Unidad, grupúsculos, abstención y voto nulo

Vamos a tratar de analizar estos cuatro elementos de innegable presencia en la realidad política nacional actual, para determinar su origen y su trascendencia en el proceso de las elecciones presidenciales. Y vamos a hacerlo de la manera más sucinta posible.

Primero. Unidad. Cuando hablamos de Unidad diferenciamos dos formas: Una, la que existe en el 89% de los venezolanos víctimas de la dictadura del hambre, desabastecimiento y carencia de los insumos y servicios necesarios para la subsistencia, situación creada por el gobierno en el transcurrir de 20 años. La denominaremos "innata" o "natural" - el vocablo puede no ser el más apropiado – pero indica que esa unidad tiene pertenencia de origen por cuanto la ¡Carencia de todo! afecta a 27 millones de venezolanos. Es de suponer que los restantes 3 millones viven en el "mar de la felicidad". Existe otra unidad, de la cual hace gala la MUD – Mesa de la UNIDAD Democrática – y que consideramos "artificial" por cuanto está formada por partidos o grupos de electores sujetos a conveniencias e individualismos. A esta unidad "artificial", con todo y los fracaso que la acosan, es necesario reconocerle la contundente victoria en la elección de la Asamblea Nacional, el 6 de diciembre de 2015. Lo cual constituye aval para el triunfo de un candidato de consenso o aval para la consigna abstencionista.

Segundo. Los grupúsculos: van apareciendo con cada candidato que presente su candidatura a la presidencia. Mientras la unidad "innata" o "natural", se fortalece con cada día que Maduro permanezca en el poder o prolongue su agonía; la unidad de la MUD se deteriora por la falta de entendimiento entre los partidos o grupos que la forman. La MUD tuvo la posibilidad de fortalecer su unidad interna con el lanzamiento de un candidato surgido del consenso de sus miembros. Misión que le resultó imposible y abrió el camino para el surgimiento de candidaturas inmediatistas, oportunistas, apoyadas por grupúsculos. Surge así la candidatura personalista de Falcón apoyada por el grupúsculo del MAS y el grupúsculo de Copei ¿Por qué son grupúsculos? En el caso del MAS por su origen: en 1971 ocurre la división del PCV y da origen al MAS y la Causa R. En una segunda división, el MAS da origen a la Izquierda Democrática. En una tercera división, del MAS salen Podemos y la Izquierda Unida. De manera que el MAS actual, residuo de tres divisiones, es el grupúsculo que lanza la candidatura de Falcón con el apoyo de Copei, partido que nunca gozó de respaldo electoral mayoritario, por cuanto en la primera elección de Caldera obtuvo el 29,7% y en la segunda el 15% debido a la altísima abstención habida en la elección presidencial de 1993. El Copei actual es el residuo de tres divisiones: en la primera se desgaja la Izquierda Cristiana; en la segunda, Caldera le retira el respaldo a la candidatura de Eduardo Fernández a la presidencia y se presenta como contendiente; en la tercera división Copei expulsa a Caldera y éste forma lo que se conoció como el Chiripero para buscar su segunda elección a la presidencia. Pero lo más interesante de este par de grupúsculos es que, uno viene del PCV y se supone le quedan nostalgias de su pasado marxista; y el otro es socialcristiano. Dentro de este cuadro de contradicciones, la candidatura de Falcón, apoyada por este par de grupúsculos, es la mejor expresión de la degradación que padece la política en nuestro país. Otro grupúsculo lo forma la candidatura del general retirado Visconti (más militarismo); y para colmo, está la candidatura de Bertucci, pastor evangélico, lo cual lo descalifica para ser candidato, por cuanto la Constitución exige como requisito, además de ser venezolano por nacimiento, ser de estado seglar. Estas candidaturas no traen Unidad, todo lo contrario, comienza a resquebrajarse en grupúsculos con cada candidato que surja. El candidato de la unidad debe ser por consenso y no, de elecciones primarias, en las cuales lo cuantitativo se imponga sobre lo cualitativo. ¿Cómo pueden los grupúsculos pretender asumir la representación de la mayoría si han renegado de la unidad "innata" formada por el 89% de venezolanos que padecemos la dictadura del hambre y el desabastecimiento creado por el gobierno? ¿Por qué Falcón y Visconti deciden tomar el atajo del inmediatismo, el atajo del personalismo? ¿Por qué renuncian a ser, uno de los dos, el posible candidato del consenso y de la unidad? ¿A qué intereses sirven? De ninguna manera al interés de la mayoría.

