Las reivindicaciones políticas y económicas de los trabajadores están en manos de sus organizaciones y de la ANC

La crisis económica sigue campante y el auge inflacionario en Venezuela no se detiene, dos meses después de haberse instalado la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Resolver el problema de la grave crisis económica y con ello, detener la ya larga espiral inflacionaria con la que sobreviven los asalariados venezolanos, fueron los principales objetivos motivadores de que la clase trabajadora fuese el sector social que tuvo la mayor participación en la elección de la Constituyente el día 30 de julio (30-J). De los 8 millones y tantos de participantes en ese proceso, más del 60% correspondió al sector trabajador.

Defender las grandes reivindicaciones alcanzadas por los trabajadores y trabajadoras venezolanas y todos los sectores populares hasta el año 2012 y llegar alcanzar nuevas reivindicaciones de cara a los próximos años, dependerá mucho de lo que haga o deje de hacer ahora la ANC. Como acierto, la Constituyente fue concebida con una composición de los más importantes sectores sociales, destacándose entre ellos, los trabajadores. En lo territorial hay la representación de todos los municipios del país. Se cuenta con: 79 Constituyentes provenientes del sector trabajador; 28 de los pensionados y jubilados; 5 de los discapacitados; 24 de las Comunas y Consejos Comunales y 8 del sector campesinos. También la mayoría de los 364 Constituyentes territoriales, son asalariados, lo que hace que la inmensa mayoría de los miembros de la ANC provienen de la clase trabajadora.

Pero, fundamentalmente lo que haga el Poder Constituyente y lo que pueda pasar en Venezuela, será fruto de lo que a partir de este momento sea la conducta del poder popular, en toda su expresión social y género y, entre su vanguardia, el pueblo trabajador y sus organizaciones sindicales (sindicatos de empresas, sindicatos nacionales, federaciones por ramas industrial y regionales, las centrales existentes), así como los Comités de Producción de Trabajadores (CPT), Consejos de Trabajadores (CT), los frentes de Delegados de Prevención y otras distintas formas de organizaciones que vienen surgiendo dentro de muchas entidades de trabajo, principalmente públicas y en instituciones de estudios. Algunas de estas manifestaciones orgánicas ya exigen participaciones en las direcciones de esas entidades de trabajo o estudió, proponen el combate a la corrupción y hasta plantean medidas socialistas.

Me refiero a la conducta en cuanto a capacidades de demostrar músculos, fuerza y conciencia política más allá de las justas luchas por reivindicativas económicas, que por supuesto, no hay que dejar de hacer. Es decir, el desafío es, poder influir ahora sobre la Constituyente e impedir, a estas alturas del tiempo transcurrido, una derrota política que haga que se pierda el proceso bolivariano y se consolide un retroceso político en toda América latina. Posibilidades de regresión que se ha empezado a vislumbrar y preocupa, desde los surgimientos de los gobiernos de Temer y Macri en Brasil y Argentina.

Ahora esos gobierno neoliberales son las puntas de lanzas de las políticas del imperialismo norteamericano, entrometiéndose y acicateando permanente a Venezuela, buscando la salida del gobierno de Maduro. A esta etapa del enfrentamiento de la burguesía criolla y el imperialismo en contra del gobierno venezolano y el proceso bolivariano, Trump, a sabiendas que el gobierno de Maduro tiene los apoyos de China y Rusia, necesita de los refuerzos de Temer, Macri y de los otros gobiernos piezas que tienen en el continente y hasta de los gobiernos europeos, para volver intentar imponer la salida de Maduro. Propósitos que hasta ahora le ha sido imposible, como le también lo fue a su antecesor Obama. El gobierno norteamericano junto a Canadá se apresta a profundizar el bloqueo comercial y a presionar más con las descalificaciones y censura de funcionarios del gobierno, imponiéndole más necesidades a la población, buscando que el gobierno no pueda conseguir una recuperación económica pronto o nunca.

En la salida de Maduro antes del 2019 se conjuran muchos intereses comunes: El imperialismo en lo político busca derrotar el mal ejemplo que para ellos significó Chávez para todo el continente y sigue significando el chavismo, personificado en el gobierno Maduro, a la vez, urgen disponer a sus antojos de los recursos naturales de Venezuela; las burguesías de Brasil, Argentina y Colombia para garantizar de que no vuelvan Lula y/o el Pt en Brasil, el Kirhnerismo y/o peronismo en Argentina y de que haya más probabilidades de que gane en las próximas elecciones los Liberales o Conservadores en Colombia, necesitan todos ellos, de que Maduro salga ya y de que el chavismo sufra una derrota histórica; a la vez que, la burguesía venezolana está frenéticamente desesperada de volver a tener un gobierno que le represente sus intereses y dispongan del control de la renta petrolera y de todas las riquezas del país y han entendido que no lo pueden hacer, si ese trabajo no se lo lleva adelante imperialismo y los gobiernos lacayos de América y Europa.

