Dada la situación actual, el fortalecimiento de una sólida oposición política es sólo posible por medio de un candidato de consenso o, por la abstención y el voto nulo. Las tácticas que en el pasado reciente ha utilizado la MUD han fracasado por falta de claridad y por falta de capacidad en la ejecución para poner en movimiento la protesta latente en las mayorías nacionales que, a pesar de las derrotas, mantiene la unidad del propósito: conquistar un orden social distinto. Una cosa es la unidad de la MUD – unidad política - y otra muy distinta la unidad de las mayorías nacionales víctimas de las políticas antipopulares del gobierno – unidad crítica en la lucha por derechos y reivindicaciones -. Se cumple el aforismo, "el pueblo es superior a sus dirigentes".
Ante la imposibilidad de nombrar el candidato de consenso que enfrente y derrote tanto al tramposo proceso electoral como al candidato continuista del gobierno, la abstención y la táctica del voto nulo es lo único que puede mantener la unidad de la lucha: de una parte, al deslegitimar el proceso electoral tramposo; y, de otra, deslegitimar el resultado del acto electoral ¿Por qué? Porque la dialéctica de los acontecimientos indica que la lucha no termina con el acto electoral. La lucha social tiene continuidad, pero desde una posición de fuerza de masas movilizadas con el sentido crítico de su realidad. La abstención no es un simple enunciado, una simple consigna, debe estar asistida de la campaña de motivación para transformar la oposición en sí que tenemos, a una una oposición para sí, lo cual no es posible con las candidaturitas de los grupúsculos que rompen la unidad de la mayoría. Ya hay cuatro o cinco candidatos que sirven intereses oportunistas, personalistas de grupúsculos y no de la mayoría.
Ante la ausencia del candidato de consenso, todos los caminos conducen a la abstención y la táctica del voto nulo:
Primero. Por cuanto la abstención crea un amplio movimiento de masas para derrotar el anuncio hecho por la presidente plenipotenciaria de la ANC, "- No vamos a entregar el poder". Ya en el 2016 el gobierno utilizó las trampas necesarias para impedir el Referendo Revocatorio pautado en la Constitución ¡Guerra avisada…! Ahora bien ¿Cómo hará efectivo el gobierno el anuncio de la presidente plenipotenciaria? No será por los votos, simple farsa, sino por la agudización de la dictadura sustentada en las bayonetas de los militares y sus milicias paramilitares. Si el infantilismo declarativo de la presidente plenipotenciaria, está por delante "no vamos a entregar el poder", las elecciones son simple mampara para tratar de tapar las intenciones ocultas.
Segundo. Por cuanto la abstención deslegitima el proceso electoral inventado por el gobierno y su CNE, que impide, limita el libre ejercicio de los derechos políticos de: elegir o ser elegido; inhabilita partidos y ciudadanos; violenta y criminaliza el derecho a la protesta; utiliza los recursos del Estado para la compra de conciencias; mantiene presos políticos; abusa en el uso de los medios de comunicación (prensa, radio, TV); realiza cotidianas cadenas de TV y radio con el monólogo interminable del presidente Maduro y el anuncio de anuncios de proyectos que no arrancan, terminan en fracaso: los 13 motores; la recuperación económica; los CLAP que desde hace ocho meses no se reciben; el Estado de emergencia; y ahora, está en proceso la criptomoneda, que funcionará como un nuevo Cadivi, otro cono monetario, otra eliminación de tres ceros, más de lo mismo.
Tercero. Por cuanto la abstención es la asimilación y consolidación interna de la actitud asumida por la Comunidad Internacional que, con absoluta claridad ha dicho, –"no reconocerá el resultado electoral de un proceso que carece de libertades para la participación ciudadana". Esta declaración vale, tanto para el candidato continuista, como para el candidato oportunista de los grupúsculos.
Cuarto. Por cuanto la abstención y la táctica del voto nulo no es un salto al vacío, como alegremente pregonan los partidarios de las candidaturitas personalistas de los grupúsculos, que en lugar de fortalecer la unidad para la lucha que se avecina, la fraccionan en mil pedazos. Lo hemos dicho, es necesario distinguir lo accidental de lo fundamental. Las elecciones son un hecho accidental. Las luchas populares por los derechos y reivindicaciones son un hecho fundamental. La propuesta de Falcón es electoralista, carece del enfoque crítico de la realidad. De las mayorías nacionales sólo le interesan los votos. Todo su discurso es de acomodo al mejor postor. Es la propuesta del más abyecto entreguismo que comienza con el anuncio de la dolarización y, cambiar el Carnet de la Patria, por la Tarjeta solidaria dolarizada (25 US$ para adultos y 10 US$ por cada niño). La propuesta de Falcón es cambiar una farsa por otra farsa. El mismo discurso demagógico y populista de Chávez. Los derechos de las mayorías aparecen en su discurso sólo como electoralismo para la dádiva y la limosna. Es el mismo discurso que hemos oído en las campañas electorales y han conducido el país a la situación en que nos encontramos. A cada rato vemos, como, se reniega del abstencionismo del 2005 que fue una consiga acertada, por cuanto obtener unas curules no pasaba de simple figuración. La consigna abstencionista en el 2005 recibió el respaldo del 80% del electorado. Fue la gran respuesta política de rechazo al chavismo agorero y todero. Estar en la Asamblea con 15 diputados y no estar, era exactamente lo mismo. El obtener una curul no pasaba de simple figuración, de simple comparsa ante la mayoría del gobierno elegida con el 20%. Esa Asamblea carecía de legitimidad.
