Los mismos peligros del 23 de enero del 58

Este pueblo creyó en una solución pacífica del problema venezolano. Yo mismo y conmigo quienes intervinieron en el gran movimiento de la Junta Patriótica, creímos de buena fe, sinceramente, que podría lograrse un entendimiento general unitario, venezonalista creímos que las diferencias transitorias podrían ponerse a un lado para sentarse todos a trabajar por la Patria y cada uno pensara más en el progreso del país que en sus intereses personales. Nosotros creímos que el patriotismo estaba por encima de banderías y de grupos.

Carta de renuncia de Fabricio Ojeda 30 de junio de 1962

De esta forma el dirigente revolucionario se apartaba de su curul para unirse a la lucha guerrillera: sentía que no existían en ese momento, mecanismos institucionales que permitieran construir la sociedad de sus sueños. Pocos años más tarde sería asesinado.

Cada año se conmemora su muerte y se releen fragmentos de esta carta o de su libro Hacia el Poder Revolucionario (1). Fabricio que había sido Presidente de la Junta Patriótica y canalizador de la fuerza popular del 23 de Enero del 58, cuatro años después tomaba la drástica determinación de abandonar los espacios de poder.  Pero a nuestro parecer pasó mucho tiempo para lanzar su carta desesperada.

Creemos que hoy día en el 2014 a un poco más de un año de la muerte del Comandante Chávez, la Revolución entra en una fase similar a la vivida el 23 de enero del 58. Aún estamos a tiempo de hacer algunas alertas. Nuestro aporte en este momento es hacer un llamado a la rectificación. Traemos el ejemplo de nuestra historia reciente, para que este símil nos detenga a tiempo, y no esperar cincuenta años más, para corregir el rumbo. Creemos que podemos hacerlo ahora, pero para ello tenemos que estar conscientes de los pasos que podrían conducirnos por la senda de regreso al Pacto de Punto Fijo.

El Pacto de Punto Fijo, no llegó de pronto, de la nada. Se fue gestando, fue avanzando a pasos seguros y nadie dijo nada, nadie rebeló la tramoya. Todos, menos sus ideólogos andaban distraídos. ¿Cómo lo lograron? ¿Cuáles ideas hegemonizaron a la Junta Patriótica y que ideas se hicieron un año después, plan de gobierno? ¿Cómo se movieron los factores políticos más importantes y que similitudes pueden establecerse con nuestra coyuntura actual en Venezuela?

Comenzaremos con parte del discurso de Rómulo Betancourt a su llegada del exilio. Recordemos que Pérez Jiménez había sido derrocado, soplaban vientos de cambios, de apertura de partidos políticos y  las masas celebraban en las calles la caída de la dictadura. Pero Betancourt ya traía ideas concretas desde New York acerca de lo que debía hacerse:

Conciudadanos, Miembros de la Junta Patriótica, Compañeros y Compañeras de Partido: regreso a trabajar con mi Partido y con el pueblo para ayudar a establecer definitivamente en Venezuela el régimen democrático Estas cuestiones fueron objeto de discusión y análisis, como los otros temas de la problemática nacional, en los diálogos realizados con Rafael Caldera y Jóvito Villalba, esas dos grandes figuras de la democracia nacional, exiliados como yo en la ciudad de Nueva York nos hemos convencido todos de que el canibalismo político, la encendida pugnacidad de la lucha política, le barre el camino a la barbarie para que irrumpa y se apodere de la RepúblicaAl expresarme así no estoy definiendo una actitud de carácter personal. Estoy ratificando una línea de partido, del Partido Acción Democrática (2)

Como vemos la primera línea del Pacto de New York, fue el cese de lo que Acción Democrática denominaba la encendida pugnacidad política, la misma que había iluminado la gesta del 23 de enero. Acción Democrática sabía que había que lanzar un balde de agua fría sobre esa llama, para lograr un aquietamiento de largo plazo sobre la población. Adicionalmente Betancourt planteaba una moderación del debate político y para ello llamaba a la tregua política que no era más que un cese tácito de la discusión acerca del modelo económico a aplicar en los próximos años: estamos interesados fundamentalmente en una tregua política, en que los partidos ni siquiera saquen sus multitudes a las calles, sino que realicen dentro de sus locales cerrados sus tareas de organización, y que cuando pueda comenzar un debate público, que se eliminen definitivamente el odio, el insulto y la procacidad Venezuela en estos momentos es como un convaleciente que acaba de atravesar una crisis, y es deber de todos los venezolanos, mucho más de los partidos políticosel de sumar todas nuestras fuerzas para ayudar a la Junta de Gobierno

La metáfora de un enfermo al que no debe molestársele mucho, distraía a los revolucionarios y dejaba en manos de los reformistas, el camino abierto para restablecer las relaciones capitalistas tradicionales:

debo manifestar la satisfacción con que he visto que las Cámaras de Producción y el Movimiento Sindical Unificado han iniciado conversaciones de mesa redonda para posibilitar reajustes en las relaciones obrero-patronales por la vía pacífica del entendimiento entre las partes...Habrá pues, una tregua en el campo obrero como en el campo político.

