23 de enero de 1958:Vivir para contarlo

Yo era un niño de 11 años a punto de entrar en la adolescencia. Era la fría madrugada del 23 de enero de 1958 en Los Teques y mi madre me despertó…

-Feijito…Feijito!! Cayó la dictadura!!

-Vistete y no despiertes a tus hermanos…

Mi padre Feijoo Colomine Solarte no estaba en casa y una radio en frecuencia de onda corta estaba sintonizada a bajo volumen, era la colombiana "radio Caracol" difundiendo una noticia que me pareció extraña;

"...el presidente venezolano voló en la vaca sagrada con destino desconocido"

Y lo volvía a repetir. A mi pregunta, mamá me aclaró, …es el avión presidencial, asi le dicen.

Culminaba un episodio de la vida de los venezolanos. Papá llegó en la mañana, luego de haberse ido a la clandestinidad desde los primeros días de enero. Era secretario de la Junta Patriótica del estado Miranda y de una vez le dijo a mamá

-Ahora el problema es sacar de la Junta de Gobierno a Roberto Casanova y Abel Romero Villate (se refería a dos militares perejimenistas coleados en el nuevo gobierno)

Esos militares fueron sacados por pero inmediatamente sustituidos por esas decisiones misteriosas de origen incierto, en ocasiones vinculadas a la embajada de los Estados Unidos en Caracas, que colocaron en el poder a dos empresarios: Eugenio Mendoza y Blas Lamberti.

Era lógica la intervención de la embajada de USA en los asuntos internos de Venezuela, principal país de América Latina, productor de petróleo y hierro.

La embajada, por tanto, cuidaba los intereses de grandes trust petroleros y del hierro: Creole, Gulf, Mobil, Oxi, Shell, Orinoco Mining, etc.

En la mañana del 23 de enero, mi papá le salvó la vida a Batista, el director en Los Teques de la delegación de la Seguridad Nacional, tenebroso cuerpo de investigaciones de la dictadura; lo salvó de ser linchado por el pueblo. Batista, tenía dos hijos estudiando en el Instituto Guaicaipuro, institución educativa desarrollada en Los Teques por maestros comunistas, un médico adeco, el Dr. Rafael Bernal Urdaneta y un comerciante urredista, Rafael Ovidio Pérez.

Los tres fundaron ese colegio en 1953, incluso tenía un internado para estudiantes. La familia Colomine Rincones vivía en la sede del internado, ubicada a un costado de la carretera panamericana en el distribuidos Los Lagos, era la quinta Queniquea, propiedad del General Eleazar López Contreras, a quien mi papá le había alquilado esas instalaciones que antes del Instituo Guaicaipuro fueron la sede de la Escuela de Bandas Marciales del Ejercito de Venezuela.

Batista había salvado la vida de mi papá en el año 1954.

Feijoo Colomine Solarte fue detenido por agentes del FBI en las instalaciones de la Universidad Central de Venezuela, cuando cumplía la misión de entregarle al embajador de Guatemala Jose Toriello ante la Décima Conferencia Interamericana, una carta de respaldo de ilustres venezolanos al gobierno del General Jacobo Arbenz. Para recordar, a proposición de John Foster Dulles, secretario de estado norteamericano, el gobierno izquierdista de Guatemala fue sentenciado a muerte por la reunión de cancilleres.

Mi padre fue salvajemente torturado para sacarle la lista de los valiosos intelectuales ante la negativa del embajador Toriello de entregarle al FBI el valioso documento.

Hoy se cumple un aniversario del 23 de enero, y la fecha coincide en lo que se avisora como cambio de paradigma de las relaciones de los Estados Unidos con Latinoamérica, a ser desarrollado por la ultraderecha norteamericana con el empresario Donald Trump en la presidencia del imperio.

Hoy también esta oposición apátrida, que lucha por la instauración de un gobierno servil a USA, celebra la fecha con una manifestación "contra la dictadura" de Nicolás Maduro. Escritos de Santos Yorme (es penoso mencionarlo) publicados recientemente en el diario Ultimas Noticias, de manera aviesa, absurda y grotesca pretenden asemejar el proceso socialista bolivariano con la dictadura de Pérez Jiménez, acaso para incitar en el pueblo una soñada rebelión, usando la oposición los eslogan que fueron utilizados por el pueblo en el año 58 para derrocar una tiranía auspiciada desde 1948 por Estados Unidos, que a través de la denominada por ellos política del "buen vecino" impuso sangrientas dictaduras militares en la década de los años 50 a lo largo y ancho de América Latina, como ahora hoy, tratan de imponer a empresarios fascistas al frente de los gobiernos serviles, como ya lo han hecho en México, Argentina, Perú, Panamá, Paraguay entre otros.

A los Estados Unidos le interesa imponer un empresario fascista al frente de Venezuela y casi lo lograron en 1958 con Eugenio Mendoza al imponerlo a la Junta de Gobierno, presidida durante ese año por el Contralmirante Wolfang Larrazabal (hombre de pensamiento nacionalista). Luego al correr de los años, lograron imponer a otro empresario con el golpe de estado contra Chávez en el año 2002, esta vez con Pedro Carmona Estanga (el breve) y ahora, con un "gallo tapao", el cervecero Lorenzo Mendoza, sobrino de aquel de 1958.

Para ello necesitan sacrificar a esos incapaces políticos que han intentado con las armas de la ignorancia derrocar al presidente Maduro. Ya achicharraron a Ramos Allup, lo hicieron rápidamente con Julio Borges (no daba para más el gallego). Ahora pacientemente esperan los dos años finales que restan para las presidenciales.

Eso dependerá si Maduro le da la espalda al pueblo…

 

 



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Feijoo Colomine


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