Si este gobierno tomara en serio, sus asuntos gubernamentales, tal cual como toma en serio sus falsos positivos, para echarles las culpas de sus errores y crímenes a otros, se orientaran un poco más hacia el centro sin extremos. Ah y reconocieran que son ineficientes. Y en serio ejecutaran planes audaces de acciones rápidas, que produzcan impactos positivos en el desarrollo integral de la nación, como lo es por ejemplo: La participación protagónica de la Milicia Nacional Bolivariana en la producción nacional, o sea que deje de funcionar como cuerpo armado de choque politico y se convierta en el brazo ejecutor del gobierno en la producción nacional con autonomía y administración propia, que se auto sustente y deje de ser una carga más en el escalafón burocrático de la Nación. El ensayo nacional no seria teórico sino practico. La Milicia debe tomar el campo, hacer maniobras de campos con metas predeterminadas.
Comenzar con un rubro alimenticio de fácil producción y trazarse el reto de lograr un cultivo mínimo de 50 toneladas en poco tiempo. Imagínense a la Milicia contribuyendo de esa manera con el desarrollo integral de la nación, de una manera tangible, manifiesta e inequívoca.
Imagínense a toda la Nación alimentándose gracias a la Milicia Nacional. Sí señores y señoras gracias a los "viejitos productores uniformados" sería una grandeza patria. Una hazaña patriótica, tan igual como la hazaña histórica de inmolación de Ricaurte en San Mateo.
Ya es hora, de que los militares se quiten ese mito parasitario de encima. No basta tener y guiarse con un pensamiento fresco y filosófico, que solo queda en puro sofismo.
El militarismo venezolano, trascendió los cuarteles. Creo mella en la política venezolana. Bolívar fue militar, político y sobre todo un excelente caudillista, que arrastró masas de hombres dispuestos a morir por defender a nuestra nación.
Actualmente Venezuela necesita a un líder como Bolívar que surja de las filas militares con pensamiento progresista como lo fue Pérez Jiménez. Tenemos que regresar otra vez a los campos de batallas, no precisamente a matar, sino para sembrar nuestros alimentos y fortalecer la producción nacional.
Si con esta opinión, estoy traicionando a mi patria. Júzguenme que la historia me absorberá, pero no como el parasito de Fidel que engañó al mundo. escritor.ysaac@gmail.com