Al acostumbrado paseo histórico del Presidente con los "Cuentos de la Morrocoya" y el reforzamiento de su nacimiento en Venezuela, se le agregaron las historias de cárceles, vejámenes, torturas y muertes sufridas por los otrora "gallitos" defensores de los más desposeídos.
Los cuentos entre risas, chiflidos, aplausos y griticos inentendibles, sirvieron de cortina a la comparación del terror de la dictadura de la cuarta "con la libertad que hoy se vive". Tal aseveración hizo que más de un pelo blanco bajara la cabeza. ¡Qué pena estar allí en el ocaso de sus vidas y no tener la valentía de su juventud para rebatirlo!
Mencionar que él que no estaba de acuerdo con su gbierno, era traidor, vendido al imperio, a la derecha, a la oligarquía; hizo que más de un luchador social se reacomodara en su asiento. Quizás esa fue la causa de la súbita carrera a vomitar de un vapuleado Ministro
Su primer punto de la "Pacificación" comparó las heroicas luchas por ideales profundos, con las capturas y cárceles para los Jóvenes que ahora protestan por hambre y medicinas, como diría una amiga "no fue conmigo y me dolió"
El respeto histórico para esos "gallitos" mencionados y los presentes en el acto, merece un acto de desagravio o por lo menos un artículo recordando sus lucha y sus porque. Bien lejos esas comparaciones, aunque los procedimientos de torturas sean lo mismo, esos tiempos quedaron en pañales, ahora ni que lo mande un juez se otorga libertad
El regaño por la ineficiencia de los "Pintadores de Ranchos", su mea culpa sobre "el retroceso moral" y su "viento en agua" confundió a los presentes, no sabían si aplaudir o salir corriendo.
Luego de eso, el discurso perdió valor, era más de lo mismo, "Ahora Si": Fijación de Precios, acuerdo económico, la lucha contra la corrupción de los "mal nacidos" en revolución, eliminación de la burocracia y el "minimalismo", el Carné de la Patria, la productividad, la defensa con los rusos y chinos contra el imperialismo gringo, el rescate, reimpulso, retoque, rectificación y requeseyo de esto y lo otro se disolvían entre risas y miradas asombradas de los "tomadores de notas" tipo Joselo.
Urge que estos jóvenes revolucionarios de ayer se unan a los niños de la patria y ancianos huérfanos que deambulan sin esperanza, a los humanistas que separaron de "Esto", a los enfermos que mueren por falta de equipos y medicamentos mientras los gobernantes bailan en un derroche electoral. Que lideren los cambios en paz con todos los venezolanos y hermanos que viven en esta hermosa nación, para que ahora si sean escuchados por todos los bandos y les permitan servir de puente histórico para la reconstrucción nacional de la mano con los "jóvenes despojados de hoy".
Que los "gallitos" vuelvan a cantar. Sabemos que sus corazones no están hechos para vengarse, pues aún conservan intactos sus juveniles y peligrosos sueños de Liberté, égalité, fraternité