En 1968, cuando la campaña electoral por Luis Beltrán Prieto, Domingo Alberto Rangel recorrió el país en campaña por Prieto, sin ser candidato al Congreso. Alguna vez le pregunté por qué no fue candidato a diputado si su sólo nombre le daba los votos para salir electo en cualquier región del país. Y me respondió – "Porqué nuestra presencia en el Congreso sólo sirve para convalidar las decisiones de la mayoría adeco/copeyana. Hacer el papel de comparsa. No quise perder más el tiempo en esa lucha infructuosa. Decidí emplear ese tiempo en la investigación económica que contribuya a explicar el proceso de acumulación capitalista en Venezuela." ¡Sabia decisión! que realizó con creces al entregar tres obras fundamentales: La Venezuela Agraria, El Rey Petróleo, La Oligarquía del Dinero y cien títulos más. Si en el 2005 la abstención tuvo extraordinario éxito y le hizo morder el polvo del desdén nacional al chavismo, con mayor razón la abstención y el voto nulo tienen contundencia hoy, a falta del candidato de consenso. En el 2005 no existía la ruina y destrucción de la economía que padecemos. El país disfrutaba del bienestar fabricado en 50 años por el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez y durante los gobiernos adeco/copeyanos. Con todas las fallas y deficiencias de esos gobiernos, no existía ni por asomo, la terrible situación que padecemos. Todo lo escabroso del pasado no iguala la situación actual, la peor tragedia económica y social de nuestra historia republicana. Si se analizan los resultados de las elecciones en cuarenta años, vemos, como, la campaña abstencionista que libramos, fue en crescendo desde 1963 (Leoni) a 1993 (Caldera). Fue caldo de cultivo del "caracazo" y condujo a la derrota el Pacto de Punto Fijo. Chávez es producto de la campaña abstencionista y de la táctica del voto nulo. Sobre esa ola montó su farsa militarista/izquierdista. Durante cuarenta años dijimos ¿Votar para qué? ¿Votar para que aprendices de brujo como Chávez y Falcón monten su farsa electorera? ¿De qué se vanagloria este gobierno? ¡De su electoralismo! ¿De qué ha servido ese electoralismo? Los resultados los estamos padeciendo. Es el mismo discurso repetido durante 200 años. El único que dejó una obra consolidada, fue el gobierno del Nuevo Ideal Nacional. Luego de sesenta años, todavía disfrutamos de sus acertadas políticas de modernización, acrecentadas por los fracasos de los gobiernos que lo sucedieron
Quinto. La abstención es el movimiento electoral mayoritario porque cuenta ya con el 25% a 30% de abstencionistas consuetudinarios (más de seis millones de electores); cuenta con los miles de compatriotas que figuran en el censo electoral y migraron (se calculan en dos millones); cuenta con los cientos de miles que acatan el llamado a la abstención hecho por la MUD (entre cuatro a cinco millones). Es decir, que la abstención representa más del 50% del electorado. El otro 40% o 50% se lo reparten entre el candidato continuista y las candidaturitas de los grupúsculos. En consecuencia, el resultado electoral carece de legitimidad de origen: por no alcanzar el 51%; y, por ser fruto de un proceso electoral viciado, sin las libertades que garanticen la participación ciudadana. Con la abstención y el voto nulo, tanto el proceso electoral como el resultado de la elección quedan deslegitimados, y surge un movimiento con claridad de objetivos, dispuesto para, al día siguiente del acto electoral, continuar la lucha, que no consiste en quítate tú para ponerme yo. Es decir, salir de una farsa para montar una nueva como la propuesta que hace el candidato Falcón, o el ilegal pastor evangélico Bertucci, más de lo mismo conocido en 50 años. ¡Hasta cuando! Al entreguismo del chavismo (Faja petrolera del Orinoco, Arco Minero), se le agrega el entreguismo de Falcón, con su propuesta de dolarización, para sólo citar la más demagoga y antipatriótica de sus propuestas. La política de Falcón y sus asesores está montada sobre la interpretación mecanicista de la historia.
Conclusión. – (1). - Si la presidente plenipotenciaria de la ANC dijo. – "No entregaremos el poder". (2). - Si no hay garantías electorales para elegir y ser elegido. (3). - Si la Comunidad Internacional ha dicho, –"no reconocerá el resultado electoral de un proceso que carece de libertades para la participación ciudadana". (4).- Si en el 2005 la Asamblea Nacional quedó deslegitimada al ser elegida por el 20% del electorado. (5). -Si las elecciones son un hecho accidental y no fundamental. (6). - Si la abstención ya es el partido mayoritario. Tenemos que todos los caminos conducen a la abstención y la táctica del voto nulo.