La ironía de los ministros de Relaciones Exteriores de Colombia y México raya en lo increíble, a no ser que hayan consumido una alta dosis de desconocimiento que tienen de la historia de sus propios países y del imperialismo.
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, dijo que la devolución del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma a su residencia es una medida muy importante para la protección de los derechos humanos", principalmente para "los cientos de presos políticos que hay hoy en día en Venezuela".
¿Puede dar clase de democracia la funcionaria de un gobierno que entregó la soberanía de su país a Estados Unidos, que construyó ocho bases militares, donde la soldadesca gringa comete toda clase de delitos, como violación de mujeres y asesinatos, y nada pasa? ¿Y los miles de presos políticos que existen en esa nación y los miles de asesinatos políticos como Política de Estado utilizados desde hace años? ¿Y el exterminio de ex combatientes, de campesinos, d estudiantes, de dirigentes sindicales y luchadores sociales?
Colombia es una neocolonia de Estados Unidos, cedió su soberanía y aún así los narcopolíticos arremeten contra la República Bolivariana de Venezuela.
Mientras que el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, le dijo hoy a Nicolás Maduro que cobarde es quien usa el poder del Estado para "arremeter contra su propio pueblo", en respuesta a las críticas del mandatario venezolano hacia el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Este sujeto, el canciller, le responde a Peña Nieto y no al presidente Nicolás Maduro. El Estado mexicano tiene el récord nada envidiable de un alto índice de asesinatos en lo que va de año, pues existen miles de desaparecidos, como estudiantes, y el asesinaros de periodistas y comunicadores.
Esto sí es una cobardía, señor Ministro Videgaray (si es que merece el apelativo de señor), pues en México utilizan el poder del Estado para el asesinato selectivo, para las masacres.
Ningún respeto merecen ambos cancilleres.
El cinismo está a la orden del día, pues ambos gobiernos son lacayos del imperialismo que agrede a nuestros pueblos.
México, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios.
Colombia, la neocolonia, con sus paras y narcos que dirigen los asuntos del Estado.
Que cínicos.
