Nuestro interés por la historia
se debe a la necesidad
de comprender el presente.
Y
El aburguesamiento del pensamiento
socialdemócrata
se manifiesta del modo más craso
en el abandono del método dialéctico.
Georg Lukács.
La situación histórico-social venezolana actual la identificamos de manera sintética como una crisis de hegemonía, donde el gobierno en funciones no es capaz de convencer a sus aliados, por más retórica que utilice y por más propaganda que envíe a los medios de comunicación masivos.
El gobierno actual no tuvo nunca autoritas, y la legitimidad alcanzada en las elecciones de abril del 2013 terminó de perderla en diciembre de 2015 con la severa derrota electoral de la Asamblea Nacional.
Por otro lado, no es capaz de contener la estrategia política opositora interna, que actúa con ciertos rasgos fascistas y extremadamente conservadores y reaccionarios, algunos de cuyos elementos comienzan también a manifestarse en el seno del propio gobierno, al utilizar mecanismos represivos en contra de la oposición política, como también a quienes lo adversan dentro de las corrientes revolucionarias que apoyan el proceso bolivariano, corrientes estas que se encuentran bien distantes de darle un ¨cheque en blanco¨ a los continuos desatinos gubernamentales cuya lista se hace cada vez mayor, al observar los fenómenos de: la permanente incoherencia en la toma de decisiones, la entrega del país a las empresas transnacionales, la inseguridad, el desabastecimiento, la disminución de la calidad de la vida, la incontrolable inflación de la cual el mismo gobierno es directamente responsable dada su negligencia en atacar los problemas desde la raíz de los mismos, y ahora en un pacto cada vez más notorio con los sectores económicos de la burguesía nacional, no obstante el abarrotado discurso en los cuales afinca, su lenguaje populista.
Divorcio entre el discurso, la narración y la retórica y las medidas que se toman supuestamente para resolver los problemas cotidianos de la mayoría de la población.
El pisotear la ya maltratada Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en un desconocimiento de sus principios rectores, con la utilización cada vez más permanente de argumentos que van más allá de lo jurídico, con tal de mantenerse en el gobierno a costo de cualquier violación, que por demás lo hace igualmente la mayoría que llegó a la Asamblea Nacional a partir de las elecciones del 6 de diciembre de 2015.
Se intentan de lado y lado, violaciones sistemáticas del texto constitucional tal de deshojar la margarita del puro poder fáctico, dejando de lado las aspiraciones y sentimientos populares que unieron al pueblo venezolano con la figura del Comandante Chávez, liderazgo que no ha podido ser reemplazado dada precisamente la crisis de hegemonía que va más allá de la incapacidad e irresponsabilidad de un gobierno que no ha podido resolver desde su inicio los problemas urgentes que afectan la vida cotidiana del pueblo.
Pero la historia que pretenden escribir de parte del gobierno y la oposición, de esta última con claros tintes fascistas, no quedará resuelta hasta que podamos resolver la crisis de hegemonía, que se agrava cada día que pasa.
Es por ello que se requiere con urgencia sino de manera imprescindible, la conformación de un referente político nacional que sustituya en el más corto plazo posible, antes de que aparezcan las peores soluciones que seguramente serán apoyadas por el gobierno de USA, y por sus activos aliados en el contexto latinoamericano, caribeño, europeo y mundial, como aquellas de la repetición de un Pinochet a lo bolivariano, o la llegada al gobierno de un sector que aplicará sin duda las peores recomendaciones de la política neoliberal que ya tomaron quienes participaron en los gobiernos de la Cuarta República en las décadas de los ochenta y los noventa del siglo pasado. O tal vez, la continuación del efímero pacto que busca en parte, el actual gobierno, tratando de mantenerse hasta no se sabe cuando aplicando de manera reiterada acciones que solamente han agravado la situación nacional, en una línea posterior a la desaparición física del Comandante Chávez, el 5 de marzo del 2013.
Construcción de una referencia político social que parta de la conformación de un nuevo bloque hegemónico, dispuesto no solamente a defender los preceptos constitucionales actuales, sino que sea capaz de retomar los objetivos que se había planteado el Comandante Chávez de construir la transición a una sociedad basada en la lógica hegemónica del trabajo, esto es, el proyecto socialista.
Las desviaciones que se observan en la situación histórico social actual, bajo la dirección del gobierno, como la que proviene del principal partido político, el PSUV, es haber dejado bien lejos, solamente si acaso en el plano de la retórica vacua y fastidiosa, el discurso acerca de la construcción de esa sociedad socialista en Venezuela.
Mientras se mantengan las condiciones materiales desfavorables para la mayoría de la población venezolana, y la superación de la inmediatez de esta situación, se requiere un esfuerzo adicional por elevar la consciencia de lucha en la defensa de los derechos constitucionales, y la capacidad de oponerse al dislate gubernamental, como al proyecto reaccionario de la oposición política nacional.
En esa dirección reiteramos una vez más, hasta la saciedad si fuese necesario, la necesidad de resistir con fortaleza, consolidando lo avanzado, refundiendo el Estado, la República, el gobierno, el pueblo y la Fuerza Armada Bolivariana, junto a las organizaciones políticas y sociales revolucionarias, bajo un liderazgo político colectivo, como la vía necesaria para poder construir un bloque hegemónico que permita salir del laberinto en que nos encontramos.