Son de Victoria, Che
Cada generación a su manera te evoca, Comandante. Una con la complicidad que significó tu viaje en motocicleta, tu profesión sanante y tu certeza en la lucha para la liberación de una isla-país con forma de caimán.
Otra generación sintió con alegría tu ejemplo de trabajo voluntario, Che en la zafra, en el ministerio, en la ONU, Che...
Luego vendrían las generaciones adoloridas al mirar una y otra vez las imágenes que dieron la vuelta al mundo, como si hubieras sido un trofeo de cacería, la cabeza de un venado al mejor estilo monárquico de España, por ejemplo.
La diferencia está, Ernesto, en que transformamos el dolor y la ira en homenajes y cantos, en paradigma invencible, en ejemplo a seguir.
Ciertamente también están los que viven de ti, como cantó Vicente Feliú: “Y aprenden una de tus frases de memoria para decir 'ser como él', sin conocerte”…
La América pueblo multiplica en estos momentos esos homenajes y cantos al cumplirse 50 años de tu brutal asesinato, Che. Bolivia la primera, pues fue en su sagrada tierra donde por última vez miraste, hablaste y diste ejemplo de dignidad irreversible.
Bolivia hoy está erguida junto a ti, Che, y con Bolivia Cuba y con Cuba Venezuela, y con Venezuela Nicaragua, y con Nicaragua Ecuador, y con Ecuador los pueblos neoavasallados que continúan bregando y resistiendo por su soberanía: Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia, Chile, Centroamérica casi que completa, México... Che, quién lo iba a pensar...
Jara, Silvio, Feliú, Zampayo, Puebla, Alí, cantores todos… Zamba del Che, Hasta siempre, Que pare el Son, Si el poeta eres tú, Yo soy Ramón, Hace mil hombres, Comandante amigo, La era está pariendo un corazón, América te hablo de Ernesto, Fusil contra fusil, Hombre…
Te obsequiamos hoy nuestras certezas, Che.
¡Venceremos!