LO DIGO Y LO SOSTENGO: VENEZUELA NO PUEDE SEGUIR CON COLOMBIA A CUESTAS. LA CONTRA RÉPLICA DE GAVAZUT.
Luis Enrique Gavazut Bianco
Caracas, febrero de 2017
Debido a las alusiones personales y calumnias realizadas en el artículo: "Respuesta al xenófobo artículo "Venezuela no puede seguir con Colombia a cuestas" de Luis E. Gavazut", publicado recientemente por Gonzalo Ochoa Díaz en aporrea.org, me siento obligado a aclararle a la comunidad nacional e internacional que nos sigue, lo siguiente:
1. Gonzalo Ochoa Díaz es perfectamente libre de expresar su opinión, al igual que yo.
2. Dado que no presenta argumentos de peso que permitan refutar los expresados por mí en el artículo "Venezuela no puede seguir con Colombia a cuestas", publicado días atrás también en aporrea.org, simplemente remito a la lectura del mismo.
3. Hay tres calumnias en contra de mi persona sobre las que sí voy a pronunciarme, a saber:
3.1. Que soy un xenófobo.
Xenofobia sería pedir la deportación masiva de los colombianos que hacen vida en Venezuela, o la construcción de un muro, o la explotación de los colombianos en puestos de trabajo inferiores que los de los venezolanos, o someterlos a tratos infamantes, trabajo infantil o esclavitud, o la exclusión de los colombianos de todos nuestros programas y misiones sociales, o que los colombianos no gocen de los mismos derechos que tenemos todos los venezolanos en nuestro país, o que se les niegue el cupo a los hijos de los colombianos en nuestras escuelas, o el acceso a las camas de nuestros hospitales, o que se prohíba el vallenato en nuestras emisoras de radio, o exigirle a los actores colombianos (como en cambio sí lo hacen allá en Colombia) que al actuar aquí en Venezuela se quiten el acento de la patria donde nacieron.
Xenofobia es lo que acaba de hacer el Vicepresidente colombiano al insultar despectivamente a todos los hijos de Simón Bolívar tildándonos de "venecos" y negándoles a los compatriotas que hacen vida allá, el derecho a una vivienda digna. Xenofobia es lo que hace el gobierno colombiano al deportar a los venezolanos, cuando en Venezuela hemos acogido con los brazos abiertos y sin condiciones a más de cinco millones de colombianos.
Xenofobia es lo que acaba de hacer el gobierno colombiano pretendiendo cobrar un arancel a todos los colombianos que compren la gasolina venezolana en las estaciones especiales de frontera y además que Venezuela tiene que repartirse las ganancias que obtenga con Colombia.
Trump es xenófobo, Vargas Lleras es xenófobo, Uribe es xenófobo… como todos los facistas y racistas.
Si lo que le molesta a Gonzalo Ochoa Díaz es mi afirmación de que "el pueblo colombiano chupa del pueblo venezolano", no soy yo quien lo afirma, sino el propio Alcalde de Cúcuta.
Si lo que le molesta es mi afirmación de que el pueblo colombiano apaña lo que hacen sus oligarquías, me remito a los hechos: fue el pueblo colombiano el que votó masivamente a favor del ladino asesino de Álvaro Uribe Vélez y en contra de acabar con una guerra civil fraticida que ya lleva décadas.
Si lo que le molesta es que yo recomiende medidas de guerra, debo señalar que lo de la "guerra económica" no es un eufemismo. Y como en toda guerra hay aliados y hay enemigos. Colombia se ha colocado abiertamente del lado enemigo, sin importarle en lo más mínimo lo que eso pueda repercutir en los más elevados intereses de la unión latinoamericana y la integración de los pueblos. No es Venezuela precisamente, impulsora histórica de la Gran Colombia y mucho más acá de la CELAC, el ALBA-TCP y la UNASUR, la que atenta contra la hermandad de nuestras naciones.
Sin embargo, mi propuesta es tomar esas medidas solo por 180 días a ver cómo nos va. Y por supuesto, siempre en el terreno de la cordialidad, la paz convencional y con mucho cariño, no vaya a ser que al "hijo del gran puto" de Vargas Lleras le fuera a parecer lo contrario.
3.2. Que soy un mentiroso.
De las tres calumnias, esta es la que más me ofende, porque me considero un amante perdido de la verdad, como investigador forjado en las brasas del escepticismo y el pensamiento científico. En cualquier caso, mis escritos hablan por sí solos en este aspecto. Puedo tener la razón, como puedo no tenerla. Puedo llegar a conclusiones verdaderas, como también a conclusiones erróneas. De ser este último el caso, no será por mentiroso, ni mucho menos por no apegarme siempre lo que más pueda al método científico. Sería tanto como afirmar que Newton era un mentiroso y que quien lo desenmascaró fue Einstein (respetando por supuesto la infinita distancia que me separa de esos dos gigantes de la Humanidad).
3.3. Que tengo intenciones ocultas.
Mis intenciones son transparentes y además coherentes y consistentes a lo largo de mi trayectoria pública: soy chavista, no soy ni capitalista, ni burgués, ni reformista y además no lo oculto. Me gusta el combate, como a mi Comandante Chávez, cuando la causa es justa y apegada a la verdad. Detesto la corrupción y aún más la mediocridad burocratista. Los dos libros que más me gustan y recomiendo para todas las escuelas del país, son "Un Mensaje a García" de Elbert Hubbard –por su mensaje, no por la exaltación del Imperio Norteamericano en detrimento de Cuba- y "El Hombre Mediocre" de José Ingenieros. Jamás haría como Galileo, pues con la verdad ni temo ni ofendo. Usted no verá nunca en mí índole alguna de hipocresía intelectual.
Todo el mundo conoce mis posturas críticas y autocríticas, todas las cuales me cuido bien de sustentarlas en argumentos basados en hechos, siempre con las limitaciones que supone la naturaleza de las fuentes de información y la validez y precisión de los datos.
¡Orgulloso siempre del gentilicio que nos legó a sus hijos nuestro infinito Simón Bolívar, El Libertador, y de nuestro gigante Hugo Chávez! ¡Aquí nadie se rinde!