Tercero. La Abstención, fortalece la unidad de igual manera que lo hace el candidato de consenso. La abstención no es una consiga que se lanza al boleo para ver si cae en tierra fértil. Debe estar acompañada de la campaña que, de pueblo en pueblo, de casa en casa, dé a conocer su significado, su contenido. La consigna abstencionista debe ser cultivada y regada para que cada elector tenga claridad en cuál es su significado: (1) desconocer el proceso electoral por carecer de los requisitos que le dan legitimidad; (2) deslegitimar en el ámbito nacional y ante la Comunidad Internacional, tanto el acto electoral como el resultado de la elección. Ya la Comunidad Internacional dio su veredicto: "no reconocerá el acto electoral ni el resultado de la elección", posición que en el ámbito interno se refuerza con la abstención. Abstención y consenso son las dos únicas formas de mantener, de fortalecer la Unidad "innata" del 89%.

Cuarto. El Voto Nulo. La abstención y el voto nulo representan formas de disentimiento, pero, no son la misma cosa. Difieren en su contenido y en su forma. La Abstención representa la negación de la consulta electoral y de todos sus mecanismos, en tanto que el Voto Nulo es la forma de protestar, pero haciendo uso de los mecanismos electorales. Esto implica una diferencia de forma. Ambas permiten expresar un claro rechazo al orden de cosas existentes y la necesidad de luchar con decisión por la transformación. El Voto Nulo es la actitud militante de la abstención. Es ir a la Mesa Electoral y con el voto reafirmar dicha actitud, con lo cual se le está diciendo al candidato oficialista de manera objetiva ¡No lo queremos! ¡Rechazamos tu dictadura del hambre, desabastecimiento, hiperinflación! ¡Queremos regresen familiares y amigos que han tenido que migrar! La abstención y el Voto Nulo es la forma de encauzar la lucha contra un gobierno desacreditado. Es la forma de crear la unidad limpia de electoralismo y encausarla en actitud combativa, militante, hacia campañas futuras. El Voto Nulo es una posición insobornable y es polo de atracción para canalizar el descontento del 89% de la población. El Voto Nulo define de manera inequívoca a los adversarios del gobierno y canaliza la lucha hacia las crisis por venir. La pregunta "¿Y después qué?" Le corresponde responderla al candidato ganador en la farsa electoral. Ni el candidato del gobierno ni el de los grupúsculos tienen posibilidad alguna de sacar el país del abismo en que se encuentra. De ser así ¿Por qué el candidato oficial y presidente no lo ha hecho? ¿Acaso con la elección va a recibir la varita mágica de hada madrina? De otro lado, el candidato inmediatista/personalista de los grupúsculos, lo que ofrece es cambiar la farsa actual por una nueva farsa. La unidad que hemos denominado "innata", se fortalece con un candidato de consenso y en su defecto, por la Abstención y el Voto Nulo, fórmula de rechazo que se corresponde con la actitud asumida por la Comunidad Internacional. El candidato de consenso tiene el respaldo unánime del 89% de la población para derrotar las triquiñuelas, zancadillas, obstáculos, barreras que inventen el CNE y la ANC. Es de suponer que el CNE no copie lo ocurrido en las recientes elecciones habidas en Honduras. El no realizar las elecciones en las fechas establecidas, es clara demostración del irrespeto del gobierno por la Constitución; por el electorado; por los períodos de gobierno de los órganos de elección popular. ¿Qué respeto merece el gobierno que hace elecciones cuando le da la gana y no, en el tiempo en que están establecidas?



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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