Unidad del 89% para la lucha

Por fin esta semana las encuestas de opinión referidas a las elecciones del 20 de mayo, confirman que el padrón electoral en más del 67, 5% (Meganálisis) se inclina a la participación por medio del voto abstencionista. Desde hace meses venimos diciendo que el voto abstencionista es la más sencilla forma de mantener la UNIDAD del 89% de la población para librar la lucha de masas que se avecina. Asimismo, hemos dicho que las candidaturas personalistas de la oposición fracturan la UNIDAD, indispensable para librar esa lucha. No hay otra salida: movilización popular. Al no ocurrir la salida del candidato de consenso, las candidaturas personalistas fracturan la unidad indispensable para la lucha que despeje el camino hacia el gobierno donde las mayorías nacionales sean dueñas de su destino, y salir del "agujero negro chavista" que ha destruido todo a su paso. La alternativa no puede estar en cambiar la farsa del chavismo, por la farsa que pretenda montar cualquiera de los candidatos de la oposición.

¿Unidad para qué? Unidad para poder librar la lucha que ha de surgir en todo el país el 21 de mayo, luego que el CNE ratifique el triunfo de Maduro que ya ha sido anunciado con meridiana claridad por los propios voceros del gobierno: (1) Con votos o con balas ganaremos las elecciones (Maduro). (2) Saquen sus fusiles y sacaremos los nuestros (Arias Cárdenas). (3) ¡No volverán! (Consigna chavista). (4) No entregaremos el poder (Delcy Rodríguez). Declaraciones que cuentan con el respaldo de la Fuerza Armada (ministro de la defensa, Padrino López) y de los grupos paramilitares armados y entrenados por el gobierno. Ante estos anuncios que constituyen notitia criminis ¿Puede la unidad del 89% de la población, fracturado por las cinco candidaturas, levantar en todo el país la protesta masiva que derrote la dictadura? Tanta ingenuidad de los candidatos opositores se revierte en traición. Votar por un candidato ¿Para qué? Ese voto no tiene futuro, a no ser, el debilitar la UNIDAD del 89% de la población víctima de las políticas del gobierno. Este aspecto de la elección es fundamental en el análisis de la coyuntura electoral. Pero, no vemos se tome en consideración. Acusan al gobierno de dictadura. Acusan al CNE de fraude. Alegan que no hay condiciones para un proceso electoral justo, libre y de plena participación; pero, caen en la ingenuidad de pensar que el CNE va a reconocer el posible triunfo pírrico electoral de algún candidato opositor. Si ya la participación abstencionista alcanza el 67,5% del electorado ¿Cuántos votos le van a corresponder al candidato de la oposición que obtenga mayoría? ¿Con que fuerza de masas va a reclamar el pírrico triunfo? ¡No volverán! No es simple consigna, es algo que está sembrado en los cromosomas del fanatismo chavista luego de 18 años de repetirlo hasta el cansancio.

Pero hay otro aspecto que conduce a la lucha de masas, el económico. La economía es motor de la actividad social. Nada de lo que el gobierno anuncia para sacar el país de la situación de ruina y desastre económico y social en que lo ha hundido, puede realizarlo. Si fuera posible ¿Por qué lo anuncia? ¿Por qué no lo lleva a la práctica desde ya? ¿Qué se lo impide? ¿Acaso la reelección va a poner en las manos de Maduro la varita mágica de las hadas madrinas? Cinco años de gobierno de Maduro han demostrado que, ni con un motor ni con trece ni con planes de la patria ni con la cacareada amenaza de la invasión imperialista, va a recuperar la economía. Ese camino el gobierno lo tiene cerrado: (1) Porque destruyó la gallina de los huevos de oro (PDVSA). La producción de petróleo cayó de 3 millones 500 mil barriles diarios (1998) a 1 millón 500 mil barriles (abril 2018), producción que apenas alcanza para el consumo nacional y para el contrabando de extracción subsidiado. (2) Porque las vías de crédito están cerradas por el anuncio hecho por la Comunidad Internacional de Occidente de no reconocer los resultados de las elecciones del 20 de mayo, más las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea. Tampoco la Comunidad Internacional de Oriente, Rusia ni China arriesgan un yuan o un rublo más con un gobierno que condujo el país a la bancarrota económica e incumple los compromisos de pago. ¿En dónde está la fortaleza de la coyuntura actual internacional y nacional? En fortalecer la unidad interna por medio del único medio posible ¡Abstención! De esta manera poner en sintonía la lucha interna con el respaldo de la Comunidad Internacional. Alcanzar tan grande fortaleza en la lucha que no sea por la abstención ¡Imposible! Frente a la Comunidad Internacional y la Unidad del 89% de la población, el chavismo se encuentra huérfano y desamparado con sus falsas explicaciones de "guerra económica" y amenazas imperialistas que no son nada nuevo, han existido desde siempre.

