio de una impunidad muy parecida a lo que sucedió en los gobiernos neoliberales que tuvo el país antes del año 1999.

Es sobre las anomalías citadas, que la derecha profundiza sus críticas y acciones desestabilizadoras, no porque sean ajenos a la corrupción y a la negligencia, sino porque al endosárselas a los bolivarianos, esta acción les permite presentarse ante el país como gente inconfesa de haberlo llevado al abismo, cuando les tocó ejercer el gobierno. Sus críticas exageradas los llevan a peregrinar por varios países y colocar tergiversadas noticias en los medios de comunicación nacionales e internacionales, intentando con ello crear una imagen donde el gobierno sería prácticamente una dictadura que los reprime ferozmente y les impide actuar con libertad.

¿Cuál ha sido la actitud del gobierno bolivariano ante las críticas que viene haciendo la oposición derechista?

En principio, es la de una actitud defensiva y reactiva de extremada prudencia, la cual combinada con algunos actos de corrupción y negligencia de algunos funcionarios, ha facilitado la vulnerabilidad económica, financiera y de seguridad del país. Aunque no se llegado a los extremos bochornosos de los gobiernos neoliberales pro colonialistas, es indudable que se está generando un caldo de cultivo que es necesario y urgente detenerlo.

El modelo perverso de copar de responsabilidades a una sola persona y de omitir evaluaciones objetivas antes, durante y después del ejercicio de un cargo público, ha permitido que algunos servidores públicos sean de nuevo nombrados e incluso ascendidos, a pesar de tener una conducta de dudosa reputación en su actividad directiva, gerencial y administrativa. Por cierto en algunas dependencias gubernamentales los corruptos y derechistas todavía se dan el lujo de marginar a gente honesta y de trayectoria revolucionaria ¿vale sostener una política unitaria con los enmascarados de este tipo de circo político?

Los nombramientos a cargo del dedo amigo o familiar en busca de acumular poder en algunas instituciones del Estado, es otra debilidad a considerar. La impunidad en medio de la complicidad de una parte importante de funcionarios se ha adueñado sustancialmente de la gestión ejecutora y contralora del país, situación que no desperdician los reaccionarios defensores y restauradores del capitalismo, para justificar su trabajo permanente por regresar plenamente al gobierno y con ello recuperar el poder parcialmente perdido.

Adicional, el gobierno, en medio de una relativa ingenuidad, ora, suplica y ruega a los dioses del olimpo porque la oligarquía y sus socios políticos comprendan que ser especulador y contrabandista es malo, que agredir a los trabajadores no conduce a las puertas del cielo, que lo mejor es que todos vivamos en paz, solapando se la lucha de clases, la explotación del hombre por el hombre y por ende la acumulación de capital en pocas manos. Las líneas políticas y estratégicas se acercan parcialmente a una concepción burguesa de hacer política que por supuesto no agrega valor suficiente en función de hacer una revolución que debería ir vía socialismo.

Indudablemente que la supra posición es respetable, constitucional, de etiquetada diplomacia formal y por cierto con algunos rasgos de cristianismo primitivo, pero que ante los insensibles y agresivos interlocutores, abrigamos dudas de si los capitalistas alguna vez han entendido y comprenderán el sentido y propósito de este bondadoso y poético lenguaje.

¿Qué moraleja política nos deja Il Gatto Pardo, sobre la reacción de aquel príncipe que ante el avance de las fuerzas unificadoras de Giuseppe Garibaldi, propuso con excelsa sabiduría de poderoso noble y aristócrata cuando afirmó “si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”? En italiano: "Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi" ¿será que a la burguesía apátrida le disgustaría dialogar para lograr que se produzcan cambios con tal que todo siga como tradicionalmente ha estado? o en otras palabras, si queremos vivir en paz con el enemigo o adversario ¿estaríamos dispuestos a cambiar todo para que nada cambie? ¿Qué nos dice la historia al respecto?

Volviendo al tema de la contrarrevolución, es evidente que esta siempre ha sido muy fuerte en todo el mundo y en todos las épocas de la humanidad, razón por la cual sería un acto de craso optimismo, subestimar a tan poderosa enemiga, la cual como sabemos pudiese ser detenida y hasta vencida, siempre y cuando al menos se cumplan algunas condiciones indispensables para hacer frente a la poderosa fuerza política, ideológica, comunicacional, económica, financiera, tecnológica y militar que desde el exterior y desde adentro los enemigos de la patria a diario preparan en función de alcanzar la victoria sobre las fuerzas del progreso.

