Hoy nuestro padre El Libertador, esta más vivo que nunca. La vigencia de sus palabras y su abnegada acción, impregna toda nuestra historia republicana. Enriquecida con pasado, presente y futuro glorioso. Es, sigue y seguirá siendo, nuestro avatar por los siglos de los siglos por venir. Vive firmemente en nuestra esperanza, en nuestro aliento y es la fuente de toda nuestra inspiración patriótica. Su presencia diaria y permanente, nos fortalece como lo que realmente representa para nosotros: El Dios de la Libertad. Gracias al cumplimiento de su juramento, hoy defendemos la Soberanía e Independencia de la Patria. Su inmortal espíritu, palpita, permea y transpira por la piel nacionalista de nuestro pueblo. Sus valores, principios e intachable moral, están plasmados en sus escritos como un libro abierto para el aprendizaje de lo que son y los que deben ser los polos de una república.
Ayer mismo estaba en el Congreso de Angostura. Nosotros también estábamos allí con él presentes en el magno evento. Al hablar, todos hervíamos en su pensamiento que a su vez nos miraba por encima de los siglos pensando en nuestra felicidad, en nuestra seguridad y en nuestra estabilidad política. Por enésima vez, cada 19 de Abril, los que hoy constituimos el poder originario, acudimos presurosos a su incesante llamado. Como acuciosos asistentes, con nuestra presencia, refrendamos la legitimidad del magno evento. Es la misma escena presente junto al arcano de los tiempos, El Dios imponente y magnánimo de los Andes que sigue con nosotros. Nos observa de manifiesto porque nuestro Padre Eterno aun tiene asuntos latinoamericanos y caribeños pendientes por hacer todavía: Consolidar el sueño del más grande hombre nacido en este continente. Y es la ineludible tarea nuestra por alcanzarla. La más potente catapulta de renovación permanente de la esperanza y la Fe por obras que construye la igualdad, la justicia social y el poder absoluto para el pueblo. Poder Popular que sigue cristalizando el indestructible diamante de la igualdad social, gracias al otro comandante eterno, el Despertador Hugo Chávez. Quien vino al rescate de su memoria y de su palabra sepultada en el concreto de frías y pétreas estatuas, solitario en lúgubres plazas hasta reencarnar vivo, activo y protagonista en la conciencia de los pueblos.
Su pronosticada y elocuente visión antiimperialista nos advirtió en todo momento que todos los monarcas de la tierra, además del saqueo y la constante barbarie, no persiguen otra cosa que plagar de miserias a todos los pueblos del mundo en nombre de la Libertad. Que el afán imperial es devolver la humanidad presente a la era feudal de la esclavitud medieval. Así se han apoderado y repartido territorios continentales e insulares y han arrojado bombas de todo tipo y atómicas contra pueblos enteros. Mientras nuestro glorioso Padre Libertador y Chávez nos abrían los ojos sobre la naturaleza humana y el papel de las leyes para hacernos iguales, los imperios continúan implantando la desigualdad y la corrupción en los pueblos invadidos, alienados y marginados. Ante cualquier rebelión o logro popular, envían sus pájaros de hierro para provocar la destrucción total y con ella, la demolición de sus libertades democráticas, si estas, atentan contra sus intereses hegemónicos.
De norte a sur, El padre Libertador derrotó al imperio invasor. Su legado también destaca en la gesta impresionante del comandante eterno Hugo Chávez. Hoy tiene el bastón de mando nuestro presidente Nicolás Maduro. Que le ha tocado duro para hacer frente a las pretensiones del dominio yanqui. Han sido batallas decisivas con resultados precisos. Necesarios para deslindar la patria de Bolívar de las cadenas opresoras que durante años se adueñaron de las riquezas de todos los venezolanos. Gracias a los intereses mezquinos y antipatrióticos de los gobiernos derechistas de la IV República, y de las parásitas oligarquías cómplices, la pobreza alcanzó niveles de extremo dolor nunca antes vista. El incisivo y penetrante pensamiento del padre Libertador volando sobre todas las edades, ha cristalizado el holograma social que el imaginario de los pueblos del planeta mantiene como bandera de la esperanza posible. Su ejemplo de ciudadano, se proyecta hacia los tiempos venideros cristalizando al nuevo ser humano integrado armónicamente con el Universo.