En ese sentido, las tareas de la Constituyente y de los sujetos sociales revolucionarios, léase, movimiento popular y el de los trabajadores, van más allá de lograr que ahora, en estas elecciones de gobernadores, se ganen la mayoría de las gobernaciones o de que Maduro llegue a permanecer hasta el fin de su período presidencial en el 2019. Las responsabilidades son mucho más trascendentales, traspasando las fronteras de nuestro país y el de nuestro propio continente. No hay otra opción que derrotar a estas burguesías nacionales del continente y al imperialismo. Es decir, la tarea es anticapitalista y antimperialista. En esta etapa, las posibilidades de derrotar al capitalismo y al imperialismo están pasando ahora, porque el mecanismo del Poder Constituyente surgido del 30-J, responda a los intereses históricos y legítimos del pueblo trabajador y no a bastardos intereses burocráticos y/o reformistas. Entonces, es el propio pueblo es el que toca levantar sus voces y desarrollar sus acciones para que la Constituyente cumpla sus compromiso.

Sin embargo, para que el movimiento popular y dentro este, los trabajadores, sean los sujetos revolucionarios que puedan empujar a la Constituyente y hacer esa revolución política de imponerle al gobierno de Maduro las medidas políticas, económicas y sociales correcta, o sea, la revolución económica/social y se logre convertir el poder Constituyente en el verdadero poder del pueblo trabajador tiene que hacerse una realidad también, que los trabajadores y todas las expresiones del movimiento popular, deben deslastrarse de la tutela y el seguidismo del Estado (poder constituido) y de los aparatos políticos. La institucionalización hasta les quieren dictar todas las pautas y entre ello, los objetivos tácticos y estratégicos. En el caso de la clase trabajadora, necesitan renovar de la manera más democrática posible, las direcciones de sus organizaciones sindicales, porque hoy no tienen iniciativas propias, ni independencia y autonomía política. Por esta razón está planteada la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente de los Trabajadores y Trabajadoras.

Los objetivos económicos pendientes del pueblo trabajador y de toda población empobrecida están tendidos allí sobre la realidad de todos los días: lograr recuperar la pérdida del poder adquisitivo del salario; llegar a que se respete la inamovilidad laboral; que se cumplan con las convenciones colectivas firmadas y se discutan nuevas convenciones; acabar con la Tercerización, la precarización y flexibilización en los puestos de trabajo ya fijos; que la patronal acepte la creación de sindicatos y afiliaciones sindicales en las empresas en donde ahora no hay, al igual que se permita la constitución de los CPT y/o CT; que se fortalezca la Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT); que se apruebe una Ley de Seguridad Social Integral que en estos 18 años de gestión chavista no se ha podido concretar, son reivindicaciones que se conservarán o plasmarán, esencialmente si se logra la recuperación económica del país y si esta ANC lo establece así o si los trabajadores movilizados y organizados lo imponen a como dé lugar.

Van 17 aumentos de salarios mínimos en la gestión de Nicolás Maduro, pero la inflación acumulada está cerca del 1000%. Este 1° de septiembre se decretó un aumento del salario mínimo, el cual llega ahora a 136. 000 bolívares mensuales, además con el aumento de 4 unidades tributarias, el Bono de Alimentación alcanza los 189.000 Bs. Todo ello hace un total de 325.000 Bs de ingreso mensual (40% como salario y, 60% como bono que no influye sobe cálculo de prestaciones sociales, vacaciones, demás cálculos salariales y pensiones).

Sin embargo, la inflación del mes de agosto fue de 33,7% y lo que acumula el año es de 366%. La llamada Canasta Alimentaria Familiar, aun cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) no suministra datos desde hace más de tres años, según varias fuentes, entre ellas el CENDAS, la calculan en 2.012.556 de bolívares (dos millones de Bs.). Es decir, a pesar de los aumentos, el poder de compra de los que viven del salario es infinitamente menor.

