Luego del cuestionado "triunfo" de Maduro en el cual terminó perdiendo más de un millón de votos en relación con la elección presidencial de 2013, y su "constituyente" quedó revocada de facto por el pueblo, al no haber podido alcanzar los supuestos "8 millones de sufragios" que había obtenido en 2017, no exageramos al decir que el madurismo quedó sobreviviendo políticamente bajo respiración artificial.
Maduro ha quedado muy deslegitimado luego de esta apurada elección presidencial convocada irónicamente por una "constituyente", que si damos por ciertas las propias cifras con las cuales ellos nos dicen que fueron "electos", perdió más del 30% de los votos en menos de un año. Eso en términos reales es un descalabro electoral.
Ante ello, el madurismo recurre al ventrílocuo Jorge Rodríguez para intentar "justificar" que Maduro "ganó como ganó" porque según el psiquiatra, en otros países de la región, los presidentes serían electos con menos votos. ¡Vaya! Al parecer el papel de ventrílocuo al susodicho médico y político, sería como preguntarle: ¿por qué prefiere comprar y manejar carros de marca BMW y no los de fabricación china que otorgan a los oficiales de la fuerza armada? ¿O es que acaso, al fin y al cabo no son carros? ¿O por qué el jefe madurista no vive en un apartamento de la "gran misión vivienda Venezuela", sino en una urbanización del este de Caracas? ¿O cómo es eso que sus hijos, o de otros descendientes de los que integran la cúpula madurista estudian en el exterior, fundamentalmente en Europa, pero no en las universidades que ellos "crearon para el pueblo"?
La verdad es que dentro del Partido Stalinista Único de Venezuela (PSUV), el madurismo con sus mentiras se ha ido entrampado. Cada vez que miente en relación con un hecho político, tiene que emplear otra mentira para justificar la anterior, y así sucesivamente, hasta que todo termine de caer por su propio peso. Es más, si los mal llamados "constituyentistas" tuvieran un mínimo de vergüenza, ya se habrían disuelto como estructura, porque su existencia sólo termina por perjudicar aún más al madurismo como una corriente política.
La "constituyente" no sólo quedó revocada por parte del pueblo, sino que sus propios partidarios, aunque asumiéramos como válidos los 6 millones de votos de esta "elección presidencial", han dejado en evidencia que ese órgano madurista es producto de una contabilidad fraudulenta y anticonstitucional de sufragios, no sólo en su origen y convocatoria, sino en su propia conformación, porque además que nunca vimos las actas y los escrutinios, esta elección resultó la mejor prueba de que esa "constituyente" no tiene validez por parte del pueblo.
Los maduristas que controlan el poder no encuentran la forma en cómo sacarnos de las arenas movedizas en las cuales han hundido a los venezolanos. El dólar paralelo traspasó las siete cifras en su precio en el mercado de bolívares. La hiperinflación liquidó por completo el bolívar como signo monetario y con ello, no existe salario que pueda sobrevivir ante la espantosa escalada de precios. Es sencillo. El madurismo no ha podido ni podrá superar esta tragedia económica y social, porque ellos son los ideólogos de esta barbarie. Verbigracia, Nicolás Maduro y su claque han destruido por completo cualquier acción productiva, laboral o estudiantil que se necesita en un país para generar desarrollo y bienestar.
La metástasis de aniquilamiento poblacional que ha concebido el madurismo, va a seguir avanzando en su curso. A la vuelta de unos meses veremos una ley de "indexación salarial" que terminará por generar una explosión social que no podrán evitar. La ingobernabilidad en los próximos meses se va a multiplicar.
Si Maduro quiere el bienestar de Venezuela debe ir pensando en abandonar de manera voluntaria la presidencia de la República. La crisis económica y social será peor. De hecho, las sanciones que van a originarse por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea agravarán las finanzas del gobierno, que ya ni siquiera hablan del tan cacareado "petro" que prácticamente podemos decir que murió al nacer.
Hablen lo que hablen quienes integran la cúpula madurista, han tenido una incuestionable derrota política, y esa existencia política ha quedado mantenida por respiración artificial. La bombona de oxígeno en algún momento se acabará sin poder ser sustituida, y con ello se escribirá el fin de una nefasta historia para Venezuela. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.