Esta imagen anda rodando por las redes sociales en Venezuela. Al fascismo no le importa para nada de quien se trate. Sólo busca la forma de marcar, de estigmatizar a las personas para luego justificar cualquiera ataque o tropelía con quien se identifica como un enemigo.
Debemos estar atentos a este tipo de campañas comunicacionales pues cualquier disociado puede atentar contra quienes se considera un objetivo de la cruzada contra el chavismo.
Dentro de la universidad (la UCLA, donde damos clases) hay quienes se sienten desnudados por las comunicaciones que permanentemente hacemos contra las tergiversaciones y desaciertos de algunos gremios de la derecha universitaria y fascistas que hoy sienten que pueden a TRAVÉS DEL ANONIMATO QUE PERMITEN LAS REDES SOCIALES lanzar la jauría contra nosotros.
Cuando los revolucionarios nos aventuramos en la construcción de una sociedad solidaria, justa y equitativa sabemos los riesgos que ello comporta. Así que al fascismo desatado hay que enfrentarlo en el terreno de las ideas, pero sabiendo también que debemos cuidarnos de cualquier desafuero que se intente contra nosotros. Sabemos que a los revolucionarios primero se les intenta desacreditar, atacar moralmente, convertirlos en objetos de odio, para cuando se haga algún ataque contra ellos, pueda más bien interpretarse como un acto de justicia.
Debemos hacer la denuncia pública de este tipo de asedios y estar atentos a este tipo de campañas y sólo queda cuidarnos y buscar en los resortes institucionales las claves que puedan frenar los instintos criminales de algunos.