El "caficaracazo" de 1989

El 1º de febrero de 1989, unos 3000 caficultores ocupaban las calles aledañas a la plaza de Bolívar de Barquisimeto. En tribuna improvisada se concentran frente a la Gobernación, en la esquina de la Carrera 20. Luego, se dirigen a la Avenida Los Abogados, donde está ubicado el edificio del Ministerio de Agricultura y Cría (MAC). Penetran, toman el edificio y permanecen durante veinte días.

Durante el mes de enero se había preparado la movilización nacional de caficultores con la toma del edificio de Foncafé en San Cristóbal y de oficinas en diferentes zonas cafeteras del país. El 15 de enero ocurre un enfrentamiento de los caficultores con la policía, en Guarico (Lara). El 30 de enero manifestaciones en San Cristóbal, Santa Cruz del Mocotíes, Guanare. Acciones preparatorias a la movilización nacional de caficultores desde Delicias (Táchira) a Irapa (Sucre) para coincidir con la II juramentación de Carlos Andrés Pérez (2 de febrero de 1989).

El MAC de Barquisimeto dinamiza la actividad agropecuaria de Centro Occidente (Lara, Barinas, Cojedes, Yaracuy, Falcón, Portuguesa). La toma del edificio paralizó todas las actividades del sector agrícola y ganadero, de investigación, de asistencia técnica, de movilización de aves, cerdos, ganado (guías).

Siete días después de finalizada las tomas y protestas de los caficultores, estallan las acciones violentas del 27 y 28 de febrero. Pareciera no existir relación alguna entre el movimiento cívico de los caficultores y el estallido anárquico de las ciudades. Pareciera ser que a la Historia sólo le interesa registrar los hechos luctuosos y violentos.

Preámbulo del 27 de febrero.

¿Por qué la acción organizada de los caficultores en todo el país, fue el preámbulo del 27 de febrero de 1989? Por una razón elemental.

Las barriadas populares de Caracas, ciudades y pueblos, en gran medida, están formadas por campesinos venidos de la zona cafetera. Entre ellos perduran vínculos familiares estrechos y en la mayoría de los casos existe el intercambio económico de ayuda mutua, entre el campesino de la ciudad y el campesino de la zona rural. Es la forma de sobrellevar la existencia.

La difusión de la protesta de los caficultores por la prensa escrita y medios radioeléctricos, más la comunicación directa entre el campesino de la ciudad y el del campo, durante veinte días, alimentó el descontento latente en las barriadas populares, que encontró salida en el estallido violento del "caracazo" o "caficaracazo –"Si los caficultores salen a protestar ¿Por qué no lo hacemos nosotros?"

Al escribir la historia de los hechos del 27 de febrero de 1989, debe figurar en primer término la lucha de los caficultores, entre el 30 de enero al 20 de febrero, como clarín que convoca a la lucha y motiva el estallido popular conocido como el caracazo.

La protesta comienza en el campo.

¿Por qué la protesta de masas comienza en el campo y no en la ciudad? Comienza en el campo, por cuanto el campesino siente primero y con mayor rigor las situaciones económicas:

Escasez y carestía, pobreza, aislamiento, marginación.

Por su condición de consumidor de muchos productos y productor de uno, en este caso: café. El campesino más que productor, es gran consumidor.

Pero, hay otra razón fundamental, la organización:

En primer lugar, la estructura gremial formada por la Asociación Venezolana de Caficultores (AVC), con Seccionales en todas las zonas cafeteras del país desde Delicias (Táchira) a Irapa (Sucre), con 68.000 familias caficultoras (340.000 personas vinculadas en forma directa a la caficultura)

En segundo lugar, las 8 cooperativas y las 34 Paccas como organización económica. Las 8 cooperativas afiliaban a 200 Uniones de Usuarios de Crédito ubicadas en aldeas, caseríos o veredas cafetaleras; distribuidas en diez entidades federales y con 13.000 caficultores afiliados.

Y en tercer lugar, el periódico gremialista Rescate que, durante trece años, con un tiraje de ocho mil ejemplares, circuló por la zona cafetera desde Delicias (Táchira) a Irapa (Sucre). Era el vocero del Frente Gremialista de Caficultores y del Triángulo Negro.

Crisis económica y social.

Decir que el "caracazo" fue alimentado por el simple anunció del plan económico neoliberal de Carlos Andrés Pérez, carece de objetividad. En el caso de los caficultores, la movilización comenzó a gestarse veinte días después del triunfo electoral de CAP.

En el ambiente rondaba la crisis económica y social, ¡NO! los anuncios neoliberales ("el paquetico de Rodríguez"). Simples anuncios no crean crisis. Ésta, ya había alcanzado el clímax en todo el país. En el sector de pobreza crítica, la perrarina era alimento de la dieta diaria.

Los anuncios del proyecto neoliberal lo conocían los economistas y entendidos en el tema. Pero, las mayorías nacionales no sabían ni entendían el alcance de dichos planes, y no iban a movilizarse por el simple anuncio del paquete de shock neoliberal, lenguaje indescifrable para un campesino o un habitante de barrio.

Era la crisis económica y social la que agitaba a las mayorías nacionales. Situación que se puso de manifiesto por el gran respaldo que los caficultores recibieron durante los veinte días de la toma. Respaldo de todos los sectores, hasta de las asociaciones de empresarios de Barquisimeto (Fedecámaras, ganaderos, criadores), quienes, a pesar de estar afectados por la paralización de las actividades agropecuarias, provocada por la toma del edificio del Ministerio de Agricultura y Cría, brindaban respaldo y aupaban la protesta.

Había un clima de repudió nacional.

Hasta ese momento, no se había aplicado ningún componente del shock económico neoliberal. El aumento de la gasolina entra en vigencia, el 25 de febrero. Decir que las medidas neoliberales de CAP – aumento de la gasolina - desconocidas, ignoradas por las mayorías, fueran la causa del caracazo, es tanto como decir que el hecho fortuito de lanzar un ramo de flores desde un balcón en Santa Fe de Bogotá, el 20 de julio de 1810, fue la causa de la lucha de independencia en Colombia. O que el dedo en gesto negativo del cura Madariaga, el 19 de abril de 1810, fue la causa de la lucha de independencia en Venezuela.

Los hechos del 27 de febrero de 1989 tuvieron su origen en la crisis económica y social que recorría el país. Como preámbulo, la movilización nacional de caficultores. Y como corolario, el caficaracazo.

El gemido agónico.

La organización y movilización de los caficultores fue el último rescoldo de organización campesina luego de treinta años de consunción de la generación que insurge a la vida política en 1958, ligada ideológicamente a la generación de 1945.

El caracazo es el gemido agónico de dos generaciones que se consumieron en la lucha desde los sindicatos, ligas campesinas, organizaciones estudiantiles, o desde la tribuna oral y escrita de los intelectuales de izquierda y su aporte ideológico. En cincuenta años, todas las formas de lucha fueron utilizadas: cívicas, gremiales, sindicales, parlamentarias, pacíficas, y lucha armada. En esa trayectoria, las generaciones surgidas en dos fechas históricas (1945/1958), fueron diezmadas, perseguidas, encarceladas, torturadas, desaparecidas, aplastadas, liquidadas por personajes ahítos de soberbia: Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, la jerarquía católica y el imperialismo.

El último rescoldo organizativo de aquella generación, encendió la pradera en un estallido que estremeció los cimientos de la sociedad: ¡El caficaracazo! ¡gemido agónico!



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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