Yo conocí al "Gordo Lennon", confieso que lo conocí, es más tuve tratos con él. Claro que cuando lo conocí no era el tristemente célebre personaje que toda Venezuela conoce hoy como el asesino de los hermanos Faddoul.
No era tampoco el "Gordo Lennon" que según parece ganó fama en el mundo de la delincuencia iniciándose en la banda de "El Picure"; era apenas un muchacho, como yo entonces, estudiante de liceo que como muchos otros debía viajar varios kilómetros de su pueblo de residencia, Guanayén, a continuar estudios en el Liceo en la población más próxima donde había uno.
Ni siquiera entraba en el grupo de los chicos malos en aquellos tiempos Lennon, de esos que desde adolescentes se destacan imponiéndose por la fuerza a los más débiles. Recuerdo que era un chico muy tímido y tan simple que en aquellos tiempos muchas veces pasó hasta por "tonto" entre nosotros. Pienso que Lennon era entonces un muchacho noble y bueno.
Su estatura era prominente, ahora me hace pensar que derivaba entonces del hecho de ser él uno de los de más edad en nuestro curso. Sin embargo, aquella estatura de Lennon me hacía admirarlo en silencio, especialmente a mí, quien siempre sentí complejos por sobresalir como uno de los de menor estatura en el curso.
Circunstancias de la vida me alejaron de Gandica Reina, como durante mucho tiempo recordé a Lennon, así como de Meibel y sus hermanas, de los hermanos Conde y de otros muy buenos amigos de Guanayen cuando cambié de Liceo y de vida para culminar exitosamente mi bachillerato en los agitados y turbulentos años finales de aquella década de los 80.
Al ver el nombre de Lennon en las noticias y el amplio prontuario delictual que durante estos años acumuló este condiscípulo, no pude más que sentir una profunda pena y tristeza por él y por la vida tan dura y difícil que le tocó vivir. Me atrevo a afirmar que Lennon no puede ser considerado un "delincuente estructural" como califican los criminiólogos y estudiosos de la temática a quienes son capaces de cometer los crímenes más horrendos. Sin pretender exculpar a este hombre de los daños y males que causó a la sociedad y especialmente a la familia Faddoul, creo que su caso es otra expresión de una sociedad sin rumbo que durante años el capitalismo nos ha heredado.
Nadie puede pensar que Lennon y sus crímenes son una herencia de Chávez y de su propuesta de Socialismo. Así como Lennon, a diferencia de otros de sus compañeros como yo, tuvo pocas oportunidades que le ofrecieran una vida donde el estudio y el trabajo le permitían alcanzar sueños, el camino de la droga, del robo, del asesinato (todos estos males encarnación del capitalismo más puro), pusieron a este muchacho a sus servicios.
Hoy Lennon enfrenta una de las peores circunstancias de su vida y yo lamento profundamente la fatídica celebridad que ha alcanzado. Habría preferido no tener noticias sobre Lennon y que hoy siguiera siendo el noble y buen muchacho que conocí en mis años de adolescencia.
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