¡Hambre! Es hoy el grito nuevo

Pensar que las luchas sociales de la izquierda quedaron ancladas en el pasado, es pretender ignorar la realidad presente. El Fantasma de la Pobreza que hoy recorre a Venezuela es el mismo fantasma que se canta en los himnos nacionales: "El pobre en su choza <…>" "La Humanidad entera que entre cadenas gime…" (Colombia). Es el mismo fantasma que describiera Antonio Spinetti Dini en su poema "Hambre": 1

"Sobre un camino de siglos

los hombres pasan hambrientos.

Justicia y amor no han sido

sino palabras y sueños.

… …

Y el grito de ayer fue hambre!

y, hambre ¡es hoy el grito nuevo."

La situación que se ha creado en nuestro país en los últimos 18 años resulta imposible de entender aun a la vista del analista más sagaz. Lo importante está en responder la pregunta ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo fue posible pasar de la pobreza que existía –mediaba en el 30% - a la situación actual, donde la pobreza golpea al 80% de la población? ¿Cómo lo hicieron? Según la cifra que dan los entendidos en esos menesteres, luego de gastar en 17 años la astronómica cifra de un billón quinientos mil millones de dólares (1´´500.000´000.000 US$), la pobreza se transformó en HAMBRE. ¡Sí! Hambre física. Hambre de no tener que comer. ¡Hambre! Porque las tres comidas diarias se transformaron en dos, en una o en nada. Depende del éxito en hacer cola durante horas y días.

La situación, no es de pobreza, sino, de HAMBRE, que se extiende por el ámbito nacional, se acerca cada día más a la situación de Haití y países africanos, de muchedumbres hambrientas. Cada semana que transcurre, el cuadro de hambre se agudiza. El suministro de alimentos marcha paralelo a la paralización de la agricultura y la agroindustria. La agricultura, primer eslabón de la cadena productiva está paralizada por falta de insumos. La ruina de la agricultura más la carencia de dólares para importar materias primas, paraliza la agroindustria. Actividad económica que se paraliza ¡hambre que se crea!

El verso dice: "justicia y amor no han sido /sino palabras y sueños".

Las palabras y sueños que regó Chávez condujeron al desastre y ruina que padece el país. Su obra no se evalúa por el discurso, sino por los resultados que son catastróficos.

Queremos diferenciar POBREZA y HAMBRE. En la pobreza intervienen varios elementos: educación, salud, trabajo, vivienda, marginamiento. En el hambre, solo uno, alimentos. El hambre también es un componente de la pobreza. Pero, en mi caso, tengo educación, tengo salud, tengo vivienda, tengo trabajo, no soy un marginado; pero, tengo hambre. En mis 80 años de vida, nunca había padecido de hambre. En la guerrilla al menos teníamos fororo, sardinas marca "chaima", cambures, carne de culebra, yuca y café. Si café, artículo de producción nacional que ahora es importado porque el gobierno con sus políticas neoliberales arruinó la caficultura nacional. Café, la bebida de los pobres, desaparece de la taza matutina por el precio y la escasez.

La pregunta que más nos preocupa ¿Cómo hicieron para paralizar y arruinar la cadena alimentaria y la economía? En Venezuela parecía ¡Misión imposible! O mejor, misión incomprensible para un pobre mortal, arruinar la economía. Para lograrlo se requiere gran capacidad administrativa del fracaso. Sólo un genio podía tener la capacidad de llevar a la ruina y el desastre el país que en América Latina y más allá, ha disfrutado de la mayor renta fija, segura. Para colmo, en los años de Chávez, alcanzó precios que ni la sabiduría visionaria de Juan Pablo Pérez Alfonso, sospechó o soñó: 150 US$ el barril. ¡Una pelusa!

¿Quién nos aplacará el hambre aun cuando sigamos siendo pobres? El pueblo venezolano es uno de los más pobres de Latinoamérica. Aquí el rico es el Gobierno. Siempre lo ha sido. Los salarios del venezolano han sido de miseria. Nos favorecía la fortaleza del Bs. Por las reiterativas devaluaciones de la moneda durante los último 32 años (a partir del viernes negro, 1983), el salario se fue deteriorando y llegó a la consunción. La devaluación monetaria es fábrica idónea de pobreza y de hambre.

La Venezuela actual se asemeja mucho a la Venezuela de 1898, sumida en la anarquía, luego de la muerte del último caudillo de la Federación, Joaquín Crespo. Los carroñeros de la politiquería se disputaban el gobierno en manos de un presidente pusilánime, Ignacio Andrade. Aparecen los andinos y como relámpago marchan desde la frontera del Táchira, con Cipriano Castro y su Revolución Restauradora. Toman el gobierno, liquidan todo vestigio de caudillismo regional, parroquial, semifeudal y le abren las puertas al capitalismo que regía en las fincas cafetaleras andinas. Consolidan los cambios y eso los lleva a permanecer por cincuenta años en el poder.

En la Venezuela actual, de nuevo la anarquía se apodera del país por la anuencia de un presidente pusilánime. Se entabla la disputa por el gobierno entre caimanes del mismo caño: el chavismo y la MUD. Ninguno puede hablar de éxitos por cuanto el desastre los acompaña como una sombra. Como en 1898 ¿Saltará a la palestra política una nueva fuerza que asuma el gobierno?

La única posibilidad de cambio para salir de este marasmo, está en LA IZQUIERDA Y LA CLASE OBRERA que se decidan ¡por fin! a unirse, a tomar conciencia de clase y conciencia de su único y verdadero destino, LA TOMA DEL PODER, en lugar de la lucha vergonzante, cotidiana de los contratos colectivos, mejoras salariales, limosnas y migajas que caigan de la mesa capitalista. Las luchas laborales de la clase obrera, sólo consiguen que el capital les apriete cada día más el dogal al cuello. Han perdido conciencia de la alienación y de la explotación. Ignoran que la rebelión es la única reacción legítima. La renuncia a la lucha y la resignación son la fuente de su desgracia.

Los procesos sociales son irreversibles, pueden sufrir retrasos, pero tienen como característica ir siempre adelante, sin detenerse. Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, escribió:

"Las revoluciones proletarias se critican ellas mismas constantemente, interrumpen a cada paso su propia marcha, vuelven sobre lo que parece ya realizado para comenzar de nuevo, eliminan despiadadamente las dudas, las debilidades y las miserias de sus primeras tentativas, dan marcha atrás una y otra vez, ante la inmensidad infinita de sus propios fines, hasta crear finalmente la situación que haga imposible toda marcha atrás."2

¡Hambre! Es hoy el grito nuevo.


1 Antonio Spinetti Dini. Poemario Hambre. Mérida 1937.

2 Carlos Marx. El 18 Brumario de Luis Bonaparte. Ediciones Sociales. p 16.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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