La situación se ha venido haciendo cada vez más dramática con el empleo: las estadísticas dicen que han cerrado 8.000 empresas en los últimos años. Los ciudadanos lo comprueban cuando van a las zonas industriales de las ciudades del país y se consiguen con decenas de instalaciones de empresas abandonadas o paradas. El sector industrial que aún está en funcionamiento apenas lo hace con un 30% de su capacidad instalada de producción, llegando algunos sectores a cifras menores y píricas como en el caso de las empresas ensambladoras automotrices y autopartistas, algunas de alimentos, farmacéuticas y de higiene personal.

Sólo tres de las siete empresas privadas ensambladoras producen irregularmente. Entre enero y julio de este año estas ensamblaron 1.093 unidades, lo cual es el 0,4% de su capacidad para ese período en el año. De esa manera, General Motors cesó sus operaciones en el país y lo que era un sector con unos 80 mil trabajadores, escasamente ahora en su totalidad no alcanza ni los 20 mil trabajadores. En cuanto a la industria de alimentos está casi totalmente paralizada y en cambio se importa casi todo lo que consume la población, lo mismo ocurre con el sector de las medicinas Hay una enorme escases de medicamentos, sobre todo los que utilizan los pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, tensión, entre otros. Las medicinas que importa el estado no son suficientes para la demanda existen en el país. Con respecto a los artículos de higiene personal como jabón para bañarse, champú, crema dental, papel higiénico, toallas sanitarias, en su mayoría son importados y sumamente costosos. A penas están surgiendo pequeños talleres artesanales que vienen elaborando algunos de estos productos como jabón, champú y materiales de limpieza.

Ese panorama en el sector industrial, no sólo provoca o "justifica" la pérdida del poder adquisitivo del salario sino que golpea la estabilidad en los puestos de trabajo, con despidos impuestos y arreglos concertados como retiros voluntarios, en donde los sindicatos terminan aceptando ante el riesgo de que se pierdan todos los puestos de trabajo; Otra cosa que viene ocurriendo y que también disminuye el ingreso del trabajador es que los envían a sus hogares con un pago mínimo sin asistir a sus centros de trabajo; desconociéndoles derechos contractuales o de leyes ya establecidos, alegando la patronal que sus niveles de producción apenas alcanzan para cubrir el pago de esos menguados salarios.

El campesinado y los pequeños productores agrícolas y pecuarios no están en mejores condiciones que el sector industrial. Los que puede producir también están en 30% de su capacidad y la mayor parte de esa producción la garantizan los oligopolios. Estos tienen el control de las semillas y pesticidas para siembras, alimentos y medicinas para la cría de animales. Siendo que los problemas no son ni de tierras ni de agua, pero si el de siembra, cosecha, ordeño, distribución y de seguridad ante los constantes robos de la cosecha y cría a los productores. Los campesinos y todos los pequeños y hasta los medianos productores hacen malabares y sacrificios para producir lo que a bien puedan.

De esa manera, la poca producción agrícola y pecuaria se eleva para el consumidor a precios exorbitantes. Es así como los precios son: tomates a 18 mil Bs. el Kg; queso 35 mil Bs., 1 cartón de huevos 35 mil Bs., 1 kg de carne 27 Bs., 1 kg de pollo 18 mil. Esos 5 productos suman 133 mil Bs. Acuérdense que ya les dije que el salario mínimo mensual es de 136 mil Bs. y el bono de alimentación es de 189 mil Bs. El reto de los campesinos y los pequeños y medianos productores del campo, es tan iguales o peores condiciones de sobrevivencia que el del proletariado. Tienen la presión social y muchas veces familiar de dejar el campo y volver a las grandes ciudades a ver si consiguen mejores condiciones de vida para ellos y su carga familiar.

El gobierno ha buscado resolver el problema de la comida y el salario con la entrega de una bolsa de alimentos con unos 12 productos aproximados cada mes (CLAP), pero estas bolsas apenas le llegan posiblemente al 30% de la población (quienes los adquieren, les sirven de gran ayuda económica y de sobrevivencia por el bajísimo costo de precio que tienen). Ahora, entre las leyes referidas a la economía que presentó el 7 de septiembre el presidente Maduro ante la Constituyente (1), está una que contempla el reparto de una bolsa de alimentos; además dijo que entregó una lista de los 50 productos, en los que han acordado precios con los productores; planteó también extender estas bolsas CLAP a un mayor número de sectores y con un lapso de cada 15 días. Pero, esto hasta ahora, 25 días después de presentada ante la ANC la propuesta, no se ha cumplido esta promesa y es un misterio a descifrar cuales son los 50 productos cuyos precios acordaron así como la fecha de su implementación.

