Para febrero y marzo de 1954 los equipos del Departamento de Estado, dirigido por John Foster Dulles y la CIA bajo la jefatura de Allen Foster Dulles trabajaban intensamente para aislar al gobierno Jacobo Arbenz y provocar su salida violenta, para cumplir con los mandatos de la United Fruit Company, a quien la reforma agraria del gobierno guatemalteco le había expropiado tierras baldías para entregárselas a productores del campo que por años vivieron en la miseria o en arrendamientos leoninos.

La trama intervencionista del gobierno de Eisenhower, tuvo el cometido de convocar la X Conferencia Panamericana en Caracas en marzo de 1954, con los cancilleres de América Latina y especialmente los del eje dictatorial de Centro América y del Caribe, para aislar a Guatemala y lograr un consenso o acuerdo multilateral para luchar e intervenir en cualquier país del hemisferio contra la amenaza comunista que según la resolución debía ser aplicada por las fuerzas militares de Estados Unidos.

La aprobación de la resolución redactada por John Foster Dulles, Secretario de Estado de EEUU, tuvo la resistencia del canciller Toriello de Guatemala y las representaciones de Argentina y México que se abstuvieron tímidamente a aprobar la barbaridad intervencionista presentada por el Gobierno Imperial de EEUU, ante la probabilidad de una intervención militar del hegemón en países de América Latina bajo el pretexto de "la amenaza comunista de la Unión Soviética".

Papeles, memorandums y órdenes del Departamento de Estado, que hoy están desclasificados revelan la estratagema: "Action was taken during and after the Caracas Conference, to make the U.S. position better known in Latin America and to create an atmosphere favorable to the adoption and implementation of an anti-communist resolution with some evidence of effectiveness" ( https://history.state.gov/historicaldocuments).

Para evitar dudas el Presidente de los Estado Unidos envió a su hermano Milton Eisenhower con el propósito de hacer seguimiento al asunto de aquella conferencia realizada en Caracas, la resolución fue aprobada y comenzó la cuenta regresiva para dar el golpe a Jacobo Arbenz.

La aparición de un falso positivo como era un supuesto envío de armas por parte de Rusia para apoyar el gobierno de Guatemala, no era más que una treta propagandística para desacreditar a Arbenz, fue una de las "evidencias" que nunca probaron para provocar un detonante que sirviera de excusa y aislar a Guatemala y en consecuencia proceder a una resolución diplomática de los gobiernos de América Latina contra el país centroamericano.

Finalmente derrotan a Arbenz, luego de dos intentos de golpe, cuando no consiguieron un resonante interno que nunca pudieron organizar, hasta que un grupo de militares vacilantes se doblaron antes las ofertas de la United Fruit en dinero efectivo y otros "incentivos" sediciosos, para que el Coronel Castillo Armas, valga la redundancia, armados con desechos militares estadounidenses concretara el golpe final contra Arbenz.

Las relaciones de poder hegemónico que han desarrollado los distintos gobiernos de los Estados Unidos de América, no han variado después de la Primera y Segunda Guerra Mundial en lo sustancial, sin embargo luego de la instauración del primer estado socialista y potencia bélica como la Unión Soviética, el perfil de las políticas de seguridad y defensa del hegemón mundial por excelencia se exacerbaron especialmente luego de 1945, el triunfo de los comunistas en China, la guerra de Corea y la derrota de los franceses en Vietnam y Argelia, fueron disparadores para las alertas contra "el fantasma del comunismo mundial" que intentaba expandirse hacia América.

El Caribe que había sido para EEUU sido su "laguna particular" y el resto de América latina su "patio trasero" por excelencia, se hubo de convertir en un problema en tanto que aparecieron voces nacionalistas que lideraron movimientos independentistas que afectaron los intereses de transnacionacionales norteamericanas acostumbradas a la expoliación de los recursos naturales de las naciones de la periferia del poderío de Washington.

Ernesto Che Guevara, testigo presencial del golpe, años después señaló que Arbenz no armó al pueblo, y se confió en militares traidores, y ahora agregamos, la experiencia de esa intervención en Guatemala deja mucha enseñanzas, primero la que señala el Che, luego el control de las quintas columnas internas, el fortalecimiento de soportes o apoyos internacionales y la unidad y organización del pueblo soldado y civil en una acción de entreverado cívico militar, suerte de organización de multifuerzas de inteligencia militar y social que ha sido probada en Cuba y otros países dignos que defienden su soberanía en todos los terrenos y logrado victorias tras victorias como hasta ahora lo ha probado el pueblo venezolano en tiempos de paz y en tiempos violentos como los hicimos en 2002.

El grado de "polizonte" en que se convirtió el gobierno de los Estados Unidos para la América Latina y exclusivamente para la región del Caribe, después de la Segunda Guerra Mundial y substancialmente durante la presidencia de Dwight D. Eisenhower, no ha conocido parangón, salvo en los días de Donald Trump, cuando tratan de implantar políticas de seguridad y defensa contra el comunismo o a cualquier amenaza real o falsa que pusiera en riesgos a los EEUU, valga decir a los intereses de las élites monopólicas de los grandes corporaciones imperiales, según su visión guerrerista.

El gobierno de Estado Unidos repite las mismas fórmulas de ayer, un secretario de estado como Rex Tyllerson, agente de la Exxon, una convocatoria diplomática como la 8va Cumbre de las Américas el próximo mes de abril donde intentarán un pronunciamiento contra Venezuela para desconocer la legitimidad de la Asamblea Nacional Constituyente y las elecciones y la ya saturada y brutal campaña mediática internacional que lleva varios años

Estudiar las derrotas y aplicar los correctivos en tiempos actuales no solo es un deber sino una necesidad vital para sobrevivir, como hasta ahora lo hemos hecho ante la barbarie que se intenta imponer contra Venezuela.