No sabía cómo iba a reaccionar al momento de su llegada, paso por mi mente una infinidad de ideas que anticipaban mi recibimiento, de pronto, el tiempo y trayectoria que separaba su arribo a su punto de llegada, se acortó. Era inminente la asistencia a su encuentro, solo un metro de distancia me separaba de aquel hombre conocido por la historia viva, como el gran timonel de la Revolución Bolivariana, el ser que lo dejo todo por servir a la Patria, ese mismo que los Pueblos del mundo catalogan como el segundo libertador de América, que se enfrentó en conjunto con su Pueblo, al más voraz de los imperios conocido en nuestro tiempo histórico; no salía del asombro, solo faltaban segundos para estrechar la mano del Líder indiscutible del renacimiento revolucionario, de ese mismo que le dijo a fukujama con hechos concretos, que era falso el fin de la historia, que mientras exista la explotación, existirá esperanza para cambiar lo que tenga que ser cambiado en favor de los pueblos, que las ideas del socialismo tienen un germen permanente en las masas, que solo el despliegue de esa potencia, será capaz de derrumbar el sistema que los oprime.
Faltaban milésimas de segundos, y aun sabiendo que estar al frente de un gigante, con la oportunidad de intercambiar palabras que quedarían sembradas en mi corazón, en mi mente y en mi vida, la energía que broto al estrechar mi mano, paralizó cualquier intento de entregar el mensaje que en mi mente preparado estaba.
La primera impresión sobrepasó el umbral de mi expectativa, pero no bastando con eso, al terminar su magistral presentación, se coloca en un espacio que le permitió estar por encima de los que acompañábamos su actuación, termina haciendo un llamado que ha marcado mi vida y mi desarrollo político " necesito que entreguen a Carabobo para la revolución, unidad, unidad, unidad, unidad, lo demás es traición".
A 13 meses de tu vuelo, Comandante Chávez vivirás por siempre.