A propósito de Oscar Pérez

No le digas guarimba, que eso es terrorismo. No le digas “americanos”, diles gringos…

Si hubiéramos evitado la tontería de “guarimba” y hubiéramos hablado de “terrorismo”, a tiempo, estuviéramos enfrentando de mejor manera la batalla por el caso Oscar Pérez en lo internacional… Así que veamos pues cómo dejamos de darle ventajas al enemigo hasta en las palabras que usamos o no usamos, porfavorcito…

1. Acerca de "guarimba" y "terrorismo".

No conseguí publicar a tiempo mi artículo sobre este tema, y al dormirme y no insistir, buscando otros medios, como ahora lo hago, desperdiciamos oportunidades y nos seguimos metiendo autogoles con las palabras que usamos o no usamos.

Hubiera sido buenísimo que me hubieran escuchado, ya que lo he dicho en foros, intervenciones, dibujos, por todos lados, ha sido uno de mis monotemas, de estos últimos tiempos, y hubiera sido una ayuda ahora que por el mundo los vendidos de siempre andan diciendo que lo de Oscar Pérez fue una masacre, justo cuando por fin empezamos a usar las palabra "terrorismo" y nos dejamos de usar espacios de prensa, radio o televisión, para explicarle al mundo el significado de la palabra "güarimba", algo que a nadie le interesa, obviamente.

Porque "güarimba", suena a vacilón, a cosa alegre. Si en el extranjero dicen que le están haciendo "guarimba" a Nicolás, la gente bien puede entender que lo están solo molestando, que le están haciendo como un chiste, ya que la palabra tiene sonoridad hasta medio bailable… En el extranjero, en cambio, en muchas partes tienen perfecta y dramática noción acerca de qué es el terrorismo, porque lo han sufrido en carne propia. En Europa están hasta la coronilla del tema, además, porque "gracias" al terrorismo del Estado Islámico (Ei) y sus aliados gringos, se han llenado de inmigrantes, con gran descalabro de las relaciones sociales európidas y mucho sufrimiento de los refugiados…

Así que si decimos que los fascistas nos están haciendo TERRORISMO, no habrá que acompañar nuestras declaraciones con explicaciones idiomáticas y avanzaremos políticamente en el objetivo de nuestras opiniones. Además "güarimba" es una palabra cubana que nos importó el hermanito de María Conchaza Alonzo cuando lo de la Hacienda Daktari y su escondrijo de paramilitares colombianos. Su significado tiene que ver con disturbios en tu calle, en tu cuadra, na’ que ver con quemar gente o tirarle granadas a unos guardias nacionales motorizados. El asumir una palabra que en nada nos sirve, es otra demostración de nuestra tendencia a ser eunucos comunicacionales, imposibilitados de tener, ¡coño! agenda propia.

De esto hemos hablado y escrito y dibujado desde el 2014… ¿será que seguiremos predicando en el desierto?

¿Vamos a seguir haciendo lo que no nos conviene..?

Ya basta de meternos autogoles.

Por favor, querido presidente Nicolás, por favor, panas ministros, por favor camaradas comunicadores, lo que aquí nos han hecho ha sido TERRORISMO, que quede claro que no le sirve a la revolución, que es contrarevolucionario seguir hablando de ique "güarimbas". ¡¿Oyeron o lo pongo en letra más grande?!

Y si alguien cree que los estoy regañando, sí, mis hermanos, los estoy regañando y arrechamente.

Y si alguien piensa que estoy exagerando, pues no, porque afuera, en Colombia, para no ir más lejos, después de los acuerdos "de paz",han asesinado a 170 líderes de base desarmados y a más de 40 exguerrilleros desarmados, y mientras los grandes medios del capitalismo no dicen ni pío, a Maduro lo califican de "genocida" (un diario alemán le puso "el carnicero"), solo por haberle ganado una mano a uno que se le levantó en armas, ¡na'guará..!

2. ¡Que "Viva Chávez!", no. ¡Viva Chávez!, sí.

Cuando decimos "¡QUE viva Chávez", estamos como pidiendo, como que quisiéramos que eso sucediera en alguna parte, distante de nosotros en tiempo o en espacio. Además debilita el grito, el impacto, el "que" lo amortigua, haciéndonos perder el aire en una palabra que no aporta nada, y que deja la frase en un limbo condicional… Debemos decir ¡Viva Chávez!, ¡Viva Maduro! y más ná camará.

