El pasado 5 de mayo Aporrea me publicó un artículo de opinión, una crónica sobre el abasto Bicentenario: www.aporrea.org/contraloria/a207186.html.
Desde otra página, desconocida para mí, me enviaron un recado; les ofrezco el one/two, porque la página en cuestión está montada en spanglis por discípulos del empresario Moreno en su posicionado "Open English", UNO DE ELLOS Juan Cristóbal Nagel, ya capturado y con el cerebro lavado por Darth Vader, quien no desperdicia su arrechera contra los venezolanos.
ONE
Estimado Sr. Colomine
Leí con interés su artículo en Aporrea, donde narra su decepción al visitar el Gran Abasto Bicentenario de la Plaza Venezuela. Su experiencia no sorprende: anaqueles vacíos, poca variedad, colas arbitrarias, y para más colmo, productos importados que se venden a precio de dólares mayores a los que el gobierno da.
Le confieso que esperaba encontrarme con un final diferente, algo que sugiriera que usted había aprendido su lección. Algo que dijera que se dio cuenta que la Revolución era un fraude.
Pero no. En vez de indignarse contra los culpables de esta debacle, usted termina indignado contra dos enemigos ficticios: la "corrupción" y la "derecha apátrida."
Sr. Colomine, fíjese una cosa: las personas que dirigen ese abasto son de la absoluta confianza de Maduro y su gabinete. Las personas que fijan esas políticas absurdas son las mismas que se embolsillan los dólares necesarios para importar esos bienes a precios preferenciales.
No hay auditoría posible que resuelva este entuerto. No hay Indepabis, ni tribunal, ni Fiscalía que ponga orden en este desmadre, porque simplemente los jefes del Indepabis, de los tribunales, y de la Fiscalía, son los que se están beneficiando de esto.
Con meter preso al gerente del abasto o al militar encargado de la red de distribución del Bicentenario no se logra nada. El que venga va a terminar haciendo lo mismo, porque el sistema está hecho para que la gente se aproveche de él. Para los que están en el poder se beneficien de él.
Los únicos culpables, Sr. Colomine, son los venezolanos que con su voto y su continuo apoyo siguen dándole fuerzas a un régimen caído. Los únicos culpables, Sr. Colomine, son personas como usted.
Así que déjese de falsas indignaciones y recapacite un poco. La única razón por la que usted alaba el hecho de que algunos de los únicos bienes que se consiguen en el Bicentenario sean de Polar, la única razón por la que usted mira en Amazon una fuente de "precios justos," es porque usted en el fondo es un capitalista.
Así que un consejito de panas: déjese de seguir empoderando al gobierno con su lógica enrevesada, y termine de salir del closet. Usted es un capitalista a quien le encanta comprar, le gusta ir a tiendas bien surtidas, que revisa páginas como Amazon y que compra productos de la Polar.
Usted no pertenece a ese lado. Usted debiera estar del lado de acá. De ese lado están los kleptócratas. De este estamos los que queremos un futuro mejor para nuestra Patria.
Aquí lo recibiríamos con los brazos abiertos, dispuestos a perdonarlo.
Saludos afectuosos,
Caracas Chronicles
TWO
Gracias por la molestia de leer mi artículo sobre la situación actual del abasto Bicentenario y que el mismo le haya impresionado.
Por haberse tomado usted un tiempo y palabras para entablar un posible diálogo conmigo, le doy respuesta parcial a alguno de sus planteamientos.
Soy comunista de formación y he dedicado mi vida a la lucha por el socialismo a la venezolana. Sucede que Chávez encausó por vía pacífica la posibilidad de desarrollar un proyecto socialista para Venezuela desde el poder tomado por la fuerza de los votos en 1999, pero a diferencia con él, en mi caso, mis luchas con el mismo fin (la toma del poder) se realizaron en los años sesenta mediante el enfrentamiento armado, en operaciones de guerrilla urbana y rural en las que participé siendo joven y estudiante, bajo la conducción de transfugas como Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff, entre otros.
Todos conocemos que esa guerra civil, costó la vida a más de 3000 venezolanos. Tuve la suerte de no contarme entre esas victimas, muchos de ellos fueron amigos y amigas, camaradas de luchas a quienes honro y respeto con su recuerdo. Fue una guerra sucia ¿sabe?, numerosos combatientes tomados prisioneros fueron torturados y luego asesinados y desaparecidos, en prácticas militares asesoradas por norteamericanos que experimentaron incluso armas y sistemas en Venezuela antes de aplicarlas en la guerra de Vietnam. Aquí fuimos derrotados, más por fuerza de la traición y de los delatores, que por las balas. Allá en Vietnam fueron derrotados los gringos a manos del pueblo heróico.
Le advierto que no me siento ofendido por calificarme de capitalista. Tengo la honrosa distinción de tener prohibida la entrada a USA por comunista, condición que heredé de mi padre, quien fue torturado y prisionero en el año 1954 en Caracas, por orden del FBI, por el simple hecho de protestar ante Jhon Foster Dulles en la recien inaugurada Aula Magna de la UCV, la descarada intervención de USA en Guatemala.
Sinembargo he entrado en dos oportunidades a ese país por motivos académicos, por una semana en la primera oportunidad y por 14 horas en la segunda, en ambas bajo la fuerte vigilancia de agentes federales, le informo, varios años antes de llegada al poder de Hugo Chávez.
Mi artículo denuncia prácticas capitalistas salvajes que vienen cometiendo algunos personeros y algunos organismos del gobierno de Maduro, que forman parte de la derecha apátrida pero se ponen gorras y franelas rojas, como en su oportunidad, en los años 60 lo hicieron dirigentes de aquella izquierda de la hoz y el martillo.
Estas prácticas corruptas simplemente ayudan a la derecha pronorteamericana en sus intentos por la recaptura del poder. Por eso, amigo, los denuncio y critico.
Atentamente, Feijoo Colomine, sin esconder mi nombre bajo un pseudónimo
Caracas 7 de mayo de 2015