Si de una parte está la continuidad que el gobierno viene anunciado; y de la otra, no tiene forma de recuperar la economía por cuanto carece de las vías y medios para hacerlo ¿Cuál es la salida? La única salida posible es ¡La unidad para la movilización nacional de las mayorías! Entonces ¿Por qué los candidatos de los grupúsculos se empeñan en fraccionar la UNIDAD de las mayorías, indispensable para librar la protesta que debe comenzar desde el mismo momento que el CNE anuncie la reelección y confirme la dictadura de Maduro el 21 de mayo?

¿Cuál es el problema de los partidos de la oposición que lanzan la consigna de la participación electoral por medio del voto abstencionista? El problema es la inactividad para concretar el llamado a la abstención. No han ido a los medios de comunicación (TV, emisoras de radio, prensa escrita) a explicar el objetivo central del abstencionismo en la coyuntura actual, diferente al abstencionismo en otras circunstancias. Ni tampoco han salido a recorrer el país para explicar en calles, plazas, barrios y avenidas, con multitudinarias concentraciones de masas, qué significa la abstención en la coyuntura actual. Sin embargo, el llamado abstencionista caló en la actitud de la mayoría. La abstención no puede ser simple consigna lanzada al voleo, como semilla, a ver si cae en tierra fértil y germina. Es necesario realizar la campaña del voto abstencionista, con la misma tenacidad que distingue toda participación electoral. De la entraña del pueblo han de salir los dirigentes que suplanten a los bueyes cansados de la MUD y le cierren el paso a las candidaturas personalistas que destruyen la unidad de todo el pueblo para derrotar la dictadura del hambre, la hiperinflación, la parálisis de la economía, la ruina y desastre nacional.

El hecho más notable de la actual campaña electoral es la degradación intelectual que la caracteriza. Es el enfrentamiento de mediocridades. Es la disputa para demostrar cual candidato es más oscurantista al retroceder la contienda electoral a la Edad Media cuando imperaba la barbarie de la creencia. Tan grande es la degradación intelectual que hasta candidato inconstitucional existe. Según el Artículo 227 de la Constitución Nacional el candidato Bertucci no puede ser candidato por cuanto no tiene la condición de "estado seglar" y faltaría por ver si el apellido Bertucci le da doble nacionalidad. Ahora resulta que la dificilísima coyuntura económica y social del país, se resuelve con invocar cristos, vírgenes y santos. Si de algo nos sentimos orgullosos los venezolanos es del ateísmo que caracterizó el pensamiento de nuestros más destacados próceres, miembros de logias masónicas: Miranda, Bolívar, o ateos declarados como Simón Rodríguez, Sucre, Manuela Saénz, Nariño, O´Higgins. Durante nuestra historia republicana los gobernantes, de cualquier signo político, se caracterizaron por el respeto al Estado laico. La degradación actual de la política ha escalado niveles impredecibles. Cuando el gobernante invoca a Dios o la Patria, detrás viene la dictadura. Dios y la Patria, concepciones ambiguas que nada explican ni nada solucionan ¿De qué libertad puede hablar quien tiene la mente esclava de la creencia?



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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