El mundo vive un mar de contradicciones y de paradojas, de injusticias e inequidades. Mientras que, en la Organización de las Naciones, la ONU y otros organismos internacionales, promueven encuentros y logran declaraciones que nos obligan a la cooperación y a la ayuda humanitaria en el planeta, especialmente entre los "países no desarrollados" o "pobres". Resulta vergonzante, las "creativas e innovadoras" estratagemas que utilizan los llamados "países desarrollados" o "ricos" para forzarnos a competir desventajosamente, en vastos y complejos espacios económicos, supuestamente regidos por unas artificiosas y aún no demostrables "leyes del mercado", que por cierto, no han podido "autoregular" las disparidades, las desigualdades y las cada vez más desproporcionadas diferencias económicas, políticas y sociales en el mundo ¿Hasta cuándo nuestros pueblos, y la naturaleza misma, aguantarán tanta irracionalidad e injusticia acumulada sin que exploten?
Muchos deseamos que llegue el día en el que los latinoamericanos y los caribeños nos integremos en un mismo sentimiento, en una misma esperanza y en una misma nación. Esta utopía, que a veces luce concreta y alcanzable, otras veces, se muestra lejana e imposible de lograr, sin embargo, ella ha animado y seguirá animando los sueños y los compromisos de aquellos que luchamos por un mundo mejor, en el que todos nos integremos. Antes de que sea tarde y no podamos evitar que desaparezca la especie humana de la faz de la Tierra.
Ser bolivariano es asumir que nuestra patria es América, como decía el Libertador. También, es estar consciente que la patria es el hombre, como entonara el poeta cantor, Alí Primera. De modo que, América Latina y el Caribe y en definitiva, el planeta que cohabitamos es, sin duda, nuestra verdadera patria ¡Somos ciudadanos del mundo! De un mundo sin fronteras. Sólo creadas por quienes quieren dividirnos y desintegrarnos, para evitar que breguemos juntos, todos los días, por un mundo sin miseria. Un mundo en el que predomine la cooperación sobre la competencia, pues esta última es desleal y desventajosa. Nuestra patria debe ser todo el planeta. Basta mirar las fotos tomadas por satélites, desde la estratosfera, para saber dónde se concentra el consumo de energía del planeta, sobre todo, combustibles fósiles que es energía no renovable.
¿Y qué es y qué ha sido la integración? La integración es la acción de integrar, es decir, componer un todo con partes diversas, es hacer que una persona, institución o país se incorpore a algo para formar parte de ello. Esto requiere voluntad política y deseos de hacerlo, convencidos de que beneficia nuestros intereses. La integración no puede ser sólo una posición principista. Es, en el caso de naciones soberanas, una decisión de alto vuelo político. Nos integramos no sólo por razones comerciales o económicas. Nos integramos para cooperar y ayudarnos a defender nuestra soberanía e independencia, nuestra diversidad cultural y en favor del desarrollo social de nuestros pueblos. No podemos mezclar y mucho menos incorporar, lo que es imposible integrar: como el agua y el aceite. La integración no se decreta, se conquista y se construye en colectivo. Fidel, Evo y Chávez han decidido, en un nuevo contexto de relaciones políticas, integrarse a través de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y el Tratado Comercial de los Pueblos (TCP). Por otro lado, Toledo, Uribe y Palacios, han decidido integrarse al imperio norteamericano, a través del Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA-TLC). Ya veremos si Lula, Kichner, Tabaré, Bachelet y otros presidentes de América Latina y el Caribe, deciden incorporarse a una u otra opción. Lo que sí estamos claros, es que la verdadera integración de las naciones, se hará, finalmente, a través de los pueblos y no de los gobiernos que hoy los dirigen.
Prof. Jubilado de LUZ
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