Los más de 8 millones que participaron en las elecciones de la constituyente, la mayoría del pueblo trabajador y los más de 14 millones que adquirieron el Carnet de la Patria, tienen cifrada sus esperanzas en que es posible recuperar el país de esta profunda crisis económica, política, social y de perspectiva por la que hoy estamos atravesando. Hasta las familias que tienen hoy hijos y nietos como recién inmigrantes en cualquier otro país del planeta, desean ver a sus seres queridos regresando a su patria para emprender junto a ellos y a los que nos hemos quedado bregando por la justicia, igualdad social, la democracia y solidaridad para hacer posible esta patriótica recuperación de la Venezuela Bolivariana.

Hoy la mayor parte de la responsabilidad de convertir esta crisis en una verdadera oportunidad para salir adelante, la tienen los hombres y mujeres que fueron electos como constituyentes. Si estos no saben de sus responsabilidades políticas ante la historia, todos y todas los que no somos, tenemos la obligación de hacérselos saber. Lo primero que tienen que comprender es que son ellos el poder constituyente y otros son, el poder constituido, quienes están obligados a obedecer y no al revés. Para nada pueden olvidar que su compromiso es con el pueblo. Compañeros Constituyentes, la afirmación: todo el poder para la Constituyente, no es sólo una consigna bonita para gritarla en los actos y en lo interno, para satisfacer nuestros egos. Es un compromiso para asumir ya. Es el reto que tiene ante todos los países del continente y del mundo que sueñan y luchan por ser libres.

La mayoría de ellos y ellas, deben asumir su compromiso histórico con la revolución bolivariana y la independencia política del país, que es la que está en juego y atravesando grandes riesgos. En su mayoría, los constituyentes proceden del pueblo trabajador. A su clase social no la pueden defraudar. Que no repitan discursos viejos y frases rebuscadas y repetidas que recuerdan al fracaso del pasado. A "sustitución de las importaciones" propuestas hecha desde los años 60 por los gobiernos del Pacto de Punto Fijo, se asemeja decir hoy, "economía post petrolera", si eso no se muestra con hechos concretos. Alardear en todos los escenarios públicos con la frase de ir a "Una Venezuela potencia", trae a la memoria de quienes vivimos esos año, de la demagogia electoral y populista de Carlos Andrés Pérez (CAP) y demás adecos, de "La Gran Venezuela".

Entonces, tiene la palabra de orden y ejecución la Constituyente, la clase trabajadora y sus organizaciones.

La orden es decir, basta ya saber, que más que una crisis o una guerra económica como a los representantes del gobierno les gusta decir, hay un caos económico al que hay que ponerle su punto final. De la situación en donde estamos hay responsabilidad al gobierno como también tienen culpa los empresarios y comerciantes en su afán de sabotear y querer prestarse al juego político para producir una salida del gobierno de Maduro y a la vez, obtener más ganancias con esta crisis económica no arriesgando para nada su capital financiero y la fortuna que poseen en dólares para invertirlo y producir en Venezuela. Este es el round decisivo de la pelea en donde podemos derrotar a los capitalistas, al imperialismo y hasta la burocracia estatal, responsables también de la corrupción y de toda esta peligrosa situación en la que nos encontramos.

Ejecución, es implementar de inmediato: Un plan de emergencia para la recuperación económica. Que contemple entre otras medidas:

