La presencia de la mujer en la humanidad ha representado un papel preponderante, porque, jamás ha sido tan débil como para no vencer las cadenas que la han oprimido haciéndolas victimas de culturas de desigualdad. La figura de la mujer, ha libertado pueblos y vencido a innumerables enemigos de su pacifica existencia. Aunque siempre se les ha subestimado, la mujer rompe las expectativas de los patrones serrados de crueles realidades. No existe un héroe sin una figura femenina en la historia, no existe una batalla sin por lo menos una fémina resaltante y triunfadora.
La participación de las mujeres durante la primera y segunda guerra mundial, fue en algunos casos más allá de los trabajos de las actividades de como cocieras y en enfermería. En el caso de la primera guerra mundial el gobierno provisional ruso empleo un número significativo de mujeres en la infantería, lo que se re repitió en la segunda guerra mundial, con mujeres norteamericanas. Un hecho históricamente resáltate es que fueron las mujeres las que levantaron las naciones que participaron en la primera guerra mundial, en vista de la gran pérdida de hombres en batallas. Las mismas cumplieron diversas funciones en fábricas y reconstrucción de estos continentes. Esta misma estrategia fue tomada también en la segunda guerra mundial.
En cada hogar del mundo es la mujer la que sostiene a sus hijos cuando la irresponsabilidad del hombre causa estragos. Ese crecido valor amor alojado en el alma de cada mujer, ha permitido la evolución del ser humano, y mantener una connivencia social armónica.
En la actualidad la gran realidad es que no podemos hablar de una igualdad verdadera de géneros. Son muy pocos los estados que entre sus mandatarios han tenido la representación de las mujeres, y en la mayoría de ellos jamás les han dado la oportunidad a las mujeres de dirigir sus naciones. Y peor, países donde no se ha logrado la participación de las mujeres en la vida política, negándoles hasta el derecho al voto, manteniéndolas como las sombras de los hombres.
En la posmodernidad, se despliega todavía, la imagen de la mujer como un símbolo sexual, dejando por entendido que su función es meramente sexual. La cronología de tiempo nos deja ver como poco a poco se desnudó a las mujeres del mundo sin darse cuenta. A la par con la falsa expectativa del futuro deseado: la promesa del príncipe azul, que jamás llega; Y de la vida rosa de la mano de un adinerado protector. La realidad se vuelve madurez con una terrible decepción que marca para toda la vida. Esto ha desencadenado problemas sociales como el embarazo a temprana edad, pobreza, mortalidad infantil, abortos, decesos de menores, entre otros.
La violencia a la mujer es otra anomalía que no termina de desaparecer, las sociedades están estructuradas de manera tal que obligan a la mujer a guardar silencio ante estas perversas acciones de los hombres. Las leyes deben de ser más tajantes, más prudentes y protector cuando se active un caso de amenaza a la vida e integridad de las mujeres.
Cuan tristes se ven las miradas de las mujeres hoy en día. Su “YO” interno dice a gritos que no están de acuerdo con las reglas de un juego que nunca se les preguntó si querían jugar. Toda mujer está hecha celestialmente para conformar una vida familiar feliz, de respeto y de amor. Ninguna mujer tiene la culpa de que los hombres no deseen controlar y regular sus instintos para no hacer daño. Como tampoco insistan en continuar con sus crueles competencias, simulando a machos cabríos, sin importar las consecuencias de sus actos. La vida va hacer más justas cuando se corrijan esta cultura de depredador sexual masculina, ese va a ser el momento en que se va consolidar la paz social.
Ese es el reto actual para todas las mujeres del mundo, porque por su seno pasan los futuros hombres y mujeres del mañana. De la misma forma se hace necesaria la integración de las mujeres, limar asperezas en función del logro de objetivos en conjunto, es indispensable. Toda mujer debe ven en su semejante una hermana, una amiga y hasta una hija, según sea el caso. tengamos en claro que la participación de la mujer hace todo más justo y más humano. Para que esto suceda se debe de tener una formación profesional que se extienda en todos los espacios del a vida social, política, económica y cultural de los estados.
En Venezuela, la participación de la mujer ha ido en total acenso. En la vida política actual del país un grupo de inteligentes y valientes mujeres nos representan en Ministerios, Asamblea Nacional y otros espacios relevantes, donde han aportado su con esmero y dedicación su creatividad, ingenio y destrezas exitosamente, felicitaciones.