Ni revolucionario ni socialista

Estamos en el umbral de la celebración de los cien años de la Revolución Rusa de 1917 la cual, junto con la Revolución Francesa de 1789, constituyen los eventos más importantes en la historia de las luchas sociales de los oprimidos, por la conquista de Libertad, Igualdad y Solidaridad. El legado de la Revolución Francesa está, en Los derechos del Hombre y del Ciudadano. Y el legado de la Revolución Rusa lo constituyen Las conquistas laborales del proletariado a escala mundial. Aun cuando el derrumbe de la Unión Soviética significó la pérdida del gran poder moral que constituía el proletariado soviético, muchas de esas conquistas perduran y continúan siendo una referencia histórica. En el momento actual de nuestro país, es propicia la conmemoración de tan magna fecha, para desenmascarar el chavismo y su farsa de revolución socialista.

Comencemos por decir que el chavismo no es revolucionario, por cuanto en 20 año de gobierno, no ha realizado ninguna transformación de las estructuras económicas, sociales y políticas. No es revolucionario, por cuanto su raíz no es proletaria. El contingente que lo respalda no proviene de ninguna izquierda social. Está formado por grupos de aventureros adecos, masistas y copeyanos, unidos a lo más oscuro de los militares que durante cuarenta años formaron parte de los gobiernos adeco/católico/copeyanos y cumplieron la misión represiva del Estado contra los líderes sociales (campos de concentración, torturas, desaparecidos, masacres: Cantaura, Yumare, El Nula, el Caracazo). El chavismo no es revolucionario, por cuanto el PSUV es un partido policlasista y confesional que exige ser cristiano como condición para ser militante. En consecuencia, el PSUV es el Copei del doctor Caldera, redivivo. El PSUV es un partido militarista y socialcristiano que utiliza el discurso de la izquierda para el engaño: habla de la pobreza no para erradicarla, sino, para alimentarla y para ello ha utilizado la chequera de las divisas del petróleo. Luego de 20 años, los resultados de esa política demagógica y populista está a la vista: ruina, desastre nacional de la economía, hambre y mayor pobreza. El chavismo por su origen (golpe militar puchista del 4 de febrero de 1989, organizado por la embajada de Estados Unidos, coronel Hugo Posey) es anticomunista.

El chavismo no es socialista por lo anteriormente dicho, pero, además, porque no ha cumplido con los objetivos fundamentales del socialismo: lucha de clases; cambio de las relaciones de producción; lucha contra la enajenación en todas sus formas. Por lo contrario, ha motivado la división de la sociedad en clases; mantiene y propugna las relaciones capitalistas de producción; alimenta la enajenación de las mayorías nacionales; entre muchos ejemplos, la TV y emisoras de radio que pregonan el consumismo de lo superfluo.

Marx definió con meridiana claridad el socialismo: "No se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva."

Para cumplir estos postulados del socialismo se requiere de un partido revolucionario de origen proletario. ¿Cómo puede autodenominarse revolucionario un proyecto político surgido de la ideología militar, concebida para defender el Estado burgués? Ideología militar concebida para aplastar las luchas sociales que amenacen los intereses clasistas del Estado burgués. Desde que Juan Vicente Gómez fundó las actuales Fuerzas Armadas, su misión ha sido reprimir las luchas reivindicativas de las mayorías nacionales. En esa misión nunca se han equivocado, tanto en el pasado gomecista, perezjimenista, adeco y copeyano, como durante los veinte años de gobierno chavista. Todo reclamo laboral ha sido reprimido y sus líderes llevados a la cárcel con largas condenas. Acabamos de ver la violencia represiva desplegada durante cuatro meses contra las manifestaciones pacíficas que, en todo el país, reclaman comida, medicinas, servicios de salud, trabajo. Represión que deja como saldo del gobierno 120 fallecidos, numerosos heridos, miles de detenidos. Ideología militarista que impone sus tribunales militares por encima de los tribunales civiles. Ideología militarista que se apodera de las riquezas del país (CAMIMPEG) para administrarlas conforme a sus intereses. El socialismo chavista confundió la consigna de todo el poder al soviet, con la consigna, todo el poder a los militares.