No se equivocaron en sus predicciones ni José Enrique Rodó ni José Domingo Choquehuanca. "En el devenir de los siglos, tu grandeza se extenderá, como crecen las sombras cuando el Sol declina". No solo destruiste al imperio invasor con tu espada. Sino que también creaste el primer cañón liberador de las mentes de los pueblos con "El Correo del Orinoco". Redimiste de sus ingenuos pecados a los incas descendientes con Manco Capac. Y borraste con los cascos de tu equino "Palomo", las insolentes huellas de las plantas de los indignos Pizarros y Almagros. No demoraste padre Libertador para cumplir tu juramento del Monte Sacro. Después de tres siglos de expiaciones, Dios de la Libertad, tuviste piedad por nosotros y aquellos pueblos originarios que nunca habían conocido ni la pobreza material ni la miseria espiritual.
Has sobrepasado la estatura heroica de todos los titanes y hombres de renombre de la historia. Y siendo glorioso por ser Libertador, predestinado para hacer lo más grande que hombre alguno hubiese intentado antes, te hiciste el más gigante en humildad. Despreciaste todos los títulos de la nobleza real y las lisonjas de los aduladores, para pedir que solo se te considerara "Ciudadano". Fuiste testigo de excepción en las ceremonias de aquel guerrero francés, que la Divina Providencia envió a este mundo, para marcar un hito histórico trascendental: Quitarle la autoridad a quienes coronaban a los reyes nunca elegidos ni por Dios ni por el pueblo: Los papas de la inquisidora curia romana. Lo más triste de todo Padre, es que en aquellas otras tierras de nuestro continente que también liberaste, el nuevo imperio ha colocado gobiernos títeres, lacayos y traidores que te han dado la espalda, arrastrándose para lamer las botas de sus verdugos. Viviendo bajo la sombra de sus estultas memorias, pretenden olvidar que fue la luz de tu pensamiento y acción, la bella granada con la cual hoy exhiben con orgullo sus pendones.
En el fragor de la guerra contra nuestro pueblo, es el vil egoísmo que otra vez quiere triunfar. Tus consejos nos sostienen. Nos han querido envolver con el manto de la falsedad y la mentira. Donde los demonios se esconden para celebrar sus aquelarres. Mientras el Caroní y el Orinoco siguen al Dios de las Aguas de nuestra patria bendecida, apreciamos tu amor por estas sagradas tierras donde el antiguo Edén se ha mantenido a buen resguardo. Pretenden ocultar el encanto de las fuentes amazónicas hoy tan verdes como ayer. Pero desean subir en raudo vuelo a colocar sus indignos estandartes en los Tepuyes hasta el Roraima. Y allí, hasta las ancestrales abuelas como "Kueca", están anhelantes y deseosas de vomitarlos de sus malignos y asquerosos recuerdos por tantas inmundicias. Hasta las rocas más antiguas del planeta y los petroglifos nos alertan con su codificado lenguaje, sobre las maniobras imperiales. Las conocemos desde el mismo origen del Universo. Por eso, nada podrá detener nuestro empeño por seguir tu ejemplo. Y nada impedirá que logremos seguir siendo libres. Si muchos han caído en las trampas de esos demonios y se prestan para hacer la guerra contra sus propios hermanos, millones somos los que hemos derrotado al mismo imperio que les ofrece baratijas y migajas a cambio de su rastrero proceder.