  1. La recuperación de la producción y refinación del petróleo y del gas licuado de parte de PDVSA, bajando sus altos gastos operativos. Por muchos años más, seguiremos dependiendo de los petrodólares o de los petroyuanes o, de las petrorupias y de cualquiera otra moneda con la que podamos negociar nuestra principal fuente de divisas que seguirá siendo por mucho tiempo más, el petróleo. Pero lo primero que debemos hacer es recuperar a PDVSA, que en estos momentos está en el suelo y sus equipos e instalaciones están deterioradas, lo cual le impide cumplir con los niveles de producción, refinación petrolera y licuación de gas; financieramente, los proveedores locales no le quieren proveer de nada porque tarda años en pagar sus deudas;
  2. Tenemos que renegociar o dejar de pagar la deuda externa. No hay recuperación económica posible, si se sigue pagando tal como se viene haciendo la deuda externa. Que desde el gobierno no sigan esperando milagros o algún tipo de incidentes que produzca la elevación de los precios petroleros. El propio presidente Maduro afirma que no es probable que en los próximos años el barril de petróleo tenga los altos precios que tuvo hace 5 años atrás. En medio de esta crisis económica y política, el gobierno ha preferido pagar la deuda externa y no invertir esas divisas en la recuperación económica o en gastos sociales, ante el temor de que el imperialismo le impusiera un bloqueo comercial a Venezuela. Pero en los hechos se ha producido y padecido ese bloqueo. Han impedido que la banca mundial le otorgue nuevos créditos e importantes empresas suministradoras de repuestos, materias primas y hasta medicinas, que proveían al país debidamente de estos productos, ahora se los han prohibido hacer. En estos meses el sacrificio del pueblo ha sido heroico, aguantando inmensas necesidades sociales y alimentarias, no obstante, ya se pagaron 705 millones de dólares correspondientes al mes de agosto y se pretende cancelar los 229 millones de dólares estipulados para septiembre y más de 3.524 millones, cifra que totalizan los montos de los meses octubre y noviembre de este año. Con esa cantidad de dinero se puede avanzar en mucho y de forma inmediata en la recuperación económica;
  3. Tampoco puede haber recuperación económica, si lo poco que entra por divisas petroleras, sean cual sean los tipos de monedas, si se mantienen los abismales diferenciales cambiarios, tal como lo hay hoy, sólo con la moneda norteamericana. Esto solo sirven para la confusión y la corrupción. 10 Bs por dólar (Dipro) y la otro cuesta 3.445 Bs por $ (Dicom), pero la mayor parte de la economía y con esto, las estructuras de costos de lo producido en el país o lo importado, así mismo los precios, los determinan el dólar paralelo. Que en estás últimas semana traspasó las fronteras por más de 20 Bs/$ paralelo (DólarToday). Por lo tanto, proponemos la unificación cambiaria del dólar, independientemente de la propuesta de nuevas cestas de monedas para regir la economía venezolana. Y debe establecerse un tiempo prudencial de parte de la ANC para hacerle seguimiento a este nuevo mecanismo de tipos de monedas a utilizar por nuestra economía. Si por el contrario no da los resultados esperados, de inmediato ir a otro esquema cambiario;
  4. Ese nuevo régimen cambiario claro y transparente, debe ir de la mano con otra política fiscal y un plan definido en el tiempo, de industrialización y de incentivos a la producción agropecuaria. Esto puede justificar un aumento de mayores impuestos a la banca, que ahora no paga o la expropiación de la banca privada. La intención o propósito no es otro, que poner la mayor parte de esos recursos para los créditos que necesita el plan de industrialización que apunten fuertemente en la producción para el abastecimiento nacional y la exportación de productos elaborados con nuestra propia producción minera y no materias primas no procesadas, así como el aumento vertiginoso y planificado con metas cuantificables de la producción agrícola;
  5. Tener de inmediato el control o monopolio del comercio exterior que garantice, importar sólo lo necesario y permita que los alimentos y medicinas lleguen al consumidor sin pasar por una cadena de distribución que encarezcan sus precios;
  6. De la misma manera toda los Mercados Mayoristas de distribución de productos de las Ciudades deben ser controlados y hasta administrados por las Comunas organizadas alrededor de estos establecimientos, presentando cuentas mensuales a los Consejos Generales de Comunas que el nuevo Estado Comunal deberá establecer, ya con su propia Ley aprobada en la ANC en sus primeros 6 meses de gestión;
  7. Poner bajo el control directo de los trabajadores todas las empresas expropiadas y que siguen en manos del estado, con un plan vigilado y controlado por la Constituyente, las Comunas, los sindicatos, la Central obrera mayoritaria. Que las trabajadores y trabajadores que integren la dirección de las empresas expropiadas sean electas por las bases y que puedan ser destituidos de inmediato en asamblea general de los trabajadores y trabajadoras, y los que están al frente de esas empresas, no devenguen un salario mayor que el salario promedio de ese centro de trabajo. Con esos mismos criterios de funcionamiento de control obrero, los campesinos procederán en las tierras que en colectivos ocupan y trabajan;
  8. Implementar un plan inmediato de recuperación de las empresas de servicios públicos como Corpoelec, Cantv, las Hidrológicas, PDVSA Gas, servicios de aseo urbano, las de navegación marítima, Ferrys, ferrocarriles, Metros, peajes, transporte terrestre, aéreo, las de puertos y aeropuertos, hoteles y parques recreacionales, empresas de cine, canales de televisión y radios, las de distribución de alimentos propiedades del estado, deben pasar a manos de sus propios trabajadores que garanticen la sustentabilidad y calidad del servicio, brindando mejora prestación del servicio de lo que hasta ahora ofrecen. Los que ocupen cargos de dirección, también estarán en las mismas condiciones que se le imponen a los trabajadores que están en las otras empresas en la modalidad de control obrero.
  9. Someter a referendo el desarrollo y explotación o no del Arco Minero del Orinoco y cualquiera explotación a cielo abierto que ponga en peligro nuestro Ecosistema Ambiental. Someter a cuarentena por parte de la Constituyente sobre las últimas 6 leyes del listado de las 8 presentado por el presidente Maduro el 7 de septiembre ante la ANC. Ese tiempo es necesario para la consulta con los distintos sectores, organizaciones y personalidades involucradas y se considere versada sobre los temas implicados en este cuerpo de leyes constituyentes.
  10. Ir transformando a la República Bolivariana de Venezuela en un Estado Comunal que apunte en desarrollar una sociedad basada en la democracia, la equidad social y de justicia, donde el poder comunal vaya creando sus propios mecanismos, en la medida del tiempo y pueda ir eliminando el poder opresivo e inconsulto de las estructuras del Estado en todas sus instituciones entre ellas, el ejército y poder judicial, a la vez que renueve el concepto de las milicias bolivarianas, con el propósito defensivo de establecer el poder miliciano del Pueblo en Armas.
  11. Para poder desarrollar el reimpulso económico y la reconstrucción de la República ir a un Estado Comunal, la clase trabajadora principalmente tiene el reto de renovar su dirección orgánica de forma democrática y el desafío de imponerle al gobierno de Maduro el mismo Golpe de Timón que Chávez le pidió el 20 de octubre del 2012 y hasta ahora no ha sido capaz de dar. Y que la Constituyente se convenza de cualquiera manera y se discipline y actúe junto al poder originario que dicen ante el mundo representar.