"Que viva Chávez" solo se justificó cuando el Comandante estaba en difícil trance final, y en sus partes comunicacionales así lo decía Ernesto, como ministro vocero del gobierno y así lo deseábamos todos.

3. ¿Quiénes son los "americanos"..?

Algo similar pasa con la palabra "americano". A pesar de que Walter Martínez ha tocado varias veces el tema en su Dossier, aumenta el uso del "americano", ahora en las declaraciones del pueblo llano, para referirse a los Estados Unidos. En esto hemos tenido el empuje en contra, lamentablemente, de mis queridos hermanos cubanos. Como ellos le llaman habitualmente "americanos" a los gringos, la gente nuestra, al escucharlos, piensan que si lo dicen los cubanos la cosa no puede estar mal, y lo copian. Es urgente que corrijamos nosotros y los cubanos también, chico. Americanos somos nosotros, ante todo. Ellos son estadounidenses o norteamericanos, aunque en esta palabra se incluya a los mexicanos y a los canadienses.

4. ¿Y "gringo"..?

El imperio por supuesto que sí ha sido cuidadoso con las palabras, como en el caso de la palabra "GRINGO". Cada vez que alguien pregunta por qué le dicen GRINGOS, a los GRINGOS, no falta quien cuente que cuando los estadounidenses invadieron México persiguiendo al camarada Pancho Villa, las tropas venían cantando algo así como los verdes árboles, "Green trees" no sé qué… Y eso es mentira. Aunque hayan cantado tal canción, lo cierto es que "GRINGO" es una palabra del castellano antiguo, cuya función en el idioma es calificar ¡al extranjero indeseable!, como con precisión y justeza las utilizó el pueblo mexicano al ver la planta insolente del extranjero del norte invadiendo sus sagradas tierras… Luego vinieron los de la incipiente CIA y nos echaron ese cuento que nosotros mismos hemos ayudado a difundir. Así pues, no les digamos "americanos" a los estadounidenses. Ellos no son eso, son estadounidenses, son yanquis, o son gringos y ya, o gringos de mierda, no porque yo los quiera tratar groseramente, sino porque así parece que es el lenguaje que nos quiere enseñar el Pato Donald Trump.

Hay mucha tela que cortar en este tema, para que el decir nos ayude al hacer. Por acción del Estado Mayor de la Cultura, con Alejandrina conseguimos que en unión con Elías Jaua, se librara un instructivo para enseñarle a nuestros estudiantes que el Himno Nacional ¡se aplaude! A los estudiantes de todo el país se les instruyó sobre eso en el primer día de comienzo de clases, el 2017, pero para el 17 de Diciembre, en el Panteón Nacional se vio al presidente, a nuestros ministros y al alto mando militar cantar el himno y luego calladitos, ni un aplauso, mientras si se aplaudió a una niña que cantó y a unos niños, en fin, todo menos aplaudir el Himno, que es lo que buscó la derecha al meter esa "ley", que nuestro pueblo no sienta impulsos de alegría y autoestima al cantar no solo las notas sino el contenido de nuestro Himno. Por algo nos lo enseñaron Alí Primera y Hugo Chávez, "¡el Himno se aplaude, carajo..! Si no me quieren hacer caso a mi, háganle caso a esos dos monstruos de nuestra espiritualidad y de nuestras comunicaciones.

Con esos intentos de avances pues, y como una palabra, una expresión corporal, un gesto, puede cambiar una historia, si se usa en el momento y sitio adecuado, a ver si con Ernesto Villegas terminamos de ganar esta batalla, la de aplaudir nuestros Himno como se debe y logramos también que dejemos de hablar de "güarimba" para llamar TERRORISMO a lo que nos han hecho en la calle, en la economía, en todo, a ver si llamamos por su nombre a lo que debemos terminar de vencer.

 



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El Tano Yea

Poeta inurbano, diseñador gráfico. Integró el equipo de comunicaciones de La Moneda cuando el presidente Allende en Chile. En Venezuela, diseñador de los empaques de los productos Casa, que se venden en Mercal. Coordinador de Abrebrecha-UCV. Del Colo-Colo en Chile y del Zamora en Venezuela.

 abrebrechaucv@yahoo.com      @eltanoyea

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