La burguesía está vivita y coleando. Los capitalistas de aquí no quieren trabajar con la revolución. Solo un sector reducido de la pequeña industria. Sin la gran industria no es posible cumplir con el Plan de la Patria a pesar que se tenga el control sobre PDVSA.
En lo político los avances son enormes aunque en lo económico estamos apenas empezando ya que los capitalistas evaden los controles y las medidas del Gobierno Bolivariano. El reto es potencial la CBST, PSUV y el GPPSB para que sirva de plataforma de las grandes transformaciones que requiere la transición al socalismo.
En esta etapa debemos mejorar el control revolucionario sobre PDVSA. El control no solo aplica para la burguesía parasitaria. Aplica para los individuos técnicos que quieren conservar sus hábitos capitalistas. Tambien aplica para los sectores obreros corrompidos por el capitalismo y contra individuos que solo se imaginan una PDVSA que refleje las tradiciones del capitalismo.
Se pueden identificar a los saboteadores como aquellos que propician el desorden, mientras que los revolucionarios y los obreros conscientes creemos fervientemente en la disciplina aplicada a la producción. Es un hecho que los mejores discursos y palabras de los saboteadores se encubren en frases ultrarrevolucionarias y abstractas. Estos sujetos han dejado u omitido los proyectos más estratégicos para la producción. Han descuidado las labores cotidianas de mantenimiento y han creado un ambiente de indisciplina cuando arremeten contra la LOTTT y la LOPCYMAT creadas por el Comandante Eterno para guardar condiciones de respeto, seguridad y salud en el trabajo.
La experiencia dicta que debemos seguir aprendiendo el arte de la dirección de las industrias por parte de la base trabajadora para que se neutralice el saboteo. Para hacer una revolución triunfante es necesario la gran técnica y la organización armónica. Es histórico que sectores técnicos reducidos usan sus conocimientos para sabotear las transformaciones económicas socialistas. Lo que también es histórico es que ese sector de saboteadores debe reducirse al mínimo y mantenerse bien controlado para que no hagan daño a las industrias.
A los obreros revolucionarios y bolivarianos nunca les ha faltado decisión y valentía a la hora de actuar para garantizar la aplicación de las disposiciones del Gobierno Bolivariano. Lo que pasa es que no se agarran a todos los saboteadores y cuando se agarran entonces los tribunales no ayudan.
El asunto que enfrenta hoy la revolución luego de las expropiaciones de fábricas y tierras es: la productividad y la socialización de esos medios de producción. No es lo mismo nacionalización o expropiación que la socialización que tienen que ver más con la distribución de lo obtenido.
En ese punto estamos parados y la socialización de lo producido supone la utilización de la mejor técnica y la abundancia material. No hay una fórmula para ello. Lo único que se puede hacer es ensayo y error, pero se requiere un liderazgo obrero y político socialista bien claro que asuma este proceso que es propio de la transición al socialismo. Esas son las tareas del momento.
Mientras la burguesía mantenga el control de la producción y los canales de distribución cuando es el caso entonces los productos llegarán a donde ellos quieran. Claro que cada sector económico tiene su propia realidad. Aunque en general la producción de las empresas del Estado venezolano van a entrar en ese ciclo que mencionamos ya que la economía como un todo es de carácter capitalista.