Venezuela sigue siendo el laboratorio político por excelencia en América Latina, grandes movilizaciones, mítines, decenas de elecciones, asedio mediático, financiero y económico, en fin un verdadero laboratorio donde se ensayan formulas políticas y económicas nuevas contra viejas prácticas cuyos actores brincan, saltan, insultan y el pueblo soberana y serenamente midiendo sus fuerzas de resistencia y de acción.
El país es hoy un gigantesco hervidero de ideas en batalla donde un ala insurgente de izquierda tiene el deber de generar los debates para seguir construyendo y fortaleciendo la conciencia histórica pero bajando de la tarima a "embarrialarse" con la gente del barrio y del pueblo para fortalecer la confianza, la verdad, la soberanía y a la vez fomentando políticas que contribuyan a reformular el aparato productivo, procesador y distributivo entre los iguales de mayoría popular, eso incluye el de los contenidos y el pensamiento estratégico.
La otra ala de derecha, especulativa, mentirosa, violenta, contradictoria, con una masa de gente respetable pero confundida y atosigada de mentiras montadas sobre la base del odio y la inquina, sin apoyo en las fuerzas populares ni militares. Esa ala derecha con apoyo de las agencias del terror norteamericanas seguirán intentando el golpe de facto a cuenta gotas, con sus especialistas en guerra de 4ta generación y la cartelización mediática internacional, hasta ahora no ha podido tomar más espacio que el que le ha dejado los errores de las "flaquedades" endógenas de la revolución bolivariana.
Es una etapa de disyuntivas que cada día va cerrando su vértice hacia desenlaces revolucionarios, ya no podemos soportar los monopolios de la distribución alimentaria, ya no podemos esperar confianza en ellos, es la hora del salto adelante y darle contenido revolucionario a los años por venir, para ello es el debate constructivo del Congreso de la Patria, donde debemos aportar todos los que apostamos a la transformación social.
Sin olvidar que esta sociedad fue transversalizada por una cultura del consumismo y del rentismo neoliberal brutal que generó y genera corrupción, para ello la inteligencia colectiva debe ponerse a prueba y ensayar nuevas fórmulas organizativas populares capaces de neutralizarse el despilfarro y estimular la productividad de calidad y la producción masiva de insumos nacionales con la fuerza poderosa del pueblo venezolano que está aquí pacientemente en los espacios de participación efectiva del poder de decisiones sobre la "res pública". Es fascinante vivir estos tiempos históricos de huracanes sociales, veamos por donde "nos pega el viento" mantener el objetivo socialista a todo trance.
Esta semana concluye el Capítulo Historia Memoria y Patrimonio del Congreso de la Patria, que será una nueva partida para generar contenidos y sustancia a una revolución joven, de apenas 17 años de edad y que tiene todas las esperanzas puestas en la redimensión de la historia de estos tiempos de transformación social.
Después de recorrer todo el país discutiendo y debatiendo con sentido crítico los asuntos de la memoria, la historia y el patrimonio, en formación, investigación y construcción de conciencia los delegados perfilarán el documento final que recibirá el Presidente Maduro para consideración de las políticas públicas de los tiempos por venir.
Basta decir que algunas de esas propuestas superan la tradicional visión academicistas y el cerrado positivismo de los "claustros" universitarios y alcanzan nuevas aproximaciones a la enseñanza de la historia, a la constituyente del pensamiento crítico liberador y todavía más a una visión revolucionaria que incluye procesos productivos patrimoniales.
Más que un eslogan, la consolidación de la conciencia histórica del pueblo venezolano que propone la Red de Historia Memoria y Patrimonio es un conjunto de propuestas políticas que permitirán avanzar en el fortalecimiento de la soberanía, la independencia y el socialismo venezolano con fundamentos teóricos sustentados en la práctica del poder popular.
Es hora de pensar profundamente sobre nuestras debilidades pero sobre todo nuestras fortalezas para reorientar el camino, la crítica y autocrítica son valores socialistas fundamentalmente, para avanzar sobre las dificultades, es la hora de levantarse sobre el horizonte y vernos años delante, no será fácil, pero es posible con la fuerza colosal del pueblo venezolano corazón de la Patria de Bolívar y Chávez.