Todas estas observaciones de lo que considero es la realidad en la que está sumergido el proceso bolivariano y chavista, sólo puede ser cambiado si y sólo si, los trabajadores y las masas populares de Venezuela junto a los mejores oficiales y tropas de las FANB, repiten, de nuevo, sus mejores y últimas jornadas históricas: como lo hicieron el 13 de abril del 2002, derrotando la efímera dictadura de la burguesía y el imperialismo y devolviendo al poder, al presidente Chávez; como se volvieron a comportar trabajadores/pueblo/fuerzas armadas nacionales, ese mismo año ante el paro patronal y saboteo petrolero; y/o como más de 8 millones de bolivarianos y chavistas lo hicieron este 30-J del 2017, para imponer democráticamente la actual Asamblea Constituyente.

El pueblo trabajador con sus representantes que ya tienen en la Constituyente y con los propios dirigentes de base de las organizaciones de trabajadores, campesinos, jubilados, las comunas y de los otros sectores sociales tienen que ser los protagonistas directos de sus auténticos deseos de resistencia y de su clamor de cambio de la estructura de este capitalismo de estado que está ahogando esos sueños y esas ancestrales esperanzas de vivir en una nación justa, democrática, socialista y solidaria con las necesidades y luchas de todos nuestros hermanos países del continente y del mundo.

Ese es el sueño del Libertador Bolívar, estos son los deseos y angustias de los que han emprendido la resistencia contra la opresión y han encabezado distintas revoluciones sociales en cualquier parte del mundo. El Estado Comunal debe ser el objetivo de esta Constituyente. Este es el mejor legado que le dejó al pueblo y a los trabajadores el presidente Hugo Chávez. Hagámosla posible.

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  1. El 7 de septiembre el presidente Maduro presentó ante la ANC unas propuestas de 8 leyes para la constituyente aprobara, modificara o rechazara. Estas son las propuestas de leyes: 1. Ley de control de precios de rubros del Plan 50 productos; 2. Ley Fiscales. CLAP/ Comunas; 3. Ley de sistema de captación de divisas; 4. Ley de promoción ya Protección de inversiones a la inversiones extranjeras; 5. Ley de nuevos sistemas de pagos y canastas de monedas; 6. Ley de impuestos a grandes patrimonios; 7. Ley tributaria por delitos económicos; 8. Ley para crear una gran Corporación agraria.


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Stalin Pérez Borges

Dirigente sindical y político trotskista


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