En el marco de su reciente visita a la ANC, el compañero Presidente, Nicolás Maduro Moros, desarrolló un discurso alentador y bastante claro; tomándose decisiones, que fueron aplaudidas por Tirios y Troyanos.
Las denuncias sobre el bloqueo financiero impuesto contra la República y el pueblo venezolano desde la Casa Blanca, incluso a los propios gringos les han molestado y preocupado; pues afectan no solo sus inversiones en el territorio nacional, sino también, el devenir económico en el sur de los EE.UU., región muy afectada por los avatares de la naturaleza, que según teóricos de la conspiración, son fenómenos producidos por la mano humana. Hasta voceros de la burguesía criolla han manifestado su incomodidad (por el arrecio de las medidas que los neocon han impuesto a través de Trump desde la Casa Blanca), no por patriotas sino porque no hay nada más cobarde que un millón de dólares.
Por cierto, las "aladas" de oreja fueron celebradas.
En anteriores trabajos, he argumentado sobre la necesidad de consolidar en el Estado -si de verdad se quiere hacer una revolución- un fuerte, robusto y sólido aparato tecno político (el ilustre investigador y planificador chileno, Ministro de Salvador Allende, Carlos Matus, escribió estando en nuestro país, donde falleció, mucho sobre ese tema), que trabaje para la República y el pueblo y no continuar con una hidra de mil cabezas al servicio de grupos (nacionales e internacionales), históricamente vinculados a la corrupción, apropiación indebida del erario público y de la renta petrolera.
Llevamos más de cien años en ese macán y si no se desmonta ese modelo, no habrá posibilidad alguna de construir -en el discurso de moda- una Venezuela Post Petrolera, ya que mientras exista posibilidad de continuar apropiándose (directa o indirecta), de los petrodólares, jamás habrá en serio, voluntad de consolidar un aparato productivo (público y privado), autárquico. Lo primero que debemos hacer, es satisfacer la demanda interna y una vez ello ocurra, entonces pensar en exportar los excedentes. No en balde, en la IV república, los ministros neoliberales, desmantelaron el poco y pobre aparato industrial productivo y se dedicaron a estimular la economía de puertos que heredamos y no hemos podido desmontar. Miguelito Rodríguez, fue uno de los precursores con CAP.
Al igual que la Dra. Pascualina Curcio, yo me pregunto, ¿hasta cuándo le seguiremos dando dólares petroleros a "empresarios" parásitos y a las corporaciones extranjeras? Quien quiera ser empresario en nuestro país, que invierta; que traiga sus dineros. Estoy seguro, se le darán garantías constitucionales. En todo caso, el Estado no puede seguir siendo chuleado. Necesitamos esos dineros para modernizar el país de cara al siglo XXI que cabalgamos. No los exige, además, la globalización. No podemos competir ni ser eficaces y eficientes en los negocios internacionales, sino tenemos infraestructura adecuada.
No hacemos nada con tener Ministros o Viceministros, teóricamente "comprometidos"; incluso Directores Generales, Directores de línea y hasta Jefes de División, si aguas abajo de cada Despacho, quienes hacen el trabajo de carpintería, elaboran y construyen propuesta, en la mayoría de los casos, son fichas que no viven del sueldo que ganan en ese ministerio, sino que son asalariados e incluso informantes de corporaciones y grupos económicos o de poder político, los cuales terminan engatusando a sus respectivos jefes (generalmente son políticamente leales pero técnicamente incompetentes), quienes más luego le presentan al ciudadano Presidente y Jefe del Estado, bodrios que afectan la soberanía y por decir lo menos, dan pena.
Estos técnicos no tienen compromiso revolucionario ni de patria, a ellos los mueve otros intereses. Generalmente, don dinero. Son nómina de esos grupos de poder (mercenarios y mezquinos), los mismos que tanto ayer en la IV como ahora en la V república, continúan apropiándose (valga decir robando), la renta petrolera que es de todos los venezolanos y para ello, tienen infiltrados los distintos despachos por seudo servidores públicos, que elaboran e impulsan propuestas que no tienen nada que ver con el país sino con los intereses de los negocios de sus patronos nacionales o transnacionales.
Cuantas veces se denunciaron papeles de trabajo salidos de instancias gubernamentales como: Bancoex, Cancillería, Finanzas, BCV, del Ministerio de Economía, entre otros (construidos bajo el criterio de la propuesta gringa para América Latina del Plan Puebla Panamá "PPP", el IIRSA y soportados todos, por los constructos técnico jurídicos de los famosos Tratados de Libre Comercio "TLC"), que los tecnócratas privatizadores infiltrados elaboran y presentan a sus ministros respectivos para que más luego, en el marco de las relaciones internacionales, nuestro Presidente suscribiera bilateralmente con países vecinos, cuestiones que horadan y lesionan la integridad y soberanía nacional.
Por eso es que sostengo, que también debe llevarse a cabo una Constituyente Universitaria. No es posible que las Casa de Estudio del Estado venezolano, sigan formando gente académicamente positivista, neoconservadoras, doctrinariamente atrasados y una vez egresados, se colocan al servicio de bastardos intereses.
En el cuadro de lo anterior, quiero recordar algunos pasajes (guardando la distancia), del accionar gubernamental del Presidente Putin, quien recientemente se planteó resolver el tema de la corrupción y la ineptitud de los burócratas en su país, para lo cual realizó programas en vivo (muy al estilo de Los Domingos con Maduro), donde los llamaba a botón y les preguntaba, interrogaba y cuestionaba sobre sus tareas y de por qué no las habían realizado o concluido y al no responder o dar alegatos sólidos, inmediatamente eran botados; sacados del gabinete e incluso presos por ineptos. Allí no valió enroques, ni falsas lealtades partidistas, ni amiguismos, ni tendencias o grupos. Primero la Patria y miren ustedes, le funcionó.
Finalmente, el actual proceso político, que como herencia nos dejó el Cdte Eterno y Supremo, no tiene marcha atrás. Insisto, no hay posibilidad de medias tintas. Eso debe quedar muy claro.
La gente, el pueblo llano, dio una nueva oportunidad y la lectura correcta es, "no queremos reformismo"…...
¡El Socialismo se Conquista Peleando!
¡La Línea Justa es, Luchar hasta Vencer!
(*) Politólogo e Internacionalista Venezolano
Magíster en Seguridad y Defensa