Todas las semanas traen nuevas formas de golpear. Pero jamás detenemos nuestro avance. Por aquello que tu una vez dijiste en arenga a tus soldados: "Dios premia a la Constancia". Nos acercamos ya a tus 472 batallas. Hasta ahora, solo dos derrotas. Hemos triunfado como tu en 22 de las 24 grandes batallas. Y en cada una, sentimos el valor de defender tu legado. Ya perdimos la cuenta del tamaño del camino que nos trajo hasta tu encuentro, pero de seguro, los kilómetros valieron la pena porque lo hicimos todos juntos. Los que te admiramos y te amamos.
Todos los jefes de estado del planeta ya saben que Caracas fue el suelo donde tus ojos vieron la luz del sol por vez primera. Y que tu nombre esta por encima de Alejandro Magno, Anibal, Colón, Gengis Khan, Napoleón y Vasco de Gama. A Ninguno de ellos le sirvió la violencia destructora como bárbaros invasores para derramar la sangre inocente de los pueblos arrasados hasta cubrir la superficie de la tierra. Solo tu afán por liberar a los pueblos y la nobleza de tu espíritu, fue capaz de erradicar la memoria de los apátridas para ganar la gloria como El Libertador. Nada ni nadie emula semejante hazaña. Y las bendiciones de los pueblos que liberaste, han subido con el Dios del Tiempo hasta los cielos donde reinan convertidas en experiencias, conocimientos, lecciones, monumentos, plazas y celebraciones de agradecimiento sublime en todo lo que lleva tu nombre Padre Eterno.
Hoy tienes en nosotros un ejercito de millones de fieles seguidores y custodios de tus palabras, tus enseñanzas y tu ejemplo. Nos enfrentamos a legiones de demonios infernales. Que pretenden contaminarlo todo. Especialmente a aquellos que no han recibido el brillo de tu excelsa luz. Estamos listos para disipar sus oscuras intenciones. Estamos desplegados en muchos componentes: civiles, militares, estudiantes, obreros, labradores, campesinas y campesinos. Gracias a ti, ya aprendimos a organizarnos y a defendernos. Ya los que se han constituido como titulares en las instituciones públicas, saben que existimos y que somos la máxima y suprema autoridad de la nación. Y aprendimos a golpear a los traidores, apátridas, corruptos y mafiosos donde mas les duele. Por eso nos alistamos y estamos prestos a rescatar tus decretos de Guerra a Muerte y cumplirlos al pie de la letra.
Mientras el fruto se hace Maduro, tu palabra sazona los aires con tus experiencias aprendidas y nos mantiene en la vanguardia de tus más preclaros deseos: Lograr la mayor suma de felicidad posible para todas y todas. Como tú, también pensamos en la humanidad entera. Nuestro pensamiento se convierte como el tuyo en un inmenso rayo de luz que recorre en instantes la redondez de la tierra. Vemos los jardines de libertad e igualdad en todos los pueblos que sueñan como tu, en una patria excelsa en la gloria de su grandeza, no solo por su extensión sino por el cumplimiento de la implantación de tu doctrina allende los continentes y los mares, coronada por la paz, la justicia, el amor y la solidaridad.
Muchas cosas nuevas hay. Muchas cosas han cambiado. Otras desean ser mantenidas como los odiosos privilegios del poder usurpador de los derechos y las libertades. En la ignorancia a la que nos sometieron por décadas, muchos aun no leen la carta magna o desprecian los preceptos que se los garantizan. Han perdido los consejos de sus familias, le han dado la espalda a la honestidad y las virtudes que califican al verdadero ciudadano. Hemos aprendido de tus lecciones que el apoyo al proceso que lleva tu nombre debe ser fortalecido con nuestra unidad lejos del sectarismo y las intrigas. Habiendo intentado por todos los medios abrirle caminos al dialogo entre la diversidad del pensamiento político, la injerencia ha implantado su agenda terrorista con su banalidad e indiferencia terrorista.
