Según la información que pude ver y escuchar a través de una televisora de
las que llaman comercial, y que luego escuché nuevamente a través de una
emisora de radio de las que llaman pública, al parecer, ante la ausencia
del tan apetecido acetominofén en las farmacias del país, para combatir el
chikungunya, la gente del pueblo, especialmente en la región oriental de
Venezuela, está consumiendo una hierba conocida como chinchamochina.
Incluso, este asunto ha sido tema de discusión en un congreso nacional de
medicina indígena que se está realizando por estos días en el estado
Monagas.
Como no se ha dado a conocer al respecto una opinión oficial por parte de
las autoridades venezolanas en materia de salud, me tomé la libertad de
averiguar algunas referencias que aparecen en Internet, y consulté a
algunas personas que habitan en los estados Anzoátegui y Monagas. Según la
información recabada acerca de la ahora famosa chinchamochina, esta
especie, cuyo nombre científico es Lithospermun fruticosum, también es
conocida como hierba de las siete sangrías, asperón y asprilla, y tiene
propiedades en el tratamiento de la hipertensión moderada, gripe, catarros
y ulceraciones dérmicas. Las características de la chinchamochina son las
siguientes: hojas verdes y ásperas, fruto pequeño redondo de color verde y
flor en forma de campa de color vino tinto. Y a todas éstas, ¿alguien sabe
dónde se puede conseguir acetonominofén?
*alportillo@ula.ve