La unidad revolucionaria y bolivariana

En un acto político en la ciudad de Maracaibo, en la campaña electoral que ya prendió motores por todo el país con comandos, batallones y pelotones, el Presidente Chávez ha urgido la unidad de todos, de los trabajadores, los obreros, los jóvenes, los estudiantes, los indígenas, los informales, las mujeres, los campesinos, la izquierda y, por supuesto, los revolucionarios y militantes bolivarianos.

Nada más urgente y prioritario que la unidad de todos los que coincidimos en lo fundamental del proceso revolucionario.

Cuando aludo a lo fundamental me refiero tanto a la consolidación de los avances y logros alcanzados por el proceso de cambios en estos últimos 7 años de nuestra historia, como a la manera de enfrentar los enormes desafíos que tenemos planteados en las actuales circunstancias y hacia el futuro.

Chávez ha dicho que esta campaña que culmina el 3 de diciembre y tiene como metáfora (por lo que explica y sugiere) conductora los 10 millones de votos como meta, debe enfrentar la agresión perpetua del poder imperialista con el objetivo explicito de destruir la revolución bolivariana, para lo cual ya han instalado sus propios lacayos agitando el más miserable populismo neoliberal; y debe asumir la tarea titánica de cristalizar para el pueblo el Socialismo como real alternativa social, económica, política, internacional e ideológica frente al mercantilismo y la depredación neoliberal.

Lo que de hecho significa asumir el reto de profundizar la revolución en todas sus dimensiones para superar la rémora de unas instituciones todavía permeadas en todos los niveles por el burocratismo, la corrupción, la ineficiencia y el viejo puntofijismo disfrazado e infiltrado en el aparato estatal que perfiló la Constitucion de 1999; para remontar una aberrante estructura económica capitalista de explotación; para profundizar la democracia popular y protagónica que permita la constitución de nuevas y potentes subjetividades populares; para consolidar los dispositivos de defensa de la revolución con la configuración de redes y milicias populares armadas dispuestas ha proteger la soberanía, los derechos y el bienestar del pueblo;en fin, para configurar formas de organización política en las que el pueblo se exprese sin verticalismos y formas autoritarias que sostienen estructurar políticas contrarrevolucionarias.

La unidad que reclama el Presidente es vital y requiere de la mayor audacia para sobreponerse al clientelismo, las roscas, las exclusiones, los amiguismos, la corrupción y las formas partidistas burguesas y reaccionarias que ahogan la democracia popular y bolivariana que con tanto ahínco defiende e impulsa el presidente Chávez con su excepcional liderazgo revolucionario.

Construyamos pues la unidad revolucionaria y bolivariana con amplitud y transparencia para darle celeridad a las reformas y cambios estructurales que aun estan pendientes.

San Cristóbal, 8 de septiembre de 2006.


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Horacio Benítez


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