El chavismo no es socialista por cuanto, luego de veinte años de gobierno de la denominada Revolución Bolivariana, Venezuela continúa siendo el mismo país monoproductor y colonial que siempre ha sido. Si como dice la propaganda, la economía y el poder político económico ha sido desplazado, el chavismo debe responder a las siguientes preguntas: (1) ¿Qué clase social lo destituyó? (2) ¿Cuáles son las medidas revolucionarias tomadas que dan esa evidencia? (3) ¿Cuál es el modo de producción y modelo del Estado instaurado? (4) ¿Cuáles son las instituciones revolucionarias surgidas de la lucha de clases? (5) ¿Pierde terreno el capitalismo como modo de producción? Para estas preguntas el chavismo no tiene respuesta por cuanto cumple el plan del nuevo orden mundial elaborado desde el 4 de febrero de 1989, de destruir la economía y las instituciones e hipotecar el país con la deuda que Chávez dejó como legado[1]. Chávez recibió la deuda en 60 mil millones de dólares. Para marzo del 2012 dicha deuda estaba:

Deuda pública 209.400´000.000,00 US$

Deuda privada 25.000´000.000,00 US$

Deuda nacional 234.400´000.000,00 US$

Deuda externa 37.400´000.000,00 US$

Deuda interna 42.900´000.000,00 US$

En la cuenta de ingresos ¿Dónde están los reales? [2]

PDVSA exportaciones petroleras 884.049´000.000,00 US$

Tributos directos e indirectos PDVSA y utilidades BCV 772.332´000.000,00 US$

Emisiones de bonos, créditos diversos al Estado 251.767´000.000,00 US$

BCV emisiones inorgánicas de dinero 107.290´000.000,00 US$

Total ingresos entre 1999 y 2015 2´´015.438´000.000,00 US$

 

Adquiere actualidad la pregunta que en 1978 le hacían al gobierno de Carlos Andrés Pérez ¿Dónde están los reales? Parece que dos billones de dólares no fueron suficientes para llevar a la ruina la economía del país, hipotecar las reservas de la Faja del Orinoco y del Arco Minero y pretender continuar en el gobierno ¿Para qué? ¿Para crear mayor ruina?

Hay tres formas que el capitalismo (imperialismo) utiliza para apropiarse de las riquezas de un país: Una, por la invasión y la guerra (Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Yemen, Colombia). Otra, por el endeudamiento y ruina económica (Venezuela). Y la tercera, por la delincuencia: tráfico humano y narcotráfico (México y Centro América). Una vez que alguna de estas formas se impone, hay que mantenerla para impedir que el país se estabilice, organice sus instituciones y desarrolle su economía. Es lo que se ha dado en llamar la geopolítica del CAOS. Crear el CAOS económico, político, social e impedir el funcionamiento normal de las instituciones. En Venezuela, esa misión el capitalismo se la encomendó a Chávez y la cumplió a cabalidad. En Venezuela, por causa de la deuda, todas las riquezas del país están hipotecadas a la banca internacional: - o pagas en efectivo o pagas con la entrega de los recursos naturales: la bolsa o la vida. "Si tienes una pistola puedes robar un Banco. Si tienes un Banco puedes robar a todo el mundo".

El satélite artificial que esta semana los chinos le colocaron a Venezuela en órbita, se constituye en símbolo de la inflación que desde hace años padecemos, por cuanto la teníamos en "las nubes"; pero ahora, con las políticas hambreadoras del gobierno, la elevó a la estratosfera. No hay comida ni medicinas ni servicios hospitalarios ni empleo ni poder adquisitivo de la moneda; pero, hay tres satélites en órbita ¿Será que los chinos nos obsequian esos satélites? Porque cualquiera se pregunta, si no hay dinero para comprar comida y medicinas ¿Por qué si hay para colocar satélites en órbita? El problema de las dos Venezuela: la Venezuela de las apariencias y la Venezuela de las realidades. El gran dilema: no tenemos comida ni medicinas, pero tenemos satélites y con hambre "¡tenemos patria!"

Este 15 de octubre ¿Por quien votar? ¿Por guatemala o por guatepior? ¡Sigo siendo abstencionista! 10.10.2017


[1] Economistas: Paulino Núñez y Oly Millán. Marzo del 2012.

[2] Economista Orlando Zambrano, Concentración de Poder, Agonía de un sueño protagónico.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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