Betancourt establecía un año después, ya en la Presidencia de la República, el 1ero de mayo del 59, su beneplácito en que la alianza obrero-patronal podría volver a la vía normal de regateo y dirimir sus diferencias. Un mes después, Betancourt invitaba a los sectores financieros a Miraflores para garantizarles que su gobierno era estable y seguro, y en Carora le aseguraba a los terratenientes que estaba haciendo una política de entendimiento nacional y que no enfrentaría a unas clases contra otras.

Todo este confort jurídico-político para la burguesía, se justificaba con que todo eso era necesario, para poder continuar con una política de distribución de la renta para que el pueblo pudiera consumir más. En el 60, Betancourt en la 3era convención de reunión de gobernadores les ordenaba que debían escuchar las demandas de los sectores privados de la producción industrial, bancaria y agrícola porque ésa era la forma democrática de gobernar (3).

De manera que en un año y medio, la gesta revolucionaria había sido dejada a un lado y se había abierto la zanja del pacto con la burguesía. La izquierda se debatía entre perseguir a los perejimeniztas o ingresar abiertamente en el pacto.

Hoy en el 2014, algunos sectores dentro del gobierno pujan por retornar a la vía del pacto de Punto Fijo la misma que justifico en el 58, incluir a Eugenio Mendoza en la Junta Patriótica y que hoy justifica incorporar a su nieto Lorenzo Mendoza a la comisión económica del gobierno Revolucionario para que aumentemos la producción. Ayer igual que hoy, la burguesía intentar ahogar la pasión socialista en las aguas de un vil empresariado productivo.

Ya que la MUD y algunos sectores no han aceptado nuestro llamado de buena fe al diálogo, tenemos una excelente excusa para rectificar, aceptar que no es posible reconciliar lo irreconciliable y poner en la mesa la discusión que Fabricio intentaba dar antes de ser asesinado:

del estudio de la teoría política, demuestra que a esta altura de la historia, nada tiene que buscar nuestro país en el cambio de una camarilla por otra; o de un partido o grupo de partidos por otro partido o grupo de partidos. Lo que se trata de lograr es un cambio revolucionario, de fondo, en la composición social del gobierno que sea capaz de modificar las estructuras mismas del país y consolidar un régimen independiente, liberado del imperialismo y la oligarquía.

Esas estructuras a las que se refería Fabricio son las mismas que hoy día tratan de imponerse y que intentan desviar la senda socialista: El imperialismo tiene en Venezuela uno de los más importantes mercados de América Latina, y la burguesía importadora que deriva jugosas ganancias de su actividad intermediaria no podrán nunca, por sí solas, auspiciar desde el Poder, cuyo control ejercen hegemónicamente, una modificación que remotamente pueda significar perjuicio o desaparición de tales privilegios

Era la misma burguesía importadora, que como gran intermediaria entre las divisas de la renta petrolera y la distribución de mercancías la que controlaba el modelo económico socialdemócrata capitalista en el país. Esa alerta la daba Fabricio en su libro, a destiempo en el año 66. Pero Betancourt ya había hecho muy bien su trabajo, hasta le había dado tiempo de nombrar su sucesor: Leoni.

Fabricio se lamentaba que la perdida de la gesta del 23 de enero fue por falta de discusión entre los revolucionarios: La necesidad de una transformación revolucionaria en la presente situación venezolana, pocos la discuten. No lo hace mi fraterno amigo de la burguesía agraria, ni los grupos dirigentes de los partidos políticos. Tampoco los principales voceros de la burguesía industrial; mucho menos la dirigencia de la clase obrera

Pero hoy aun podemos darla, volver sobre Fabricio, sobre su esperanza salvarnos de un neo pacto, recordar que: Abandonar el campo reformista y tomar el revolucionario significa decidirse a luchar sin temor alguno, tener seguridad de la victoria y desafiar, cual David, al gigantesco poderío reaccionario, como lo han hecho todos verdaderos revolucionarios de la historia

(1)    http://www.nicolasmaduro.org.ve/presidente/la-carta-de-renuncia-de-fabricio-ojeda-se-convirtio-en-una-denuncia-contra-el-puntofijismo/#.UyWhavl5Olshttp://www.cedema.org/uploads/libro%20fabricio.pdf

(2)    http://www.analitica.com/bitblioteca/rbetancourt/1958_02_09.asp

(3) http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/26434/1/cronologia-politica.pdf



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Rosa Natalia

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