En su última proclama del 08 de diciembre de 2012, el presidente Hugo Chávez nos advertía —como gran visionario—, que "no faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, para acabar con la Patria…", ya que se acentuaba la guerra económica y el inicio del plan macabro de la crisis alimentaria. No obstante, con su seguridad que le caracterizaba y como gran estadista, afirmó sin vacilar que "hoy tenemos Patria, que nadie se equivoque. Hoy tenemos pueblo, que nadie se equivoque. Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado". Efectivamente, este hombre que partió la historia del país en dos el 27 de febrero de 1989, vivió para dejarnos una nueva Patria, como lo hicieran Francisco de Miranda, Bolívar y Zamora, obviamente en un nuevo contexto histórico; pero liberador al fin. Fue inmensa su obra. La nueva Carta Magna y la Ley del Plan de la Patria son sus mejores cartas de presentación para que los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos la Patria hasta en las vísceras, la defendamos y demos las respuestas contundentes ante cualquier amenaza (dentro del territorio y fuera de el), como una unidad, en una sola lucha para la batalla y la victoria.
Obligada estoy como revolucionaria en defender los valores en los que creo al precio de cualquier sacrificio; en desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional (como lo señalara Fidel Castro), en hacer una alerta ante la amenaza que se cierne contra la revolución Bolivariana; contra la derrota del capitalismo que aún no termina de morir y que ahoga a esta tierra de paz que se resiste a abrirse a un nuevo sistema para el pueblo con igualdad y justicia; contra la Patria de la cuna de la libertad, de los libertadores que más cabalgaron para liberarnos del yugo de los imperios. Hoy la Patria se nos va mi hermano y no precisamente en un bus de pasajeros, como dice esa hermosa gaita de Luis Escaray, pues ya no se va por una cinta o un CD de rap y vallenatos —ya que por aquí hace tiempo se nos fue—, sobre todo cuando aplaudimos conciertos de raperos y vallenateros, auspiciados por gobiernos socialistas. Por allí se va la Patria y lloran las cuerdas del arpa, del cuatro, las maracas y todo aquel que siente que nos están transculturizando para subyugarnos con "música basura made in EE.UU. y Colombia".
La Patria se va mi hermano cuando tenemos dos poderes (Legislativo y Judicial) a la merced de la derecha, cuando cuyos presidentes tienen conductas y un prontuario que están en entredicho y lo peor es que de ambos lados existan defensores a ultranza (los de la derecha defienden al presidente de la Asamblea Nacional y los "chavistas" amparan al presidente del TSJ). Por allí está la desgracia y al vender la dignidad estás vendiendo nuestra Patria. Dos poderes tan importantes para el país no deben ser presididos por funcionarios que se les cuestione su probidad. La sociedad venezolana ha sido benévola con algunos servidores públicos, permitimos que nos maltraten algunos funcionarios, no nos quejamos, o si se hacen denuncias los jefes los siguen apoyando, pero es el tiempo de hacer evaluaciones serias, imparciales, profundas y más eficientes en este sentido. El 90% de la eficacia del Estado se juega en el desempeño de sus funcionarios públicos, entonces ¿cómo será el desempeño de estos dos poderes cuando quienes la presiden están señalados como corruptos? ¿Por qué el gobierno no investiga más a fondo las denuncias que se han señalado contra estos funcionarios? ¿Por qué el PSUV no dice nada al respecto? Para gobernar se debe empezar por crear las condiciones políticas para gobernar.
Por aquí se va la Patria si no hay formación ideológica con consciencia constante. Por aquí se va la Patria cuando quienes hacemos estas críticas a través de medios alternos como Aporrea nos tildan de antirevolucionarios o antichavistas, porque prefieren escuchar los aplausos que oír la verdad desde la resistencia a la imposición de este tipo de acciones que nos van quitando lo que con esfuerzo nos dejaron nuestros libertadores y que siempre estuvieron abiertos a la crítica y al debate de las ideas. Queremos transformaciones y avances de verdad, cambios de esos que se tocan con la mano, que afectan las estadísticas y causan un impacto positivo en el pueblo. Todos estamos maduros y listos para pasar a una etapa cualitativamente nueva en el relacionamiento entre fuerzas políticas, pero también se tendrá que renunciar a los nuevos modos de vida de algunos funcionarios y desapegarse de tantos actores nocivos que perjudican el proceso. Cuando esto ocurra, Chávez bajará tranquilo al sepulcro, cuando se consolide la unión, el socialismo del siglo XXI; mientras tanto viviremos en una utopía y nuestra Patria se irá para siempre.
(*)esmeraldagarcia2309@yahoo.com
Licenciada en Administración