¿Qué está pasando con el embarazo precoz en Venezuela?

El embarazo a temprana edad se ha convertido más que en un problema de salud pública, como lo ha calificado el Ministerio de Salud de Venezuela, en una característica de la sociedad venezolana. De cada 100 mujeres embarazadas, 25 son adolescentes, de acuerdo al programa de Telemedicina de la Universidad Central de Venezuela. Desde hace años Venezuela tiene el nada envidiable récord de ser el país con mayor cantidad de embarazos adolescente en Sudamérica y el tercero en Latinoamérica. Basta con pasearse por las salas de maternidad o los pasillos de los consultorios ginecológicos o de obstetricia, abundan las jovencitas con tremendas barrigotas que parecen "pegadas" a sus pequeños cuerpos de niñas. A una consulta de esas llegó por primera vez a sus 14 años Yolimar. Con actitud envalentonada afirma que nunca sintió miedo de lo que le esperaba. "Yo no pensé que iba a quedar embarazada, pero después que me enteré tampoco fue que me asusté ni nada. Nadie se ha muerto por eso". Hoy Yolimar tiene ya 21 años y tres hijos de siete, cinco y tres años. Sin pena y con un poco de soberbia cuenta que, aunque no estaba en sus planes quedar embarazada a temprana edad, no se trata de algo que haya afectado drásticamente sus planes de vida. joven Vivir en uno de los pocos países de América Latina donde el embarazo en adolescentes no ha disminuido en la última década seguramente tiene mucho que ver con su posición. Y es que Yolimar no está sola. Por las tardes, sentada junto a ella en el zaguán de su humilde casa de zinc están las que solían ser sus compañeras de clase, un grupo de siete jovencitas de las cuales cuatro ya son madres también, y a las que ya no las unen las tareas de la escuela sino las del hogar.

"Igual nunca me gustó estudiar. Así no hubiese salido embarazada lo más seguro es que hubiese terminado trabajando y no yendo a la universidad. Te repito no es nada del otro mundo". Con esa picardía y "pilas" que caracterizan a las y los jóvenes venezolanos, especialmente en los sectores populares, ese picantico extra que te da aprender en la calle, Yolimar dice que sabe bien de los métodos anticonceptivos. Sin embargo su viveza se viene al suelo cuando afirma que todas las veces que quedó embarazada pensó "no me va a pasar a mí". Lo mismo creyó una, otra y otra vez. Según datos del Plan Andino para la Prevención del Embarazo Adolescente (Planea), implementado por el Fondo de población de las Naciones Unidas, en la subregión andina de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, más del 90% de los adolescentes tiene conocimiento sobre los métodos anticonceptivos. Conversando con varios muchachos de entre 15 y 17 años en el popular sector del Core 8 de Ciudad Guayana, a unas cuadras de donde vive Yolimar, se escuchan las mismas respuestas. "Claro que yo sé qué son los preservativos, las pastillas y esas cosas, pero si se presenta un chance con una chama de repente, ¡uno no va a dejar lo que está haciendo para ir a buscar un condón!", dijo Raúl entre risas y gestos de aprobación de sus amigos, mientras otro repica "imagínese, cómo queda uno ahí".

De acuerdo con el Programa de Atención a Madres, Niños, Niñas y Adolescentes del Ministerio del Poder Popular para la Salud, en Venezuela el 23% de las 850.000 embarazadas que se realizan anualmente el control prenatal en instituciones de salud públicas son adolescentes. Las autoridades sanitarias, la familia, las instituciones educativas y la sociedad venezolana al completo tienen la nada fácil tarea de dar en el clavo y descubrir por qué si los jóvenes saben tanto sobre las maneras de prevenir los embarazos, cada minuto por lo menos tres adolescentes quedan embarazadas en este país. Otros datos que maneja la institución revelan que "nueve de cada diez jóvenes conoce los métodos anticonceptivos, pero solo uno de cada diez lo utiliza; el 75% de los embarazos adolescentes ocurre por no usar ningún tipo de protección y cinco de cada diez menores recibe información no adecuada de amigos y medios como la televisión y la Internet".

Las dos hermanas menores de Yolimar repitieron su historia, en una copia casi al carbón. Estando todavía en sus veinte años, las tres formaron parte del programa de esterilización femenina gratuita a madres que ya han tenido 3 hijos, que ha implementado el gobierno venezolano desde 2010 para intentar ponerle freno, entre otras cosas, a los partos a temprana edad.



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