"si con dos hombres basta para emancipar la patria, dispuesto esoy a acompañar a usted "
Rafael Urdaneta (#LealesComoUrdaneta).
Desde mucho antes de las elecciones del 6 de diciembre del 2016, nunca había estado en peor circunstancias el pseudo liderazgo de la derecha aglutinado alrededor de eso que llaman MUD que lo más probable pertenezca al vocablo ingles que a ellos les encanta hablar y cuya traducción se parece bastante al barro donde se mueven, y no es que pretenda hacer creer que la revolución esté capitalizando ese desgaste opositor pero humildemente soy del criterio de que en su mayoría el opositor de a pie detesta a esa partida de vividores, oportunistas y desalmado grupo de "lideres" que en nada representan su posición de oposición al presidente Maduro pero que a la hora de votar o de contribuir en cualquier "salida" terminan aceptándolos como su "peor es nada".
Este escenario de minusvalía en esta oposición malcriada acostumbrada a ganar o robarse el equipo para acabar el juego y que envalentonada por la barrida que nos echó el 6D y que extrapola hasta estos días justificándose en la difícil situación económica que atravesamos los venezolanos producto de la brutal caída de los precios del petróleo y de la despiadada estrategia de la explotadora súper estructura económica nacional e internacional que intenta ahogar toda posibilidad de éxito del gobierno del camarada Maduro en perjuicio de los más necesitados, hace pensar que serán capaces de intentar otro escenario como aquel 11 de abril cuando dirigieron a sus obstinados seguidores a una masacre para justificar una intervención extranjera que por medios diplomáticos no han podido cristalizar aunque lo han intentado con todo.
Por suerte los dirigentes de la oposición carecen de una verdadera capacidad de movilizar al pueblo opositor, sin embargo, no se requiere gran cantidad de manifestantes para "agitar" las calles como lo hicieron durante las Guarimbas. Probablemente su llamado a "la toma de Caracas" no pase de una tomadera, fumadera, aspiradera y ese tipo de cosas que se han detectado constantemente en las manifestaciones opositoras, lo que no quiere decir que podemos bajar la guardia y dejar de estar ocupados en repeler anticipadamente cualquier intento desestabilizador de los "locos de siempre".
Pero no podemos sentarnos a esperar que vengan a intentar incendiar el país, debemos tomar la delantera y asumir una conducta leal al pensamiento chavista, tomando las calles para persuadir a los opositores de a pie de que estamos más de comprometidos que nunca, que hoy por hoy decidimos ser Chávez y restearnos con el presidente Maduro a pesar de las dificultades, las críticas y las arrecheras, pues el pueblo revolucionario no defiende a un hombre sino a un proceso de dignificación, humanización, inclusión y de disminución de las desigualdades cuya única posibilidad es continuar por el camino de Chávez corrigiendo los errores y derrotando al enemigo del pueblo, a la clase burguesa y sus lacayos desclasados. Rendirse no es una opción y menos en este momento en que hemos pasado los tiempos más difíciles de resistencia a la embestida burguesa y hemos comenzado la ofensiva económica y política del pueblo organizado y del gobierno.
Nada de esperar a ver qué sucederá, hagamos que suceda lo que nos interesa, es decir, que los opositores no tengan opción alguna de quebrantar la paz del país, vayamos a la batalla mediática, tomemos las calles, agitemos cada espacio para que los escuálidos enfermos de odio se sientan que son minorías, que no podrán con el ejercito de Chávez, ni el civil ni el militar. Hagamos que sea verdad el cuento de los analistas sesudos de la oposición de que acusan al pueblo chavista y su presidente de inventar las versiones golpistas cada vez que se las desactivamos y derrotamos. Digamos: "antes que se prenda un peo con Maduro me resteo".
El 1ero de Septiembre, "yo no me quedo en la casa pues al combate me voy".