Las insignias de la paz

Entre las cosas sublimes que enternecen el alma, majestuoso es el eco del piano.

Cuando se marcha la paz, marchito queda el jardín y no se puede escuchar la canción del ruiseñor.

Bienvenidos quienes nos regalan sus arpegios en esta comarca de las Naciones Unidas. Son teas de esperanza en ecuménico cantar.

¡Sembradas sean en los predios de Dios las insignias de la paz!

Palpita la esperanza cuando excelsos oficiantes de la trascendencia comparten la savia de un género poblado de sueños.

Los pájaros ofrendan sus tonadas en el concierto vegetal, y un repique de campanas despliega benjamines musicales que exhiben sus plumas, como nubes.

Anuncia el arcoíris un edénico renacer donde moren en paz los dioses y los hombres.

Los profetas exhortan con sus salmos:

Alaben a Dios en su santuario

Alábenlo con el arpa y la lira

Con cuerdas y flautas

Con címbalos resonantes

Y en este nuevo tiempo, alabemos a Dios con tonadas trashumantes heredadas de la cítara, el monocordio y el clavecín.

Bartolomeo Cristofori, el primigenio constructor del prodigio, que concilia el teclado con las cuerdas percutidas, nos da licencia para que esta noche aspiremos el aroma de la fraternidad.

Cinco virtuosos en esta ceremonia: Alexander Ghindin: sublime sortilegio del corazón; Stanislav Khristenko: melodía de sonoro renacer; Yaron Kohlberg: brillantez del fuego poético; Bishara Haroni: sinfonía del altruista pregonar, y François-Xavier Poizat, virtuoso lirismo pianoforte.

Estos artistas nos ofrecen sus acordes, para celebrar el Día Internacional de la Paz y el Setenta Aniversario de la creación de la ONU.

Este foro fue creado para mantener la paz, con apego a los principios de la justicia y del derecho internacional.

Comprometida está la ONU a promover el equilibro del universo y la armonía entre los países soberanos.

En la Primera Guerra Mundial, entre armónicas y gaitas, fue entonada la Noche de Paz… Noche de Amor; mágico canto que logró una tregua navideña.

La música disipa las calamidades de la guerra y abre alamedas para atesorar la amistad entre los seres que pueblan el orbe.

Venezuela ha hecho de este arte una escuela para la paz. El Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles, establecido por el Maestro José Antonio Abreu, y dirigido por celebrado Gustavo Dudamel, fomenta el encuentro polifónico de las naciones. El lenguaje sonoro, voz del hombre reconciliado con la humanidad.

Simón Rattle, director de la Filarmónica de Berlín, expresó: "Lo más importante para el futuro de la música sucede en Venezuela".

La música de la noche dice ¡enhorabuena! y queda anunciada la constelación de la esperanza.

Escuchemos reverentes las cantatas del tiempo.

Que el Condado del Silencio aloje esta solemnidad. Porque, como dice Miguel de Cervantes en Don Quijote: "Donde música hubiere, cosa mala no existiere".

*Palabras del embajador de Venezuela ante la ONU Ginebra, en la presentación del concierto "Pianistas por la Paz", celebrado en el Salón de Asambleas de la ONU, con ocasión del Día Internacional de la Paz y del 70° Aniversario de la Organización de Naciones Unidas.



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Jorge Valero


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