Es conveniente acotar, que si bien pueblos como el chino lograron vencer el dominio inglés, la invasión japonesa y el gobierno pro occidental dirigido por Chang Kai Shek, dadas las condiciones históricas y geopolíticas en que se produjeron estos acontecimientos, es evidente que no es fácil para nosotros afirmar que el imperialismo es un tigre de papel, y por tanto sería un pan relativamente fácil de comer ¿Será que en algunos casos, los verdaderos tigres de papel somos nosotros?

Como se conoce en el mundo, las fuerzas progresistas han ganado muchas batallas, contando hasta ahora con mas de un centenar de países en el planeta que están firmes al lado de la independencia y la liberación nacional. Sin embargo también las fuerzas imperialistas han triunfado en otras confrontaciones e inclusive en muchas guerras y batallas por la restauración de espacios que habían perdido en el siglo pasado y en el actual ¿Es fácil olvidar las invasiones de los países imperialistas a Irak, Afganistán, Libia y una centena de países en África y América Latina y el Caribe? ¿Cómo olvidar que Siria. Corea e Irán siguen amenazados por fuerzas imperiales y que USA tiene instaladas siete bases militares en Colombia?

 

Es en este orden de ideas que debemos plantear una lucha por la estabilidad en el poder y por ganar cada día nuevos espacios a nivel nacional e internacional, la cual debe caracterizarse por ser de alta visión sistemática, ideológica, diplomática, tecnológica, de permanente acción ejecutiva, de efectivo control y seguridad ciudadana.

En el terreno de los hechos, es digno reconocer que el gobierno presidido por el Presidente Maduro, ha intentado en los últimos meses, de contrarrestar el despiadado ataque a las reformas moderadas que a favor del pueblo trabajador se vienen realizando: incremento de las importaciones de alimentos y medicinas, leyes en materia cambiaria y de costos y precios no especulativos, mejoramiento del control aduanero que había sido descuidado en las fronteras e incorporación activa del M.P.P. del Interior y Justicia, de la Fuerza Armada y de la Policía Bolivariana en el combate al contrabando, el acaparamiento, la especulación y contra actos vandálicos y criminales cometidos por un sector importante de la oposición apátrida.

También es muy importante hacer énfasis en mejorar el talento humano de la Cancillería. Se debe reforzar nuestras embajadas y consulados con la presencia de verdaderos revolucionarios que sientan en profundidad a la patria de Bolívar y que trabajen por lo menos 18 horas diarias acompañados de una actitud proactiva, imaginativa, creativa, innovadora y con capacidad para ir siempre adelante en el monitoreo, comprensión y el manejo de los acontecimientos nacionales y mundiales. Combinar las formalidades institucionales con el contacto permanente con el pueblo de cada país es un imperativo que no debemos obviar. Borrar las plácidas imágenes y conductas diplomáticas del “exilio dorado”, es una tarea que no debe ser soslayada en ningún momento.

Por último es esencial y urgente democratizar al máximo la participación popular y donde se le de oportunidades de comando al activismo integrado por profesionales, técnicos y bases populares a nivel nacional, todo ello asociado a una inteligente gestión ejecutiva, contralora y de justicia, sobre la base de valores y principios revolucionarios. Las gestiones que se hagan en torno a la unidad deberán excluir a todos aquellos cuyas prácticas corruptas y especulativas sean su móvil de actuación. De lo contrario, mas temprano que tarde pudiésemos estar saboreando las derrotas que ya otros intentos por instaurar el socialismo nos dejaron.

En síntesis, si el gobierno bolivariano trabaja sobre la base de las anteriores premisas, logra dar un golpe de timón en la manera de dirigir, mejora el estilo

de hacer política y profundiza en el salvo de omisiones, la corrección de errores, sanciona a los delincuentes de cuello blanco e intensifica la formación ideológica revolucionaria del pueblo trabajador, estamos seguros que se logrará detener el avance del fascismo y derrotar sus aspiraciones de triunfo y en consecuencia la victoria deberá corresponder a los patriotas revolucionarios y fuerzas progresistas del país.



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Yolí José Núñez O.


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