En este momento cuando se afinan los preparativos para la gran BATALLA REVOLUCIONARIA DEL 03 DE DICIEMBRE, donde el triunfo del pueblo será el Reafirmatorio del Comandante Hugo Chávez Frías, como conductor de este proceso al elegirlo nuevamente como presidente constitucional de la Republica Bolivariana de Venezuela ,necesario es que venza la patria, necesario es la unidad de todas las fuerzas que apoyan el proceso revolucionario, necesario es reafirmar el compromiso con los intereses de la patria abriendo y organizando todos los espacios de participación para la ejecución del combate.
Por ello convirtámonos todos en vanguardia impulsores y defensores del proceso. Vanguardia es aquel que incluye, no el que excluye, es el que une, no el que desune, es el que aglutina; el que convence con sus ideas y su práctica, es el que marcha sin miedo y sin vacilación al frente de la causa que cree y defiende.
De seguro es, que el revolucionario y su pueblo entienden que las ambiciones politicas personales, la búsqueda de los cargos públicos como botín, la vanidad, la arrogancia y la persecución del poder como inclinación perversa, son ajenos a todo principio y ética revolucionaria.
Con esa máxima por delante y la humildad combatiente, es que urge atender después del triunfo de diciembre; sin reparos, las orientaciones del mando único, que no es otra cosa que el que surja del gran consenso nacional de todos los oprimidos que hoy se emancipan y encuentra su expresión libertaria en la confianza depositada en sus vocerias y no representaciones, designados en los micro territorios, las localidades y regiones.
Si no se deponen las posiciones personales o grupales, si nos infectamos de sectarismo, la coordinación de la batalla será más complicada y por ende la gobernabilidad que se desprende del reconocimiento del otro como sujeto histórico de este proceso
De todas maneras si la oposición prepara un zarpazo como el 11-A, en esta coyuntura electoral, este pueblo saldría como el 13-A, a combatir en todos los escenario, para garantizar el triunfo del comandante y por consiguiente las posibilidades de avance y profundización de la revolución Bolivariana.
Pueblo que se duerme lo jode el imperialismo
No es posible alcanzar un mayor nivel de coherencia en nuestro accionar si no hay los lazos de organicidad que le dan sustento a cualquier actividad. Partiendo de esta máxima y sabiendo que hoy más que nunca la defensa de nuestra soberanía y nuestras esperanzas que están puestas en el desarrollo y profundización del proceso revolucionario bolivariano, radica en aumentar aún más los existentes lazos de hermandad y organización que nos identifican como pueblo soberano e indeclinable. Pero la organización no se decreta, no se prefabrica, ni se tiene sólo en la idea; ella se empuja, se construye día a día, en lo cotidiano, en el debate y con la voluntad férrea de cada ciudadano.
Digamos más claro, hay una inmensa exigencia de nuestro pueblo y nuestro proceso a construir aceleradamente instancias organizativas; desde las más embrionarias e imperceptibles formas , hasta aquellas que son impulso visible de la revolución. Pero la organización no puede ser pensada con fríos cálculos para acceder a cuotas de poder a partir de diferentes instancias organizativas: cooperativas, sindicatos, asociaciones de vecinos, etc. Organizarse hoy demanda reconocer las potencialidades que cada uno tiene para optar a cualquier cargo de elección pública; pero mucho mas allá de eso, reconocer que cada sujeto organizado es capaz de aportar desde su más minúscula forma organizativa para la defensa del proceso y por consiguiente el de la patria.
Hace algunos días anunciamos una propuesta, que hoy cobra mayor pertinencia y fuerza ; muy a pesar de haber sido bombardeada por propios y extraños, las esquinas calientes resurgen y se multiplican. Sin lugar a dudas las cuatro esquinas de la plaza Bolívar de Caracas son escenarios para los conversatorios, el debate productivo, para informarse y aún mejor se pueden convertir en centros de formación política e ideológica, si algunos dejan aunque sea por un ratico, el escritorio y las frías oficinas, para irse a los espacios libres a compartir y a aportar; ahí también hace falta su concurso, en todas las plazas de nuestra geografía, en las fabricas, los centros educativos y donde lo demande la revolución
El Salto Adelante, lo demanda, lo exige el país entero. Es también el momento de contribuir a formar la conciencia colectiva, trabajar duro para que se materialice la verdadera democracia directa, la de participación protagónica, la de conducir el proceso juntos, la de asumir conciente y organizadamente su defensa en cualquiera de los espacios donde nos encontremos; en fin la de hacer cumplir la contraloría social, los sueños de la mayoría, no los que están en la imaginación, si no los que están en el proyecto de sociedad que nos hemos dado a través de nuestra Constitución
No es el momento de descuidarnos , ni de confiarnos respirando aires de triunfalismo, es el momento de permanecer alertas ante los enemigos; los de afuera y los de adentro. Es el momento de prepararnos sin escatimar esfuerzos en todos los terrenos; porque de lo contrario pueblo que no se organiza y se duerme lo jode el imperialismo.