Las palabras de la canciller colombiana dadas en una conferencia en torno a la situación fronteriza, el jueves próximo pasado: "Mientras ustedes (Venezuela), sigan subsidiando los productos es muy difícil que nosotros logremos hacer algo de verdad en la lucha contra el contrabando", son catastróficas y dramáticas; nos dibujan la incapacidad de la oligarquía de poder gobernar para todos los colombianos. Mayor irresponsabilidad y caradurismo imposible.
Al respecto, nuestra Ministra del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, Dra. Delcy Eloina Rodríguez Gómez, le respondió con firmeza contundente, "Es insólito, por decir lo menos, que se excusen en las políticas de subsidios implementadas por Venezuela en función de su pueblo, para escurrir la responsabilidad de Colombia en el combate al contrabando", tumbando el débil argumento de la funcionaria "cachaco" de quien debemos recordar que otrora fue embajadora de Uribe y ahora Ministra de Santos.
Ellos obvian deliberadamente, que la patria de Santander exhibe el puesto 12 en el ranking mundial de países con mayor desigualdad en el ingreso per cápita y a la vez, ocuparon el puesto 98 en un estudio (realizado en un universo de 168 naciones), sobre Desarrollo Humano "IDH", realizado entre 2008 y 2013; mientras tanto nuestra Venezuela se ubica como el país menos desigual de toda América Latina. El actual inquilino de la Casa de Nariño, no quiere recordar que su gestión es desaprobada por el 64% de los colombianos.
La Colombia neoliberal y criminal de Santos y Uribe quienes ahora se disputan el control del poder político en Colombia de cara a las venideras elecciones internas (mentores de la crisis humanitaria que allá padecen), pretenden que nosotros abandonemos nuestras políticas sociales; mismas que existen sobre la base del pensamiento bolivariano "Los hombres son desiguales por naturaleza, solo la Ley los equipara"..., y son dirigidas no solo a nuestros nacionales sino también a todos quienes viven en la Patria de nuestro Padre Libertador, incluidos los más de 5 millones de colombianos que emigraron de allá, escapando de la guerra, la desigualdad, la desesperanza y la violencia que los ha azotado por más de 50 años.