Quienes han intentado aprovechar exiguas ventajas por recibir apoyos foráneos de lacayos y traidores, se han topado con el brazo de la ley y la constitución que los sentencia con su dedo acusador. Es verdad que son indiferentes e indecisos. Pero siguen siendo peligrosos cuando intentan destruir nuestra paz para llevarnos a la guerra violenta. No son fríos ni calientes. Pero al igual que el ángel del Apocalipsis, por ser tibios, los vomitaremos por nuestras bocas. En eso, el nuevo imperio ha ganado tiempo para aumentar ventajas en la siembra de falsos positivos que pretenden descalificar nuestros logros, incluyendo los tuyos que de por si son más grandes.
Algunos exaltados, con ánimo de "pescar violencia en río revuelto" por las redes sociales nos gritan: "Aquí en este verguero de país lo único que hace falta son bolas y ya. Meter a unos cuantos mierdas presos. No importa que chillen como cochinos. Empezando por la porquería del Mendoza (Empresas Polar). Muerto el perro se acaba la rabia. Y se acaba esa cochinada de aumentarle diariamente los precios al pueblo. ¿Y cuales más desgraciadas por consecuencias nos puede acontecer si nuestro pueblo esta siendo sometido a una cruel y odiosa guerra de acaparamiento y especulación todos los días caminando entre la esperanza que el Presidente despierta y la rabia que el Mendoza provoca? Mientras los titulares de las instituciones, incluyendo a uniformados castrenses al igual que comerciantes en todos los estratos, se han convertido en vulgares ladrones, contrabandistas y bachaqueros especuladores. Ahora están regresando los productos a los anaqueles, pero el pueblo no puede adquirirlos. Igual que en Febrero de 1989. Una nueva provocación contra el pueblo. Quieren que algunos guarimberos locos asalariados y paramilitares vayan a saquearlos para que al momento de hacerlo, los palangristas saquen sus cámaras y celulares tomando fotos para inundar las cloacas de las redes sociales que sean repetidas en Miami, Madrid y Bogotá hablando pendejadas y estupideces diciendo que "El pueblo venezolano muerto de hambre, saquea los negocios porque el régimen de Maduro no resuelve el problema de la comida. Problema que el imperio ha provocado e impulsado con sus malditas e ilegales sanciones económicas. Aplicando el concepto de "Causa y Efecto". Provoca e impulsa el problema para despues proponer "las soluciones de ayuda humanitaria". Su "solución" llega a punta de bombazos y cañonazos, destruyendo naciones en nombre de la democracia y la libertad para imponer la esclavitud como ahora ocurre en Irak y Libia".
En nuestro espacio no habrá lugar para traiciones como aquellas que te rodearon en cada instante en que tu gloria se hacia más grande. Aquella horda de profanadores bandidos que saquearon nuestro país, están totalmente identificados, "ploteados" y ubicados. Ya no serán los factores de retrotraer tiempos pretéritos donde malversaron y trajeron las desgracias a nuestra patria. Ahora nos adaptamos rápidamente a las circunstancias, a este cambio de época y a las actitudes y aptitudes de quienes con nosotros son gobierno popular, gobierno comunal y gobernar como pueblo. Y a una economía de guerra no le responderemos con medidas tibias. Les responderemos contundentemente. Dentro de la Constitución y las leyes. Las que ahora se pueden aplicar y las que modificaremos para darles una lección ejemplar que nunca olvidarán. El éxito en esta nueva batalla será celebrada igualmente dentro de los próximos doscientos años. Esperamos entonces que el nuevo cono monetario con el bolívar soberano no tenga ningún tipo de relación cambiaría con la maldita moneda del imperio. Y que no tenga convertibilidad ninguna con ese mamotreto fiduciario. Si alguien mafioso lo saca de nuestras fronteras, que no tenga ni encuentre mecanismos para retornarlo a la patria.
Ahí definiremos el nuevo derrotero entre el bolívar material frío que contrabandean para corromper nuestra fortaleza moral y el inolvidable e inmortal ¡Simón Bolivar para siempre!