Nicolás devuélvenos el sentido de la vida

“Yo atravieso un infierno por la revolución si veo que la lucha del gobierno es por el pueblo, y estoy seguro que hay un pueblo allá fuera que vuelve a cocinar con leña como en el 2002, que desgrana y muele el maíz para hacer su arepa si Lorenzo Mendoza nos vuelve a negar la harina para hacerla, si el gobierno lucha por un verdadero socialismo que no será hoy, mañana ni pasado, que no sea para nosotros, que sea para nuestro hijos, o los hijos de nuestros hijos pero si es para sentarse con esa bola de ladrones, vagos y parásitos, no creo que todos estén dispuestos” (1)
 
Si aplicáramos la teoría del psiquiatra vienes Viktor Frankl al testimonio anterior, diríamos que Carlos tiene el “logos” o el sentido de su existencia, en duda y eso le genera crisis. Si a Carlos le tocase vivir hoy, con esas mismas dudas, lo que le tocó a Viktor a sus 37 años, tendría pocas posibilidades de sobrevivir. El joven psiquiatra sobrevivió a cuatro campos de concentración nazi donde de cada 28 solo sobrevivía 1. Al final de su tránsito por “el infierno” se dedicó a reflexionar en un método o filosofía de vida que permitiese a los individuos sobrevivir a la sensación de frustración existencial en el mundo capitalista.
 
“Entrevistador: Muchos de nosotros no tenemos la experiencia de ser sobrevivientes del holocausto, no hemos vivido el terror ni la tragedia de ello. Se supone que en esta época debe ser más fácil encontrarle el sentido a nuestras vidas, pero resulta que es más difícil que hace unos años atrás ¿está usted de acuerdo con eso?
Frankl: Totalmente. Esto ocurre porque vivimos en una sociedad que tiende a satisfacer todas y cada una de las necesidades materiales de las personas e incluso, en muchos casos, termina por crearnos necesidades. Pero el sentido de encontrar nuestro camino, y el sentido de nuestras vidas, termina por estar siempre insatisfecha” (2).
 
El psiquiatra aunque no era político, veía en la mayoría de sus pacientes, una profunda insatisfacción espiritual a pesar de tener cubiertas sus necesidades básicas. Extrapolándolo a la política  podríamos decir que aunque la sociedad venezolana en su mayoría tiene cubiertas sus necesidades básicas, hay un sector importante de la población que siente que no es suficiente y por lo tanto expresan su inconformidad con el gobierno. La etapa de saldar la deuda social de las mayorías pobres, durante los últimos quince años a través de instrumentos de distribución de forma directa individual de la renta petrolera, reforzó la conciencia de consumo insaciable. Hoy ante la crisis económica y el cambio ideológico hacia una socialdemocracia de consenso, la masa se queda con la misma conducta de un niño malcriado y abandonado.
 
Como dice Carlos el criollo “Yo no quiero un ministerio, yo no quiero la presidencia de un canal, ni que me pongan donde haiga, lo único que yo he querido toda mi vida es vivir y a estas alturas una oportunidad de vivir”. Quizás Carlos sea un hombre de mediana edad, y se da cuenta que para un revolucionario lo más importante es despertar cada mañana sintiendo la certeza de que la revolución es posible.
 
Continúa Viktor Frankl el psiquiatra: “Esto lo he llamado, el llanto no escuchado del sentido de la vida, lo cual crea cicatrices en nosotros, ya que es la necesidad básica de todo ser humano. Necesitamos fundamentalmente encontrar el rumbo hacia el cual caminamos, el sentido que tiene nuestra vida... Si una persona encuentra esto, entonces está preparada para sufrir, para hacer sacrificios, para sufrir tensiones y presiones sin que le afecte de manera importante“ (2).
 
Cuando Chávez nos regaló la misión de vida de construir el socialismo, encontramos razones de vida, pero al desvanecerse esa posibilidad con pactos económicos con los empresarios nacionales y trasnacionales, cunde un sentimiento generalizado de derrota, que se expresa en el chavista que resiente la presencia de Capriles en Miraflores, en el chavista que es beneficiario de la misión vivienda y sale a trancar la av. Libertador por algún pequeño problema en su edificio, o en el chavista que hace muchos meses que no participa en las marchas o concentraciones porque “no tiene muchas ganas”.
Frankl entendió que en situaciones de crisis los más aptos para la supervivencia eran aquellos que sabían que les esperaba una tarea por realizar pues considera que la esencia íntima de la existencia humana está en su capacidad de ser responsable.
 
No debemos dudar en desafiar a los chavistas a construir una sociedad sin empresarios. Solo en circunstancias de sacrificio con un para qué, el ser humano es capaz de despertar y encontrar significado de vida.
 
También Frankl consideró como un concepto falso y peligroso para la higiene mental dar por sentado que lo que las personas necesitan es ante todo “equilibrio”. Por el contrario comprendió que la tensión del sacrificio y la responsabilidad es inherente al ser humano y por consiguiente es indispensable para el bienestar social. Lo que el hombre realmente necesita no es “vivir sin tensiones”, sino esforzarse y algo que valga la pena.
 
En el plano social los gobiernos que cuentan con mayor respaldo son aquellos en cuya población se ha infringido la educación del para qué de las decisiones, que ha esclarecido el horizonte de largo plazo, de no hacerlo así cualquier situación de crisis los hace tambalear y cambiar de rumbo sin sentido alguno. Al igual que un ser humano en un campo de concentración, un gobierno sin motivaciones está destinado a morir.
 
El sentido de la vida es de tipo incondicional y abarca incluso la posibilidad de atravesar algún sufrimiento. De igual forma la lealtad de una población convocada para el socialismo, seria incondicional. Así lo ha demostrado en el pasado, pero la promesa de una sociedad diferente debe cumplirse para conservar esa incondicionalidad. De igual forma forzar mesas de diálogo para “que todo vuelva a la normalidad y ya no hayan mas guarimbas” es subestimar la capacidad de resistencia del chavismo, de los revolucionarios y de todos aquellos que consideran que conformar nuevas relaciones económicas seria una misión ardua, pero maravillosa.
 
 
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(1) Ramirez, Carlos (2014) A Néstor Francia yo si lo mando al carajo, el verá que hace (http://www.aporrea.org/medios/a186904.html)
 
(2) Viktor Frankl en el tiempo – subtitulado (https://www.youtube.com/watch?v=mTV-4DzUGYE)
 

Viktor Frankl (1979) El hombre en busca de sentido. Editorial Herder S.A., Provenza 388, Barcelona (http://markeythink.files.wordpress.com/2011/04/el_hombre_en_busca_de_sentido_viktor_frankl.pdf)



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Rosa Natalia

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