La indexación salarial debe ir a la par con la presente inflación. El circulante monetario debe ajustarse a las necesidades inflacionarias

Para la consideración de los responsables de alguna solución a esta, por ahora, interminable Guerra Económica.

Ya hemos tratado este tema; no obstante, el gobierno sigue manejando una periodicidad para decretar los ajustes salariales con marcado rezago.

Pensamos que el gobierno ha sido víctima de asesoramientos ortodoxos que dan o venden indistintamente marxistas y no marxistas, o sea, Economistas Técnicos y Economistas Vulgares (léase de criterios burgueses que incluye a muchos seudomarxistas así como caballos y yeguas de Troya debidamente infiltrados e infiltradas desde los avasalladores tiempos electorales del Presidente Chávez quienes cogieron cola, por así decirlo, salvedad hecha de la acertadísima alternativa de las "bolsas casa por casa" y de los CLAP que representarán-de resultar debidamente aplicados con la eficacia necesaria-la competencia socialista , a los viciosos y belicosos canales de distribución privados y en permanente guerra económica.

Veamos esta necesidad de ajustes salariales al son de la inflación inducida y belicosa:

Para un coste de producción integral, o sea, con plusvalía agregada, tenemos esta estructura de costos:

1.- 80c 20v 20pl = 120V (a), como valor de la producción y posible precio de venta, dadas constantes las condiciones del caso[1], y para una participación del salario en 120V= 0,16 (b)

De resultas, la tasa de ganancia (g’)= 20%, aunque el vendedor se acoge a una g’ = 30% y termina vendiendo 120V al precio de 130P= 80c 20v 30g, y una participación del mismo salario en 130P = 20/130 =0,15 (c).

Como este comerciante se halla en guerra a muerte contra el consumidor-sin declararla de viva voz-decide comprar, pongamos por caso, 80 al precio de 160 = un incremento de costo de 100% del costo constante = 80, y así tenemos la nueva estructura de costes belicosos:

2.- 160c 20v 20pl = 200P como precio real para este empresario, con c inflado. La participación del salario es ahora = 0,11% sobre 200P (d)

El asalariado requiere un ajuste para retomar su participación = 15%:

3.- 160c 30v 10pl = 200P (e)

De resultas, los asalariados siguen agregando el mismo valor anterior = 40 = 30c +10pl, pero g’ bajaría = 10/180 = 6%, aprox. Sin embargo, el comerciante suele acogerse a lo decretado anteriormente, o sea, g’ = 30%, con lo cual su precio inflado = 160c 30v 57g[2] = 247P.

Ese nuevo precio para el consumidor y asalariado representa un incremento del precio de su cesta básica =

23,5%, con suba de 200P a 247P.

La participación del salario = 30/247 = 0,12. (e), lo que requeriría un segundo ajuste:

4.- 160c 37,05v 2,95pl = 200, pero si se aplica g’ = 30%, entonces

4.- 160c 37,05v 59,25g = 256,3P (f)

Ese es, pues, el resultado del privilegio que tiene el comerciante de trasladar impuramente el alza sufrida como coste de su inventario al consumidor que, por ahora, sigue recibiendo el mismo salario. = 20v en el presente ejemplo. Para el consumidor ocurre lo contario ya que sufre el desprivilegio de recibir íntegramente todos los incrementos sufridos en su cesta básica.

Como vemos, el desequilibrio causado por los ajustes privilegiados del comerciante resulta vicioso, inevitable y bloquea todo intento de regularización e indexación del salario, salvo que ella sea automática, para cada semana, por lo menos, y que el Estado intervenga y decrete congelación de la aplicación de la tasa de ganancia a los salarios, de manera que los incrementos que sobrevengan para el precio de los inventarios se reduzcan al capital constante.

Es que mal puede seguir lucrándose doblemente un empresario que ve mejorada descaradamente su tasa de plusvalía, y consecuencialmente su tasa de ganancia. Se requiere, pues, ajustes del salario paralelos a subas de precios arbitrarias de las cadenas de fabricación y de distribución, incrementos de precios semanales e interdiarios que son, de esa manera, reproductibles cada semana en menor tiempo, según los inflados precios que las empresas manipulan a la suba.

Se teje así un desequilibrio que por lo menos no pauperizaría al asalariado. El precio = 256,3P (f) seguiría sufriendo ajustes que supongan indexación cuasiautomática del salario. Eso nos indica que por esa vía no hay salida que resuelva esta inflación ya desatada porque que se cae y recae en un círculo vicioso ya que cada incremento salarial afecta negativamente el costo de la vida al modificarse el precio de la cesta básica en el mercado sin que el empresario lo traslade al salario.

Los ajustes salariales paralelos a las subas de precio del capital constante requiere un volumen de circulante mucho mayor, sin temor alguno a que se pudiera estar ante dineros inorgánicos-esa es una estrategia infundida por los apologistas del capital. Este no es el caso, es una necesidad simplemente financiera ya que no se concibe una inflación sin el correspondiente financiamiento de la empresa privada y del Estado, financiamiento que por ahora está corriendo a cargo casi exclusivo de los salarios de los consumidores y de sus pocos ahorros en dinero, prendas y valores afines.


 

[1] La simbología la damos por conocida o bastaría consultar la estructura marxista de los costes de y precios de producción.

[2] Téngase presente que la plusvalía también es realizada con el resto del costo de producción

era ya que no se concibe una inflacipon si el correspondiente fianaciamiento que ahora esta corriendo a cargo casi exclusisivo de los slarios de los consumidores y de sus pocos ahorros en dinero, prendas y valores afines.

 

 

 

 

 

 



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Manuel C. Martínez


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