La conmemoración del bicentenario del encuentro de Bolívar y Páez en el Hato Cañafístula en Apure, el 30 de enero de 1818, fue la consumación de la idea de unidad de fuerzas que El Libertador visionó para lograr la ruta de victorias consecutivas que efectivamente, con el poderío y voluntad de los llaneros, su logística de abastecimiento y las tácticas que diseñó Bolívar los enrumbaron al campo de Carabobo donde sellaron la independencia de Venezuela en 1821.
Bolívar y Páez, después de este encuentro dan duros golpes a las fuerzas realistas en Apure y en las sabanas de Guárico. Primero La Toma de Las Flecheras, que neutralizó la fuerza naval española que abastecía y dominaba los ríos Apure y Orinoco, el 6 de febrero, luego la batalla de Calabozo que puso en carrera las fuerzas de Morillo, el 12 de febrero y en la persecución contra los realistas la batalla de El Samán en las cercanías de El Sombrero donde de nuevo los patriotas ponen en fuga a los españoles, el 18 de febrero de 1818.
Ninguna de estas heroicas hazañas pudo realizarse sin la congruencia de fuerzas e inteligencia, razón e impulso de la unidad de los patriotas, y quizás si el proceso de independencia se hubiese alargado a otros tiempos. Bolívar no pensó dos veces en llegar hasta Páez, pero antes envió a dos de sus más cercanos colaboradores a medir la capacidad de fuerza con la que contaba Páez y preparar el terreno para lo que el genio de la libertad había pensado del encuentro, que dos años después se convirtió en la gloria que alcanzarían el ejército patriota en la Batalla de Carabobo.
Ayer como hoy, esa experiencia nos enseña la necesidad de fortalecer la unidad patriota, contra otras amenazas que se ciernen sobre la patria, materializada en la convocatoria de la diplomacia imperialistas de agresión de algunos gobiernos de Suramérica que tienen fronteras con la República Bolivariana de Venezuela para fomentar una cabeza de playa, quizás en el Amazonas, Zulia, Apure o Táchira para nombrar un gobierno provisorio con traidores apátridas que llamen al auxilio de la bases militares norteamericanas ubicadas en Colombia.
¿Está la correlación de fuerzas en el plano internacional a favor de esa hipótesis?
No del todo, China y Rusia ya se han pronunciado y aunque la nación asiática es paciente, sabe que sus intereses estarían comprometidos con una peligrosa incursión facciosa promovida por EEUU. Ambas potencias tienen los mecanismos para neutralizar estas pretensiones y las usaran en su debido momento. Los pueblos de América Latina y el Caribe se ven en la positiva experiencia social venezolana además del suministro seguro de petróleo y gas venezolano que ha sido garantizado desde Chávez y ahora con Maduro.
Ahora como ayer en 1818, es necesario dar las batallas consecutivas que dieron Bolívar y Páez y para ello hay que fortalecer la unidad y el diseño de un plan de victorias, que asegure la consolidación de los logros alcanzados por el pueblo venezolano.
De la historia de la intervenciones en América Latina una que tiene el mismo protocolo de acción fue la de Guatemala en 1954, cuando el Gobierno de Eisenhower puso el peso del Departamento de Estado y la CIA bajo la dirección de los Foster Dulles a trabajar para preservar los intereses de la United Fruit en América Central con el golpe al presidente Jacobo Arbenz en Guatemala. Hoy es la Exxon, con Rex Tillerson exdirector de esta corporación petrolera, a la cabeza del Departamento Estado.
Pero, siempre la historia enseña, en Bahía de Cochinos febrero de 1961, EEUU con la pretensión de invadir Cuba y tomar una cabeza de playa y formar un gobierno faccioso, se encontró con un ejército patriota y un pueblo rebelde unido que los enfrentó y los derrotó.
Hoy Venezuela, está amenazada militarmente desde el frente colombiano, no por la oligarquía apátrida del país hermano, sino por el mismo gobierno norteamericano, lo que están sopesando antes de entrar en acción contra esta patria, son las graves consecuencias que derivarían de ello. Ya dentro de Colombia el pueblo colombiano está reaccionando negativamente a las directrices de EEUU, las fuerzas insurgentes retoman la ofensiva, la correlación de fuerzas internacionales multipolares están tomando acciones de advertencia, la campaña bélica recrudece en el Medio Oriente, lo que obligaría al Pentágono a dispersar su fuerzas, una ventaja para Venezuela.
Sin embargo pareciera que la pretensión del Gobierno Colombiano y del tinglado mediático han tomado la decisión de promover y activar una acción bélica contra Venezuela basta escuchar la opinión del editor político diario El Tiempo de Bogota, Edulfo Peña el día lunes 12 de febrero, la excusa de la migración de refugiados venezolanos en territorio colombiano, para justificar la intervención del ejército en este lado de la frontera común.
El gobierno colombiano nunca se preocupó por neutralizar las salidas furtivas de contrabando de productos venezolanos por trochas fronterizas, luego de los anuncios de la crisis migratoria, maquinaria pesada del ejercito Colombia están bloqueando con trincheras estos "orificios" fronterizos, pareciera más para uso militar que para evitar tránsito clandestino, y cuidado si para neutralizar a las guerrillas que han retomado la ofensiva al norte de Santander por las continuas violaciones a los acuerdos de paz firmada recientemente con los insurgentes de la FARC.
A todo límite se trata de una provocación del gobierno de EEUU utilizando a los oligarcas colombianos con Santos y señas a la cabeza, que todavía se sienten Virreyes de la Nueva Granada y consideran a Caracas como la capital de la Capitanía General de Venezuela, la que debe subordinarse al poder monáquico, cuando en ambos países hay pueblos soberanos independizados hace más de 200 años, hoy en vía hacia la emancipación que soñó El Libertador Simón Bolívar.
Hoy la unidad de los venezolanos y los colombianos es la única que puede derrotar la intervención grosera que se pretenden contra esta tierra libre y soberana que es la República Bolivariana de Venezuela. Tal y como lo señaló Roy Chaderton ante la hipótesis de una invasión, cada esquina será un trinchera de lucha, de eso no hay dudas, en silencio y paciencia el pueblo venezolano espera la paz, pero también la hora de defender la patria con todos los medios posibles.